• 07; Imposible alejarse.

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Draco no podía creer lo que estaba viendo enfrente suyo, más bien sentía molestia por muchas cosas pero tampoco se iba a exponer demasiado. Aquella mañana había despertado con las intenciones de poder portarse un poco más "accesible" con Harry como que para al salir de casa, se encontrará con Weasley en lugar del miope de cuarta.

Discretamente había preguntando porque su guardia de siempre no estaba con él, la respuesta había sido tan sencilla: Está en una cita.

Unas simples palabras que lo hicieron mantenerse en silencio durante el resto del día, aunque también pensaba que el pelirrojo lo había dicho a propósito tratando de buscar algo pero no dejaría que se metiera en sus pensamientos ni hiciera nada con sus facciones. Que se jodiera.

Se la pasó dando algunos consejos con muchos pueblerinos que se cruzaba en el camino, si uno que otro intentó robarle algunas cuantas monedas pero Weasley había hecho algo.

Le sorprendía que este si supiera hacer algo y no solo sirviera de decoración.

—Quedate aquí afuera Weasley —le dijo cortándole él pasó cuando el pelirrojo ya estaba subiendo las escaleras de madera de aquella casa.

—No puedo...

—Solo voy a entrar a ver a un anciano enfermo. ¿Que puede hacerme, jalarme de las orejas?...—se quedó callado ante la mirada del soldado, se suponía debía ser alguien paciente.

Se le había olvidado que este no era Harry, no podía hablarle así a los demás.

—Estas de mal humor por algo, de acuerdo. —el pelirrojo dijo al pie de aquellas pequeñas escaleras— me quedaré aquí.

Draco le dió la espalda para poder empujar la puerta de madera de aquella casa.

Recargó su espalda en esta después de cerrarla, sentía una enorme presión en el pecho de pensar que Harry seguramente iba a tener una nueva novia con la cual iba a estar caminando de la mano por todo Hogwarts. Al igual que cuando había tenido una relación con Ginny Weasley.

No era su vida y no tenía porque entrometerse o sentirse molesto. Si él chico quería salir con un caballo, tampoco iba a ser su problema.

Aquella casa solo tenía dos piezas, el área de la cocina y en la otra pieza se encontraba una mesa pequeña de madera, la fogata pegada a la pared y cerca estaba la cama donde pudo ver el bulto de aquel hombre envuelto entre sábanas. Le habían dicho que se encontraba en las últimas, necesitaba confesarse y ahora el disponible era él.

—Buenas tardes...—dijo caminando hasta donde esté estaba.

Lo escuchó quejarse en voz baja, no podía dejar de ver a su alrededor pues el techo era de paja. Con cualquier lluvia todo entraría fácilmente o no entendía muy bien eso, si es que le habían puestos hechizos anti lluvias entonces podría estar bien. Pero él frío era otra cosa sería.

Suspiró profundamente buscando alguna ventana en el lugar pero solo había una pequeña dentro de la cocina.

—Soy Draco Malfoy, he venido a escuchar sus pecados para que pueda cruzar a la siguiente vida sin arrepentimiento alguno —llegó hasta aquella cama notando que era la peor que pudiera haber visto— ¿Señor?

No quería que ya hubiera estirado la pata apenas llegaba, no iba a saber que hacer.

Llamaría a aquel soldado de cuarta para que le ayudara en algo.

Se giró con intenciones de ir hacia la puerta en busca de aquel hombre pero se detuvo cuando sintió una sensación horrible llena de odio puro que no pudo identificar hasta el momento.

El camino al paraíso;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora