Los rayos de luz se colaron en la habitación cayendo directamente sobre mis ojos. Cuando conseguí abrirlos lo primero que noté fue el peso de algo cayendo sobre mi cintura. Se trataba del brazo de Kilian, quien aún dormía profundamente boca abajo y con la mejilla aplastada contra la almohada.
¿Quién podía verse tan bien durmiendo?
¿Acababa de pensar eso? Definitivamente necesitaba despejarme.
Conseguí zafarme de su agarre antes de introducirme en su baño particular. Lavé mi rostro con agua fría para lograr despertar a mi mente y até mi cabello en un moño deshecho para intentar aparentar estar más peinada. Cuando volví a introducirme en el dormitorio, Kilian se mostraba sentado en el borde de la cama.
— Pensaba que habías huido.— Bromeó al notar mi presencia.
— Casi lo hago al verte en la mañana.
— Vamos, te llevo a tu casa.— Ignoró mi comentario.— Las clases comienzan en menos de una hora.
Asentí sin llegar a decir nada más antes de buscar mi ropa para volver a colocármela dentro del servicio. Cuando salí Kilian ya estaba vestido con unos vaqueros junto a una camiseta básica que se ceñía a su figura perfectamente. Debía admitir que sabía como sacarse partido y lo demostraba a diario. Él no era el típico chico que solo impresionaba en fiestas o eventos importantes, su imagen siempre era impecable, por lo que no era de extrañar que lograra llevarse a las chicas en cualquier lugar o momento.
Ambos nos dirigimos hacia la cocina para tomar algo de desayuno, aunque me limité a coger una manzana que poder comer durante el camino para no tardar más tiempo. Pero mi pequeño plan no salió bien, ya que Kilian prefirió desayunar tranquilo antes de llevarme. Por suerte conseguimos salir de su casa antes de que sus padres o Doty llegaran a vernos. Me sentía demasiado cansada como para tener que volver a recordar la conversación de anoche y dejar que la repulsión se adueñara de mi mente.
El trayecto a casa fue demasiado silencioso para mi gusto. Había una sensación extraña entre nosotros, muy diferente a la usual tensión que definía nuestra relación. Apenas compartimos un par de frases mientras el coche recorría las calles de la ciudad, pero si pude notar la mirada de Kilian sobre mí un par de veces. Finalmente llegamos a mi casa y ambos nos despedimos con una ligera sonrisa antes de que me bajara del vehículo.
Tiempo después mi cuerpo se encontraba recorriendo los pasillos de la universidad mientras ojeaba algunos apuntes de días anteriores. Divisé unas largas piernas que se detuvieron frente a mí y alcé la vista hasta Daphne, quien mantenía sobre su rostro una pícara sonrisa. Ella pareció esperar a que yo hablara, pero viendo que no iba a dar el primer paso, decidió hacerlo por sí misma.
—¿Y bien?— Alzó sus cejas, esperando de nuevo que hablara.— Vamos Noelle, ¿no vas a decirme qué tal tu noche con Kilian?
Se me había olvidado que les envié un mensaje contándole la encerrona de Doty antes de que Kilian me ofreciera su camiseta para dormir.
—No hay nada que contar. Dormimos, lo que se suele hacer por la noche.
— Oh vamos, Noelle. Tú bien sabes que por las noches se puede hacer cosas mucho más divertidas que dormir.
— No cuando la persona con la que compartes la cama es Kilian.
Preferí evitar comentarle la conversación con Doty e incluso el momento cercano con Kilian por lo menos hasta que Scarlett también estuviera con nosotras. Ninguna sabíamos sobre ella, ya que ni siquiera había contestado a los mensajes. No podía negar que estaba algo preocupada por ella, pero Daphne me tranquilizó cuando me recordó lo despistada que era Scarlett a veces. Seguramente tendría el teléfono apagado.
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5 pasos para romper con un chico
Novela Juvenil¿Cómo evitar el dolor de un corazón roto? Guiada por la amarga y fría concepción que tenía del amor, Noelle Myers decide crear cinco pasos para romper con un chico intentando causarle el menor daño posible. ¿Cómo? Fácil. Para cuando llegues al quin...