Capítulo 6- Un beso inesperado.

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Black&Black era un pub conocido por toda la ciudad, aunque no frecuentado por cualquier persona. Su fama era debida a que lo que ocurría tras sus puertas parecía suceder en otra realidad, donde nada estaba prohibido y la autoridad no tenía ningún poder quitando a los guardas del mismo. Nunca imaginé a Zev codeándose en ese mundo, pero hacía tiempo que dejé de ver a mi hermano como la figura responsable que mis padres aún creían que era. 

No era un mal chico, pero si algo problemático. Después de empezar la universidad comenzó a liberar su lado más ambiguo, aprovechando que nuestros padres cada vez pasaban más tiempo lejos. Decir que fue culpa de su amistad con Kilian me quemaría la lengua, ya que sabía concienzudamente que aquello iba a ocurrir tarde o temprano. La naturaleza de Zev debía salir alguna vez, y Kilian solo ayudó a que se liberara de toda la responsabilidad que traía a sus espaldas. 

Daphne hizo que nos detuviéramos a unos pasos de la puerta de aquel antro. Pidió a Scarlett que sacara el móvil para usarlo de espejo y así poder repasarse el pintalabios. Crucé mis brazos mirando a ambos lados, esperando que nadie conocido pudiera divisarnos. 

-Daphne.- Grité en un susurro.- Hemos venido para pasar desapercibidas, ¿te acuerdas? Zev y Kilian no pueden saber que estamos aquí. 

-¿Estás diciendo que he elegido este outfit tan mono para nada?- Arrugó sus morros.- Y una mierda. 

-¿Para qué la traes? Si sabemos que va a cagarla.

-Hay que sacar a la perra a pasear de vez en cuando.- Respondí a Scarlett con tono divertido. 

-Que os follen. 

-Ojalá.- Respondimos a la vez. 

Pensé que entrar se nos haría más dificultoso de lo que realmente fue. El portero pareció grabar nuestros rostros en su memoria, pero finalmente acabó accediendo y dejándonos pasar antes de desearnos que disfrutáramos de la noche. El lugar era mucho más amplio de lo que la fachada daba a entender. A nuestra derecha se alzaba una fila de sofás apartados en grupos de tres que formaban varias U a lo largo de la sala. A la izquierda una gran barra iluminada con todo tipo de luces de neón, y entre ambas direcciones decenas de chicos y chicas bailando al son de la música como si no hubiera un mañana. 

Decidimos que lo mejor sería introducirnos en medio del meollo por si avisábamos a Kilian o Zev poder distraerlos. Comenzamos a caminar entre la gente, soportando roces de otros cuerpos y algún que otro empujón que intentó desequilibrarnos. Mi vista viajaba por todo el lugar analizando cada rostro, deseando distinguir a mi objetivo para poder tenerlo controlado. Pasaron unos minutos sin éxito, hasta que una sensación extraña pero familiar invadió mi cuerpo. Sabía de qué se trataba, más bien de quien, así que me concentré en encontrarlo. Y ahí estaba, sentado junto a la barra alrededor de unos amigos. 

Drake Jones.

Sus ojos azules analizaban cada parte de mi anatomía con la misma frialdad que demostró aquel día en el gimnasio. Su seguridad seguía presente, ignorando el hecho de que me había dado cuenta de que estaba observándome. Bebía de su copa mientras no se molestaba en disimular el descaro con el que su mirada me recorría. Aquel chico no me transmitía buena sensación. Todo en mi interior gritaba peligro.  Mi respiración comenzó a dificultarse a raíz que divisé como se levantaba y comenzaba a caminar hacia mi posición. Quise salir de allí, volver a mezclarme entre la gente y evadir el desasosiego que aquel chico me causaba, pero mis pies no parecían responder las órdenes de mi cerebro. 

-Noelle te habíamos perdido.

La mano de Scarlett tiró de mi hacia una zona menos concurrida por la gente. Agradecí internamente que mi amiga apareciera justo a tiempo para sacarme de allí. Ninguna de las dos parecía haberse percatado de que aquel chico parecía intentar dominarme con su mirada, por lo que siguieron caminando hasta que se dieron cuenta de que no estaba y decidieron volver a por mí. 

5 pasos para romper con un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora