Harry no sabía ni que demonios hacer.
Se había sentido muy asustado cuando su padre le soltó de la mano para que siguiera corriendo mientras el decidía enfrentarse con aquellos que lo iban persiguiendo. En verdad que hizo el mayor esfuerzo para no separarse pero lamentablemente lo hizo cuando ambos llegaron a un bosque desconocido y demasiado oscuro.
Su única vía de escape era correr, corrió lo mas que pudo buscando su varita que seguramente estaba entre sus ropas. Pero no tenía nada, maldijo cuando pensó que tal vez se le había caído con todo lo que había pasado, y pensar que solo habían salido a cazar pero jamás pensaron que los renegados los acecharian en lo más cercano al pueblo.
Optó por quedarse escondido detrás de unos arbustos densos que cubrían la mayor parte de su cuerpo. Permaneció ahí en silencio llevándose una mano hacia la boca para que sus jadeos de cansancio no les hiciera saber dónde estaba. Pues aquel sujeto venía corriendo detrás suyo.
—¡Ven aquí! —escuchó como gritaba.
Ahora no solo eran las pisadas de este, podía escuchar más a su alrededor. Las hojas secas le ayudaban para saber si estaban cerca o por suerte se irían alejando.
Se mantuvo mas quieto cuando justo enfrente del arbusto unos dos tipos se detuvieron.
Sentía mucho miedo y sus lágrimas resbalaban por sus mejillas, pues no dejaba de pensar en su padre a quien había dejado atrás. Se preguntaba si estaría bien o mal, su mente no podía procesar todo y sentía que podría terminar desmayado en cualquier momento.
—¿¡Pero que haces imbécil!? ¡Corre por él!
Aquel hombre empujó a su acompañante para que le adelantara el paso. Aún se quedó mirando a su alrededor como si con eso pudiera encontrarlo.
El silencio se hizo tan denso que temió que los rápidos latidos de su corazón lo delataran.
Segundos después escuchó como volvía a caminar hasta alejarse, no escuchó más el crujido de las hojas secas y hasta ese momento suspiró con cansancio. Alzó la mirada observando la luz del día que apenas entraba por las abundantes hojas de los árboles que no le dejaban pasar.
Tenía que irse ahora mismo y no quedarse esperando. Su objetivo era entrar al círculo que tenía protección del pueblo para poder esperar en las orillas en espera de su padre.
Abandonó su puesto saliendo de ese arbusto para ir cuesta arriba de una pequeña colina que tenía enfrente suyo, podía oír gritos al otro extremo del bosque y él se estaba alejando de ellos. También procuraba no querer hacer tanto ruido pero era demasiado imposible, en una oportunidad sus pies se habían enredado con una rama salida de los árboles que terminó yendo al suelo.
Volvió a esconderse detrás de otros arbustos en un espacio reducido pegado a un grueso tronco que le permitió retomar energía.
—Mierda... mierda...— susurró pasándose su palma por su frente sudada.
No podía quedarse más tiempo, el volvió a salir del lugar para seguir corriendo y notando la energía.
Estaba muy seguro que estaba a punto de encontrar el límite de seguridad.
—¡Escucho algo por aquí! ¡Aquí corran!
A sus espaldas pudo sentir que el ambiente se volvía mas pesado y fue peor cuando escuchó el sonido de una bruma que venía hacia la misma dirección donde el estaba corriendo.
Enfrente suyo pudo ver un cielo despejado al final de un camino lleno de altos árboles que le iban cerrando el paso.
Tuvo que detenerse de golpe antes de que cayera por aquel barranco con una cascada que llevaba hacia a un lago, no tenía una salida.
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El camino al paraíso; [ Harco ]
FanfictionEl pueblo de Hogwarts siempre se ha caracterizado por ser un reino tranquilo, comerciante y lleno de paz como de magia. Por lo menos habían tenido esa etiqueta hasta que algunos grupos surgieron en los últimos años donde se buscaba el bien y el mal...