Dentro de nada será el cumpleaños de Pablo, no sé qué regalarle, ni qué hacer ese día en especial, lo que sí sé, es que yo estaré de vuelta en la universidad y no quiero pensar en qué voy a volver a ver a Hugo, ni en cómo afectará eso a mi relación con Pablo.
He pensado en darle una pequeña sorpresa adelantada a Pablo para cuándo vuelva de trabajar; hay que aprovechar estos dos últimos días que nos quedan en paz.
Le escribo unas cuatro notas que lo llevarán hasta mí, un tanto confusas, para que no me encuentre tan rápido cómo le gustaría, espero que no vaya directamente a la última, me fastidiaría todo el plan.
Escucho abrirse la puerta, y con mi sorpresa ya preparada del todo, colgada en el espejo de la entrada, espero pacientemente a qué vaya encontrado mis sorpresas.
— ¿Maria? — Me busca desde abajo.
Pego la oreja al pasillo, apoyada en el marco de la puerta, escondida tras la pared para que no pueda verme en el remoto caso de que suba aquí al leer la nota.
— ¿Qué es esto? — Pregunta confuso. — ¿Te acuerdas que te pedí la primera noche que pasamos juntos? Post data, sigue las notas para encontrarme. — Se ríe. — ¿Quieres jugar? — Me muerdo la lengua por no contestarle un sí desesperado. — Está bien, juguemos.
Una corriente eléctrica recorre mi cuerpo de principio a fin al escucharlo pronunciar esas palabras.
Sí no recuerda mal, irá directo a por la botella de Jack Daniel's que esconde en el armario empotrado de la cocina, con la que hice el ridículo aquella noche, y dónde tendrá la segunda nota pegada a la botella.
— Esta es fácil.
Unos cuantos minutos después de risitas, rompe el silencio:
— Lugar dónde casi me mato. — Se ríe vacilón. — Venga ya, Maria, cúrratelo más. — Pongo los ojos en blanco.
No quería currármelo más, quería que lo despistara un poco, pero no tanto como para que no me encontrara pronto.
La tercera nota, está debajo del reposapiés gris, en la habitación de invitados, dónde tropecé con él y caí sobre éste: Nuestro primer beso, o, dónde casi te violo.
Oigo sus carcajadas retumbar por toda la casa.
Casi nunca lo he escuchado reírse con semejante magnitud, seguro que ha encontrado ya la tercera nota, de lo contrario, no estaría riéndose tanto.
— ¡Casi me violas! — Escucho claro cómo el agua y me tapo la boca con ambas manos sofocando la carcajada que iba a soltar. — La primera vez que hicimos el amor, y un corazón. — Dice todo cursi. — Pero qué mona eres. — Su voz se oye cada vez más cerca, pero no sus pasos.
Se ha quitado los zapatos en la entrada, lo que me impide saber por dónde está.
Me ha robado el protagonismo, me la ha jugado.
— Te pillé. — Dice abriendo la puerta de la habitación, y al verme, las notas se le caen de la mano al suelo.
Yo sí que lo he pillado.
— Joder. — Traga saliva mirándome de arriba abajo.
— ¿Qué pasa, Pablo? — Voy hasta él. — ¿Cómo vas a ofenderme ahora? — Se le van a salir los ojos de las órbitas mirando como mis pechos sobresalen por encima del mini jersey. — ¿Ya no soy una vaquerita? — Asiente.
Se me ha ido la pinza del todo.
Por él.
Me he vestido de vaquera sexi, con ropa, ¿ropa? ¡Já! Son trozos de tela que a duras penas cubren mi cuerpo: una falda que difícilmente me llega a los muslos y un diminuto jersey que da para cubrirme los pechos con un lazo debajo de éstos.
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Amando A Hugo © [Profesor vol. 1] |COMPLETA|
RomanceMuchas de las veces que pensaba en él, deseaba no haberlo conocido jamás. Deseaba no haber pisado nunca aquella universidad. "Ve a la universidad". Decían. Aquel lugar me enseñó la peores y las mejores lecciones de mí vida; me hizo ver lo fuerte que...