•A Lᴀ Uɴɪᴠᴇʀsɪᴅᴀᴅ Nᴏ Lᴇ Iᴍᴘᴏʀᴛᴀ•

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— Te veo dentro de dos horas. — Me da un beso antes de traspasar la puerta que nos mantendrá separador por dos interminables y aburridas horas por partes iguales.

— Te amo. — Digo pegada al teléfono.

— Profesor Michaelson. — El profesor Wilson lo llama alarmado.

— Te, luego en clase me lo dices. — Ni me mira a la cara, prestándole toda su atención al otro.

Joder, acabamos de entrar y ya me lo arrebatan de las manos.

Cómo odio tener que fingir que aquí no pasa nada.

— Dime. — Los observo a cierta distancia.

— Es urgente. — Le deja en la mano un importante montón de papeles. — Necesito que me ayude con esto. — Está rogándole ayuda.

Hugo lo mira cómo sí le acabara de soltar una adivinanza de lo más complicada.

— Claro.

No se lo esperaba.

Esto corrobora mi versión, el profesor Wilson es, por decirlo de alguna forma, "un superior" a Hugo, y ahora está suplicándole, de forma literal, que lo ayude con lo que quiera que tenga en las manos y lo que oculte ese montón de papeles.

Se marchan recorriendo el largo y ancho pasillo, esquivando a los alumnos estresados, discutiendo lo que hay en esos misteriosos papeles.

— Qué mierda. — Doy un puñetazo contra la puerta.

— ¿Enfadada? — Esto no puede ser.

Universo, ¡deja de mandarme señales confusas!

— Estoy bien. — Le reprocho.

El martillo pilón siempre aparece cuando menos ganas tengo de ver a nadie y cuándo menos me soporto a mí misma.

Tiene un puto don implacable.

Qué pesado es por Dios.

— Pareces enfadada. — Y sigue.

— ¿No me digas? — Miro enfrente.

Hugo me mira de lejos, sin parpadear, alternando la mirada entre mí y Tyler en cuánto lo be.

Clavo mi mirada en él, atravesándolo con ella.

— Aléjate de mí, Tyler. — Le gruño, le doy un empujón en el hombro, dejándole claro que no quiero ni una amistad cordial, ni que me moleste más, ni que se acerque más a mí.

Nada.

No quiero nada con él.

Suficiente tengo ya con aguantarlo en la misma clase.

Bufo frustrada y ni siquiera me giro para verlo.

Voy dando pequeños puñetazos a cada taquilla según voy avanzando hacia la clase, paso por el lado de Hugo, y, por si acaso el profesor Wilson ve algo extraño, ni los saludo, ni miro a Hugo, por no hacer nada, ni siquiera he respirado, pero sí he sentido la penetrante mirada de Hugo sobre mí.

Puede que haya sido eso lo que me ha quitado la respiración.

Doy un puñetazo más grande a la última taquilla, haciéndome daño en los nudillos de tanto golpe, de haber cargado tanto mi mano contra el metal.

— Pero bueno. — Llama mi atención el señor Wilson. — No la tengo este año, ¿quién es? — Escucho que dice y ralentizo mis pasos agudizando el oído.

— Es mí alumna. — Dice Hugo. — Maria Daniells.

— Maria. — Mierda.

Me giro poco a poco, aterrorizada.

Amando A Hugo © [Profesor vol. 1] |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora