• 21; La luz o la oscuridad.

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Harry no podía despegar su vista de Draco quién aún se encontraba dormido en la cama.

Muy temprano había despertado porque el chico había empezado con una nueva fiebre que ya le estaba trayendo de los nervios, le puso varios trapos húmedos tratando de ayudarle pero solo hacia las cosas más complicadas. Por lo menos hasta qué hace una hora atrás la fiebre se había calmado.

Lo escuchó llorar, lo escuchó pedir perdón y también escuchó como llamaba a sus padres pidiéndoles cariño.

Temprano también había apartado el ropero de madera para ver la puerta qué tapaba, dentro sacó aquella túnica, espada y máscara de plata que ahora tenía sobre la cama (a los pies de está) y el sentado en una silla, justo enfrente esperando que Draco despertara. Ya era hora de no seguir ciego por amar a alguien.

Cuando vio que Draco se removía, el se sentó de forma correcta.

Había llegado la hora. Tenía que enfrentarlo ahora o este nunca haría nada para decirle, ayer había sido testigo de como prefiera callar.

—¿Qué es esto? —habia tanta rabia en su voz.

El rubio quién apenas iba despertando, se le quedó mirando pero al ver lo que había sobre su cama, había disimulado su asombro.

Este se sentó con la espalda recargada en el respaldo de la cama.

—¿Una máscara? —le respondió cínicamente.

Harry intentó decir algo pero notó el cambio que el rubio había tenido, no era el Draco que solía conocer, aquel que se ruborizaba y trataba de hacerle callar diciéndole groserías. No había ninguna bondad en su mirada ni siquiera indicios de que fuera alguien bueno.

La persona que tenía enfrente suyo, solo se mostraba como lo que era: un vil mortifago asesino sin sentimientos.

—¿Eres un mortifago? —su pregunta tenía muchas esperanzas de que le dijera no.

Draco bajó la mirada haciéndole entender que no tenía la respuesta, por algún momento sintió alivio pero el muchacho se había alzado la manga de su túnica para mostrar la marca tenebrosa que llevaba en el brazo.

Aunque el ya la había visto antes, todo el mundo de Harry se vino encima suyo, entonces no habían sido alucinaciones suyas y era verdad. Ahora entendía porque Draco se ponía nervioso cuando el se encontraba cerca del armario, porque iba tan seguido al bosque, porque mostraba dolor en su brazo en el mismo lugar donde había lastimado a aquel mortifago. Ahora entendía porque había sido el único sobreviviente del asesinato de sus padres.

Tomó aquella máscara para poder verla de cerca, entonces está cayó al piso, Draco alzó la mirada siendo tan blanco que no se podía leer su expresión.

—¿Por qué? ¿Por qué me has traicionado así? —la voz de Harry se estaba quebrando, nunca creyó que este pudiera hacerle algo así— quisiste matarme...

—Y lo hubiera hecho...

—¿Desde hace cuánto eres un mortifago de mierda?

—No tengo porque responderte a eso.

—¡Estás jugando! —le gritó con muchas esperanzas de que todo eso fuera una mentira.

—¡Soy un mortifago! —Draco respondió, poniéndose de pie y recargandose del mueble que tenía a lado— tarde o temprano ibas a tener que enterarte que ese tonto Draco Malfoy estaba enterrado desde hace años, años tuve que estar fingiendo ser alguien que di por muerto. ¡Años soportar una maldita vida llena de miserias! ¡Años odiando a Hogwarts!

El camino al paraíso;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora