Después del desastroso acontecimiento del incendio en el pueblo, la tranquilidad había vuelto con muchos estragos encima. Los agricultores no tenían más sus casas, ni sus reservas. Todo, absolutamente todo (incluyendo sus casas) tenían que empezar desde cero. Los magos y brujas se habían unido para poder hacer algo con ellos, ya fuese donarles algo, comida, ropa, madera de sobra o piedra. Pero no crean que en cuestión de días o semanas iban a tener todo lo que tenían desde un principio.
¿Quién podría ser tan cruel al dañar el propio lugar donde uno vivía? Esos caballeros de Walpurgis debían ser unos desgraciados al haberles dejado con poco pan, trigo y muchas cosas. Más, si de por si tenían poco, ahora era nada.
Pero también tenía una duda muy enorme, y era saber cómo porque Potter estaba adentro de su cuarto.
Llevaba tres días en cama, en esos malditos tres días siempre que despertaba para comer algo o beber otra poción que le ayudara a desinfectar sus pulmones por el humo del fuego maldito, siempre se encontraba con este sentado en una esquina del cuarto. Justo enfrente del pequeño ropero de madera de roble que tenía ahí.
Y eso lo hacía sentir nervioso.
—¿Que clase de privilegios tienes, Potter? —le dijo a la defensiva al cuarto día.
El soldado dejó de ver por la ventana que daba hacia el bosque que había más allá.
—Haberte salvado la vida es un gran privilegio.
Y una sonrisa cínica iluminó su rostro.
—Te recuerdo que estás en mi cuarto, “mi cuarto” —se acomodó en su cama sin tener intenciones de ponerse de pie, quería descansar— es totalmente prohibido estar en mi cuarto, cualquier hombre o mujer deberían de esperar a que esté...preparado para tener un compromiso que será con una mujer, por supuesto, pero igual eres un hombre y...
—Anda, a nadie le interesa saber que uno debe estar puro para tener sexo.
Las mejillas de Draco se pusieron demasiado rojas, hasta las palabras se le habían quedado atoradas en la garganta porque era bastante prohibido hablar de eso de esa misma manera.
Su padre le estaría obligando a lavarse la boca con jabón y rezar muchos rosarios pasa purificar su alma.
Harry se removió de aquel asiento que estaba al percatarse de su vergüenza.
—Bueno me fuí de más, perdona, la emoción de estar en el cuarto de algo ilegalisimo —le siguió diciendo con burla.
—Ya me siento mejor, eres un soldado y no un sanador así que lárgate.
—Se dice: Gracias por haberme salvado.
—Gracias por arruinar mi vida.
—No es lo mismo pero lo tomaré aún así —dijo despreocupado, volvió a cruzar sus brazos para ver por la ventana— no es que te sientas mejor, fuiste atacado directamente por ellos asi que no puedo dejarte solo.
—Si me hubieran hecho algo malo estaría muerto.
—Y bien muerto ibas a estar si yo no hubiera llegado —escuchó como arrastraba las palabras.
Tomó un gran respiro solo para no gritarle a su padre que quería a ese individuo fuera de su casa pero iba a quedar mal.
Y a su padre no le daría gusto eso.
—Voy a seguir a tu lado por más tiempo —dijo Harry pasados unos minutos, después de tanto estar viendo por la ventana.
—¿Mas tiempo? —le preguntó mientras fingía acomodar sus cobijas.
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El camino al paraíso; [ Harco ]
FanfictionEl pueblo de Hogwarts siempre se ha caracterizado por ser un reino tranquilo, comerciante y lleno de paz como de magia. Por lo menos habían tenido esa etiqueta hasta que algunos grupos surgieron en los últimos años donde se buscaba el bien y el mal...