Todos en Hogwarts sabían que existía otra familia importante aparte de los reyes del pueblo, se trataba especialmente de los Malfoy.
La respuesta era simple con alzar la mirada y ver una casa de mármol blanco que se alzaba un poco más alejada del pueblo, pues la familia del sacerdote tenía que permanecer en un lugar más privado puesto que en casa también tenían pequeños templos para poder adorar a los dioses.
Y Draco desde niño supo que no podría tener una vida como los otros niños del pueblo.
Mientras esos infantes siempre salían corriendo de la escuela del pueblo para poder ir a enseñar a sus padres la magia que habían aprendido, él tenía que sentarse con su madre para leer sobre Merlin y los otros dioses que tenía que empezar a adorar. Pues nadie más iba a poder tener el honor de poder ocupar el puesto de su padre si no era su propio hijo. No podía aprender otro tipo de magia más que la curativa, y no le veía sentido. Él quería aprender lo mismo que los otro niños, no magia medicinal ni espiritual.
Para los Malfoy había sido muy fácil alojarse desde generaciones atrás en aquel puesto, pues todo aquel que naciera con cabello rubio se consideraba un ser puro, por lo tanto tenía que servir al templo. Y él tenía genes fuertes en tener cabello rubio, piel blanca y ojos grises que hacían que su vida se volviera más complicada.
No pudo salir de casa hasta los 12 años, el mismo día que había encontrado a Harry tirado a la orilla del lago. Él quería conocer a su alrededor, pero no esperaba encontrar a un moribundo.
Desde entonces siempre lo observaba, lo veía correr y reír con sus amigos. Cada día veía como aprendía un nuevo hechizo que le encantaba presumir con los demás. Agradecía que siempre esté lo buscará para huir algunos minutos para que este pudiera enseñarle esa magia que había aprendido en el colegio. Así que su amistad se vió forjada a salir corriendo al bosque sin salir de del perímetro de seguridad para hacer magia (la cual el se suponía no debería saber). Era tan feliz como Harry siempre le hacía sentir como un niño normal que no tenía etiqueta en la frente de "próxima deidad del pueblo". En verdad agradecía que esté lo tratara como su igual.
Si Harry nunca hubiese llegado a su vida, él estaría empeñado a seguir rezando por personas que no conocía.
Y como cada mañana, se veía así mismo enfrente del espejo de su cuarto. Se miró de arriba a abajo para verse vestido con una túnica blanca que odiaba llevar pero era necesario, además de que tenía que llevar un cordón grueso de color rojo con hilos de oro alrededor de su cintura. Odiaba esa vestimenta y era muy difícil moverse.
Serás mi heredero, todos nuestros bienes pasarán a ti y el pueblo te amara sin la necesidad de llevar una corona en la cabeza, incluso los propios reyes te consentiran.
Su padre siempre le repetía una y otra vez aquellas mismas palabras que ya hasta se las sabía de memoria.
Simplemente necesitaba un respiro y vivir de verdad.
El tomó sus cosas para ponerlas en los bolsillos de su túnica y salir del cuarto para toparse con algunas concubinas que al verle, habían bajado la mirada para no tener que hacer contacto físico. Si quería hablar con alguien en su propia casa, tenía que acercarse pero ellos tenían que bajar la mirada.
No la hizo mucho caso porque ya se había acostumbrado a eso, cuando era niño aún podían mantener contacto con él pero cuando comenzó a crecer y todos se dieron cuenta que estaba convirtiéndose en un hombre muy apuesto, se obligaron a bajar la mirada. Su padre decía que cualquiera querría tener pensamientos impuros con él, y tenía que llegar puro a su matrimonio cuando fuera la hora. Así que en casa solo se la podía pasar hablando consigo mismo en el espejo.
![](https://img.wattpad.com/cover/219565144-288-k198585.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El camino al paraíso; [ Harco ]
FanficEl pueblo de Hogwarts siempre se ha caracterizado por ser un reino tranquilo, comerciante y lleno de paz como de magia. Por lo menos habían tenido esa etiqueta hasta que algunos grupos surgieron en los últimos años donde se buscaba el bien y el mal...