• 19; El hijo no deseado.

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A la siguiente noche escuchó cómo habían interrumpido la tranquilidad de su casa, había logrado calmar la fiebre pero podía oír como había cosas que se estaban quebrando.

Al abrir sus ojos pudo notar que su vista a estaba fatal. Hace unos días aún podía ver las cosas borrosas, pero ahora parecía qué de momentos esta se iba dejándole ver negro por cortos periodos de tiempo. Pero eso no impidió que abandonara la cama para ir hacía donde estaba escuchando todo ese alborotó.

En su camino llegó a tropezar con algo tirado en el suelo, al caer el había volteado tratando de ver qué era. Cuando tuvo la visibilidad estable por algunos segundos, se alarmó al ver el cuerpo de la concubina encargada de la cocina. Había un charco de sangre alrededor suyo, le habían cortado el cuello. Y no podía entender si ella había gritado o algo, simplemente no recordaba nada.

Escuchó el grito de su madre, así que el se levantó tratando de no resbalar por la sangre.

Odió cuando la vista se puso negra de inmediato haciendo que se sintiera frustrado. Pero avanzó, avanzó por dónde sus instintos lo estaban llevando, recordando lo que había en su paso. Así fue hasta que llegó al pequeño santuario dónde sus padres rezaban de madrugada.

Ahí fue donde escuchó los gritos con más claridad.

—Pensé que no te ibas a levantar —escuchó detrás suyo a Tom, y la puerta se había cerrado.

Se talló sus ojos para poder aclarar la vista de nuevo, por suerte si pudo ver qué estaba pasando.

En el piso sus padres se hallaban tirados, ambos amarrados, siendo torturados por Pansy y Blaise que no llevaban la máscara para dejarse ver quienes eran.

Cuando se dejaban ver, eso significaba algo: no iban a sobrevivir.

—Draco...—su padre murmuró.

El se giró hacia a Tom, lucía molesto si, nunca había estado de acuerdo con eso.

—Nunca dije...

—La vez pasada te dije que te iba a librar de tus carceleros.

—No es cierto.

—Claro que sí, tu incluso aceptaste, que no te acuerdes no es mi culpa —Tom le dió una mirada a los otros dos para que siguieran torturando al sacerdote y su esposa.

El quería sacar su varita pero se encontró con haberla dejado en su cuarto, al igual que la espada.

Intentó caminar hacia sus amigos para evitar que siguieran pero fue tomado de los brazos por parte de Tom. Para su mala suerte no tuvo las fuerzas de pelear porque el ardor en su brazo hizo que jadeara, perdió el equilibrio siendo sostenido por el contrario quien lo abrazó por la espalda.

—¿Vas a luchar por ellos? Por favor, Draco. Eres patético...

Draco miró a sus padres, estos de vez en cuando miraban hacia a él con mucha decepción. Pero estaba acostumbrado a ser visto así.

—Ese hombre que está ahí tirado no es tu padre, solo es un conocido que lleva esa etiqueta. Esa mujer que está a su lado, no es tu madre y no es perfecta como Lucius Malfoy la describe. Solo es una mujer más que se encargó de darte la vida. Tú y yo sabemos el coraje que te tiene, porque al tenerte, ella perdió la oportunidad de volver a quedar embarazada: y ella deseaba con el alma una niña, solo quería una niña que jamás tuvo...

Draco dirigió la mirada hacia a ellos, Pansy y Blaise habían dejado de torturarlos por órdenes de Tom. Los chicos le regalaron una mirada de disculpa antes de dar varios pasos hacia atrás.

El camino al paraíso;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora