Ese día se celebraba la misa de cada mes, donde Lucius oraba por las almas de los fallecidos y le pedía a los dioses que la vida en Hogwarts volviera a ser tranquila.
Si tranquila se refería a que las mujeres se sintietan menos que los hombres, o querer ser madres solteras era un delito, o donde la iglesia tenía más lujos que las familias del pueblo, o los reyes eran unos malagradecidos rodeandose de riquezas al quitarle sus pequeños lujos a su pueblo, entonces Draco prefería que Hogwarts siguiera como estaba.
Podía ver a Tom Riddle e hijo en primera fila, a cada lado de ellos estaba una fila de soldados e igual en la fila detrás de ellos para evitar que los feligreses les hablaran o tocaran.
Pero también pudo ver a Harry atrás de Riddle (hijo). Era un maldito necio, le dijo muchas veces que debía tener reposo y no volver al ejército apenas se sintiera mejor. Pero bueno, estaba hablando del mismo Harry Potter que nunca le haría caso. Contando que la mirada de su líder eran cuchillos afilados buscando una explicación de porqué Potter estaba vivo.
Y él tenía la respuesta.
—Tenemos que guardar un minuto de silencio por la desaparición de nuestra querida reina —Lucius dijo aún con las manos juntas y los ojos cerrados— qué si ha pasado a otra vida, pronto los culpables paguen por ese pecado. El arrebatarle la vida a alguien, es algo tan inhumano y cruel...
Vaya que la reina había pasado a otra vida. El mismo Riddle se había encargado de deshacerse de ella apenas dieron por cancelada su búsqueda.
No le servía, el reino lo destrozaría y se haría de los más grandes.
El observó como todos cerraban sus ojos, juntaban las manos y agachaban la cabeza para poder orar por su alma si es que estaba “muerta”. Los únicos que no cerraron sus ojos fueron Riddle (quién lo seguía mirando con coraje) y Harry: quién lo miraba con mucha preocupación.
¿Por qué? Se veía fatal ese día.
No había podido dormir bien después de pasar una noche llena de fiebre donde su madre le mandó solamente unas hierbas que no bebió porque no iban a servir de nada. Ahora también podía sentir un gran escalofrío que le hacía sentir mucho frío, si se estaba aguantando las ganas de temblar era porque debía seguir parado a lado de su padre: como un muñeco.
La cabeza le daba vueltas, su interior dolía demasiado como si sus órganos se estuvieran consumiendo e incluso el estómago le dolía horriblemente por haber pasado algunos días sin comer bien, pues cada alimento que se llevaba a la boca, lo vomitaba.
—Todos alcemos nuestras oraciones al cielo —Lucius dijo pasado un minuto, extendió sus manos con las palmas hacia arriba— por nuestra reina, nuestros soldados, nuestras cosechas perdidas y por nuestras familias.
Draco imitó su gesto para poder seguir la rutina qué conocía muy bien.
Pero comenzó a sentir unas grandes punzadas en la cabeza, su vista se volvió considerablemente borrosa hasta cierto punto donde no podía distinguir nada, su cabeza daba vueltas.
Su cuerpo le estaba exigiendo calma.
Se giró lentamente hacia su padre estirando discretamente su mano para pedirle su retiro, no se sentía nada bien.
Pero este le alejó la mano con molestia.
—Ahora que todos estamos presentes, recogemos la oración hacia Gryffindor, nuestro Dios de la valentía....
No pudo seguir. Perdió el conocimiento, escuchó gritos llamándole pero no pudo responder.
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El camino al paraíso; [ Harco ]
FanfictionEl pueblo de Hogwarts siempre se ha caracterizado por ser un reino tranquilo, comerciante y lleno de paz como de magia. Por lo menos habían tenido esa etiqueta hasta que algunos grupos surgieron en los últimos años donde se buscaba el bien y el mal...