-Callate, Serena-gruní. No estaba de humor para sus lecciones de vida.
-Hablo en serio Luna. A ese paso te sacaran del orfanato- me respondió ella.
-Pero si es justo lo que quiero. Salir de este maldito infierno-
-En este infierno te dan comida e intentan buscarte padres-
-Yo no quiero padres, Serena. Ya tengo 16, nadie adopta a personas de nuestra edad-
-No digas eso!- se exclamó ella con los ojos llenos de lágrimas. Pobrecita, ella aún tenía esperanza. Se sabía que la mayoría de los padres que adoptaban preferían a los bebes. Era más sencillo.
-Abre los ojos Serena, no nos queda nada aquí-
-Somos una familia- argumentó ella. Aunque teníamos la misma edad, no podíamos pensar de manera más diferente.
-No digas estupideces- ataqué.
La puerta de la diminuta habitación que compartíamos se abrió de golpe. Ya sabía lo que me esperaba.
-A mi oficina ahora- llamó la madre superiora.
Algo peor que estar en un orfanato?
Estar en un orfanato de monjas.
Me puse de pie conociendo ya el sermón de siempre. Cuando llegamos a la habitación que hacia de oficina, me senté en mi silla habitual.
-Esto es inaceptable- empezó la hermana Clarisa.
-No ha sido mi culpa- intenté defenderme sabiendo que no serviría de nada.
-Nunca es tu culpa, según tú! Es el quinto colegio del que te expulsan este año-
-No me gusta la escuela-respondí sencillamente.
-Sin la escuela no se llega a ninguna parte!- se exclamó ella. -Ya es suficiente de esa actitud. No ves que solo te perjudicas?-
-Si tanto problemas causo, déjenme irme- dije frunciendo el ceño.
-Sabes bien que esa no es una opción-
-Nadie se enterará, pueden decir que me escapé- insistí.
-Y a parte nos pides que mientas! Es que te has entregado a la maldad, niña?!-
-Yo...-
-Orarás una hora más hoy y lavaras los platos cada día por una semana. Eso te enseñará. Que Dios te reprenda.-
-Que la reprenda a usted, por ser tan injusta- susurré, pero lo suficientemente alto para que pudiese escuchar.
-A tu habitación ya mismo!- se exclamó toda roja haciendo que las arrugas de su cara se hiciesen aún más visible.
Me puse de pie y salí dando un puertaso, como cada vez que me metía en problemas.
Si, me habían expulsado de la escuela, pero de verdad no había sido mi culpa.
Unos tontos intentaron pasarse conmigo y les propiné unas muy merecidas cachetadas. Era defensa propia.
Me alegré al ver que Serena ya no estaba en nuestra habitación cuando volví. De seguro debía estar por ahí plantando rosas y leyéndole cuentos a los más pequeños. Ella si que era un ángel.
Fue a la primera que conocí, cuando llegué aquí 15 años atrás. Nos pusieron en la misma habitación, y desde siempre me había parecido un cachorrillo asustado. Era lo más parecido que tenía a una amiga, pero no se lo decía seguido porque se lo tomaba muy enserio.
Dirigí mi mirada a la pequeña ventana que daba a la calle. Londres me parecía una ciudad horrible. Siempre llovía y el cielo siempre estaba gris.
Cuando escuché el timbre, me dirigí al comedor. Era la hora de la cena y moría del hambre. Al orfanato le estaba yendo mal últimamente y las raciones se hacían cada vez más pequeñas. Tan solo vivíamos de las donaciones de los creyentes de la iglesia de al lado, pero el dinero se hacia escaso y se sentía bastante.
Me senté en el comedor sola y devoré con ganas mi plato de avena.
-Te ves cansada- dijo Adela sentándose a mi lado.
Adela era la monja más joven. Tan solo tenía 20 y era también la que más me agradaba. Era la única que no me regañaba por todo y que de verdad se preocupaba por nosotros.
-Pesadillas-dije simplemente.
No había dormido en días.
Las mismas malditas imagenes tiroteaban mi mente sin cesar desde que cerraba los ojos. Lo extraño, era que no eran imágenes que pudiese entender. No tenía nada de ver conmigo. Siempre soñaba con un lugar devastado, lleno de cuerpos ensangrentados. Algo así como un campo de batalla. Era tan extraño. Pero no quería contarle a nadie, tenía miedo de que me dijeran que estaba loca, o peor, que tenía un demonio dentro y quisieran exorcizarme.
De mis padres no sabía absolutamente nada. Había llegado aquí con tan solo un año. No conocía ni siquiera sus nombres, y tampoco sabía si era inglesa o si había nacido en otro lugar. Yo era simplemente una sombra.
Cuando la cena terminó, me dirigí a la cocina. Mi castigo era lavar aquella montaña de trastes, y aunque no me apetecía para nada, no tenía ganas de más problemas aquel día. Me llevó horas lavar todo y mis manos terminaron pareciendo pasas.
Cuando salí de la cocina, sintiéndome más exhausta de la cuenta, vi que todas las luces estaban apagadas. Ya todos se habían ido a dormir.
Caminé hacia mi habitación, pero me detuve al sentir pasos entre la oscuridad.
-Adela?- llamé pensando que a lo mejor estaba asegurándose de que todos estuviesen en sus habitaciones. Pero no obtuve respuesta de la oscuridad, y luego, mis ojos se cerraron.
Primer Cap!!
Definitivamente es una historia que salió de la nada XD Pero ya siento que será muy especial<3
Espero que les encante
No olviden votar-comentar y seguirme<3
Los quiero un mundo
DD

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Sin Mirar Atrás
FantasyLuna. Un nombre que desató desgracia en un mundo que no es el nuestro. En su sangre había algo funesto. En su mirada había pura vida. Hija de luz y sombras. Entre el bien y el mal. Condena y salvación. Poder. Traición. Secretos. Amor. Y dos prof...