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Draco hasta el momento no se había dejado ver el pueblo después del funeral de sus padres.
Había prohibido las visitas de las personas que intentaban llegar a su hogar para poder darle sus condolencias como también había evitado que algunas concubinas llegaran a instalarse a la casa para poder servirle. Al parecer quería estar solo y claro que todos entendían, es por eso que nadie más había insistido en querer saber sobre el rubio. Este ya saldría cuando quisiera sin ser obligado.
Todos debían de comprender que estaba pasando por un dolor enorme al perder a sus padres. Pero también se hacían la gran pregunta de qué iba a pasar con el puesto de sacerdote.
¿Lo iba a tomar? Todos esperaban que asi fuera, no podían permanecer sin un lider espiritual.
Pero para Draco eso no le importaba en lo absoluto, había estado los últimos días encerrado en su propia habitación mientras disfrutaba de su soledad. Sin escuchar a su padre exigiéndole cosas ni reclamando cuando lo superaba. Ni siquiera se tenía que encontrar con la mirada de su madre quien desviaba la mirada porque nunca había podido tener una niña.
Todo eso había dejado de ser un problema para él, aunque pasó también los últimos días en cama, con dolores de músculo, fiebre, dolores de cabeza, vómitos y perdiendo la vista cada vez más.
Pero esa tarde, Harry había entrado a su casa sin pedirle permiso. Si se había aislado así mismo era para tener tiempo suficiente en querer superar aquello que sentía, quizás si no lo veía seguido entonces podría pasar ese capricho pero no fue así: también necesitaba verlo.
Por eso mismo le había permitido la entrada y que se hiciera dueño de la cocina, él esperaba sentado en una de las sillas de la mesa sin despegarle la mirada.
Harry era un completo necio, este apenas le vió le sugirió o más bien le obligó a qué debía comer algo.
Por eso mismo estaba ahí.
—¿No has pensando estar en algún otro lugar? —lo escuchó, este le daba la espalda al estar llenando un vaso de leche para él— digo, este lugar...
—Me voy a quedar aquí, es mi casa después de todo —y no me quedaré por más tiempo en este lugar.
—Te has descuidado demasiado, te veo más estresado, deprimido y...
—No me hagas correrte a patadas.
—Perdón, perdón —este alzó las manos pero después le dejó el plato con fruta picada y ese vaso de leche enfrente de él— algo ligero, llevas muchos días sin comer bien que algo pesado podría caerte mal.
También se había servido un vaso de leche y se sentó a su lado, demasiado pegado a su parecer.
Pero Draco no tenía ni ganas de comer.
Notaba que había algo raro en Potter, su mirada o lo que podía notar más bien era que había acusación en esta. Se preguntaba de qué...no quería creer aún lo peor.
—¿No vas a comer? —Harry le dió un sorbo a su vaso.
—No.
—¿Acaso no te importa tu salud?
—No.
—¿Me vas a decir a todo que no?— Preguntó de nuevo con aquel tono sugerente, esperando paciente a ver su reacción y casi suspirando aliviado al ver que tomaba un poco de fruta solo para ponerlo feliz.
— No puedo comer—le respondió, tragó aquella fruta e hizo el esfuerzo por no vomitar, tomando recién el vaso que le correspondía para así dar un sorbo a su leche.
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El camino al paraíso; [ Harco ]
FanfictionEl pueblo de Hogwarts siempre se ha caracterizado por ser un reino tranquilo, comerciante y lleno de paz como de magia. Por lo menos habían tenido esa etiqueta hasta que algunos grupos surgieron en los últimos años donde se buscaba el bien y el mal...