Parecía que Hogwarts había perdido su nombramiento como el pueblo más tranquilo.
Apenas los primeros rayos del Sol comenzaban a asomarse por detrás de las montañas, y el rumor de que el segundo encargado de las protecciones del pueblo había sido llevado a la fuerza al interior del bosque. Su mujer había dado el aviso de que se había ocultado por miedo a ser llevada o lo peor, asesinada, pues aquellas personas tenían toda la intención de hacer eso.
Por eso mismo fue reclutado en un grupo de 10 soldados, los mejores que había en el ejército mientras se trataba de magia y pelea. El general mismo había dicho que iban a una peligrosa pero sigilosa misión.
Tenían que ir sin caballos y tener que usar perfectamente la aparición, muchos de los magos y brujas del pueblo no sabían controlar eso. Solo pocos.
Entre ese grupo iba Sirius (quién también era su padrino), Remus (Amigo de Sirius y de su padre), Kingsley, Dean, Ron y otros cinco con quienes aún no tenía la oportunidad de conocerlos muy bien pero había escuchado que unos y otros eran buenos para ciertas cosas. Por ejemplo, Remus era experto un experto rastreador, quizás sus sentidos de hombre lobo ayudaban demasiado en eso.
Los diez iban caminando tranquilamente pero manteniendo la guardia alta mientras más se metían dentro del bosque más allá de los límites del pueblo. Era muy riesgoso haber salido en un grupo pequeño pero era mas vistoso cuando se trataba de un ejército completo. Si eran vistos, todo se echaría a perder.
El general Rossiĕl seguía adelante de ellos, con varita en mano pero la otra la sostenía en el mango de su espada para poder atacar con ambas manos en cualquier ocasión. Soplaba una ligera brisa, los árboles eran mucho más altos y demasiado abundantes, tal como lo recordaba de niño.
Sirius iba adelante de espaldas a él, odiaba que aún tuviera ese pésimo pensamiento de que le iba a pasar algo.
Tenían cuidado también con sus pasos, se habían aplicado unos hechizos de sigilo para evitar el ruido de las hojas secas y tierra húmeda. A lado del general Rossiĕl iba Remus, le iba guiando por dónde su olfato le indicaba que el secuestrado podía estar. Solamente rogaban que no lo hubiesen matado o habría sido de en valde su intentó de recuperación.
¿Por qué era tan importante? Era obvio, conocía los hechizos protectores del pueblo, no podía revelar cuáles eran o sería la perdición.
—Hay una fogata —el general Rossiĕl los hizo detenerse, extendió su brazo al mismo tiempo— quiero que rodeen este lugar.
—Esta ahí —dijo Remus.
Harry se asomó detrás de unos arbustos para ver al hombre que se encontraba atado de pies y manos junto al fuego de una fogata, había rastros de que habían comido en ese lugar y la tienda de tela que se encontraba a lado podía verse dos sombras sentadas.
Era auna grande oportunidad de aprovechar esa oportunidad.
—Quiero que Harry y Dean se encarguen del hombre. Sirius, Remus y yo atraparemos a los que están dentro de la tienda: Los demás tienen que estar al pendiente de los alrededores.
Apenas recibieron una orden, y todos aparecieron en diferentes lados menos los que tenían que ir al peligro inminente.
Harry sacó su varita y caminó a lado de Dean para poder acercarse con sigilo a la fogata aunque su mirada y su audición estaban al pendiente de todo. Pues la noche se sentía pesada, y por experiencia propia, ni el silencio ni el ruido eran buenos. El ambiente tenía que ser neutro.
Para su buena suerte así era, llegaron rápidamente con el mago quien al verlos había abierto sus ojos pero Dean se puso su dedo índice sobre la boca para que guardara silencio.
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El camino al paraíso; [ Harco ]
FanfictionEl pueblo de Hogwarts siempre se ha caracterizado por ser un reino tranquilo, comerciante y lleno de paz como de magia. Por lo menos habían tenido esa etiqueta hasta que algunos grupos surgieron en los últimos años donde se buscaba el bien y el mal...