Capítulo 7. - ¡Vamos, osito!

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Me apunté al equipo de atletismo porque la única manera de canalizar todo lo que llevaba dentro la encontré corriendo. Suena cobarde, ¿verdad? El simbolismo que le damos a correr se asemeja a huir. Sin embargo aquel deporte conseguía gastar mi energía, subir mi humor y lo más importante, despejar mi caótica mente. No pretendía evadirme de los acontecimientos que atormentaban mi vida, sino aclarar mis pensamientos para poder exteriorizar aquello que me hacían sentir.

El entrenamiento estaba a punto de comenzar. Mientras realizábamos ejercicios de estiramiento el equipo de fútbol comenzó a entrar en nuestro campo, dejando a todas las chicas atónitas. Pude avistar con facilidad a mi hermano, sin embargo no había ni rastro de Kilian. Me pregunté que sería de él, hasta que me dí cuenta de que realmente no me importaba, solo era mi lado curioso asomando su cabeza. Nuestro entrenador no nos había avisado de que íbamos a volver a compartir el campo, por lo que nadie entendía que pasaba. Finalmente, ambos entrenadores hicieron que nos juntáramos para explicarnos la situación.

-Para quien no lo sepa hoy es el primer partido de la temporada.- Anunció Harry.- Así que no me gustaría dar mucha caña a mis chicos, por lo que he pensado que estaría bien que los chicos entrenaran hoy con todas vosotras, para que así...

-Un momento.- Le interrumpió Daphne con sus manos apoyadas en ambos lados de la cadera. Aquello solo podía significar problemas.- ¿Está diciendo que nuestros entrenamientos son más flojos?

-En realidad yo...

-Está claro.- Volvieron a interrumpirle, pero esta vez fue Zev.- Vosotras os limitáis a correr alrededor de la pista. Nosotros hacemos lo mismo, añadiéndole más dificultad, como estrategias, fuerza... Tenemos ejercicios más duros.

-Zev, ¿seguro que no te afectó el golpe que te diste de pequeño al caerte por las escaleras?- Intervine. Apenas podía creer que realmente mi propio hermano estuviera tirando por el suelo mi trabajo de muchos años.

-Así que según tú y la gran calabaza hueca que tienes por cabeza, podéis hacer lo mismo que nosotras, e incluso superarlo, ¿no es así?

Daphne se aproximó peligrosamente a Zev, quien no dudó en imitar su movimiento, demostrando que no le acobardaba.

-Así es.

-Bien.- Daphne nos miró con una mirada cómplice.- Entonces supongo que no te importará competir contra mí. Una carrera, tres vueltas a la pista, para demostrar a los orangutanes de tus compañeros que tienes razón.

Todos comenzaron a gritar para animar a Zev a que aceptara. Al parecer el comentario de Daphne había conseguido tocar el punto débil de la mayoría de chicos, su masculinidad. Por nuestra parte, nos mantuvimos firmes, pero todas convencidas en que la rubia podía machacar a mi hermano sin ni siquiera sacar todo su potencial. Daphne era una gran corredora, una de las mejores del equipo, y la seguridad que la caracterizaba también era visible en todas sus competiciones.

-Trato hecho.

Los entrenadores permitieron que aquella pequeña competición entre equipos se llevara a cabo. Mientras los dos participantes se preparaban en la línea de salida, los demás nos dirigimos a las gradas para tener una buena visibilidad de la carrera. La unión de equipo se hizo presente una vez más. Todos estaban concentrados en animar a quien representaba a su equipo, sin embargo yo podía ver mucho más allá. No entendía el comportamiento de ambos, nunca antes había habido tanta tensión entre ellos ni mucho menos un enfrentamiento, por más leve que sea. Era consciente de que me había perdido algún capítulo de su historia, e intentaría descubrir que había ocurrido más tarde.

Dominik se encargó de anunciar la salida para ambos. Sus cuerpos reaccionaron con rapidez, activándose en menos de un segundo. Ambos corrían alrededor de la pista a la misma distancia, sin mirar al contrincante. Fue entre tanta euforia mezclada con tensión cuando Kilian apareció en el campo, observando extrañado la situación. Consiguió divisarme entre todos los presentes antes de subir a las gradas y sentarse en el asiento de al lado con un aura inusual.

5 pasos para romper con un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora