Capítulo 11- Cleptómana.

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El entrenador tocó el silbato para finalizar el entrenamiento antes de que todas entráramos en el vestuario. Con la pesadez de mi cuerpo exhausto por el ejercicio, me dispuse a darme una ducha rápida al igual que el resto de mi compañeras. Diez minutos más tarde me encontraba deslizando mis piernas en unos vaqueros ajustado mientras que Daphne y Scarlett mantenían una larga conversación, a la que no presté demasiada atención. Hasta que mi amiga rubia decidió lanzarme una zapatilla para captar mi interés. 

—Estoy haciendo esto por ti y ni siquiera me escuchas.— Masculló entre dientes. 

—¿Hacer el qué?— Daphne agarró con fuerza su camiseta, descargando su ira contra ella.— Lo siento, es que estaba algo distraída. 

—Lo has estado durante todo el entrenamiento.— Apuntó Scarlett.— ¿Algo que contarnos? 

—No.— Mentí. No era el momento ni el lugar adecuado para hablar de Kilian, si no quería que las curiosas de mis compañeras acabaran poniendo la oreja. 

Ellas no parecieron estar muy convencidas, pero acabaron dejándolo estar. 

—Te estaba diciendo que esta tarde tengo una cita con Drake.— Terminé de sacar la cabeza por el hueco de mi camiseta y la miré sorprendida.— Hemos quedado para ir al cine, ¿no es romántico?— Ironizó. 

—¿Cómo lo has conseguido tan rápido?

—¿Acaso dudabas de mis dotes para ligar?— Fingió estar ofendida llevándose la mano al pecho. 

—Me tienes a tus pies.— Me arrodillé ligeramente, lo que hizo que ambas rieran. 

—Y con suerte, pronto tendré a Drake. 

Con este último comentario las tres salimos entre risas hacia la entrada de la universidad. Caminábamos entre el resto de chicas del equipo mientras hablábamos sobre el baile. Debía admitir que no me había acordado de que debía planificarlo, por lo que me regañé mentalmente. Aunque ni siquiera tenía una mínima idea de cual podría ser el tema central, y tenía tantas cosas rondando en mi mente que sabía que me sería difícil decidirme. 

Daphne parecía emocionada mientras hablaba sobre lo maravillosas que debíamos asistir al baile, hasta que su voz se fue apagando poco a poco mientras posaba su mirada en un punto fijo. Dirigí mi vista hacia el lugar al que apuntaba la suya encontrándome a Zev caminando hacia nuestra posición. Llevaba su macuto para entrenar colgado de un brazo mientras que con el otro sostenía su móvil a una distancia prudente de su rostro, por lo que no nos había visto. La reacción de mi amiga me hizo fruncir el ceño, ¿desde cuando Daphne parecía tensarse cuando veía a mi hermano? 

—Nono.— Me saludó Zev antes de depositar un beso en mi frente.— Hola a vosotras también, chicas. 

Mis amigas les respondieron con el mismo saludo junto a una sonrisa sincera. 

—¿Entrenamiento?— Pregunté, aunque la respuesta era obvia. 

—Así es, estaba intentando localizar a Kilian, por eso venía tan pendiente del móvil. 

—¿No habéis venido juntos? 

—Él tenía ensayo.— Alcé una ceja haciéndole entender que no sabía a qué se refería.— Del coro, Nono. 

—¿Enserio sigue en el coro? 

—Así es.— Zev agarró mi barbilla cuando vio que miraba hacia otro lado.— No sé de qué te extrañas. Después de todo, fuiste tú quien lo metió ahí. 

No contesté a lo último que dijo, pero en cambio me despedí de él junto a mis amigas antes de verlo desaparecer en dirección al campo. Caminamos un poco más hasta que finalmente mi mirada dio con Kilian, aunque lo que vi definitivamente no me agradó. Mantenía una alegre conversación con Ashley, que parecía encandilada ante los encantos de Kilian. Él aprovechaba pequeños momentos de risas para poder acercase aún más a ella, quien no parecía para nada incómoda. Apreté los puños con fuerza en mis costados, no podía creer que tuviera tanta cara como para mostrarse así en público. 

5 pasos para romper con un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora