PUNTO DE VISTA DE LUNA.
Salí de su habitación sintiéndome como una completa inútil. Como podía Mica pensar de esa forma? Luego de analizarlo me di cuenta de que en realidad, nunca había visto a Mica preocuparse por otra cosa que por los que le rodeaban. daba su vida por todos pero se destruía mientas lo hacia. Cuidaba de todos y no dejaba que nadie cuidase de él.
Me metí en mi cama sabiendo que lloraría toda la noche. Lloraría porque estaba frustrada y porque necesitaba buscar una manera de que se cumpliese su maldita profecía. Me juré que haría todo para lograrlo, porque por más que odiara admitirlo, no podía vivir sin él. Me di cuenta aquella noche de que, desde que había ocurrido todo esto, Mica había sido mi único verdadero soporte. Él me mantenía fuerte, y me dolía saber que yo no podía hacer lo mismo. En medio de la madrugada, tuve que cerrar los ojos de tanto que me dolían. Estaba cansada, pero no era mi cuerpo, era mi alma. Cuando me puse de pie la mañana siguiente, tan solo quería una cosa : salvar a Mica.
Cuando el reloj dio las 7 de la mañana, salí de mi habitación hasta el jardín y creé el portal. Era la única manera para poder ir a ver a los reyes al castillo sin que Mica o Victoria se diesen cuenta. Por primera vez estaba dispuesto a darlo todo por alguien, y ese sentimiento era más fuerte que cualquier profecía.
El portal me llevó al salón en el que ya había estado antes, pero los reyes no estaban allí aún. Estaba Lans.
-Donde están los reyes?-pregunté sin saludarle. Lans se había vuelto nada para mí, y mi frialdad pareció aturdirle.
-Vendrán pronto. Pero quiero hablar contigo antes- pidió.
-No me entera lo que tengas que decir-rechacé de inmediato, yo no le daba segunda oportunidad a traidores.
-Porqué me odias tanto, Luna? Ha sido Mica quien te ha puesto en contra mía? Sé que te molestaste porque le conté de tu profecía a los reyes, pero no es justamente gracias a eso que puedes salvar a Mica?-
Eso era un buen punto.
Si todo esto no estuviese pasando, probablemente yo nunca me hubiese enterado. Mica nunca me lo hubiese dicho. Se hubiese apagado solo y entre las sombras como un alma perdida.
Suspiré. La mirada arrepentida de Lans me torturaba. Sabía que era un buen chico que solo estaba siendo cruelmente manipulado por sus padres.
-Que te perdone no significa que volveré a confiar en ti-fue lo único que dije.
-Déjame mostrarte que estás equivocada.-dijo tomando mi mano, pero no retrocedí. Se quitó entonces un anillo que traía, un aro de plata muy fino, y lo puso en mi dedo. -Déjame mostrarte que todo seria mas sencillo si te quedaras conmigo y olvidaras a Mica. El no te merece.-
Tuve que cerrar los ojos para controlarme y no darle una bofetada.
-Eres un imbecil-dije quitando su mano de mi rostro.-Entre todos estos problemas lo que te importa es que esté con Mica? Una guerra está a punto de desatarse y matar a millones de personas, y tú solo te preocupas por alejarme de él? Que diablos ocurre contigo? Me esperaba más del líder del Equipo Solar-
Sin duda hubiese querido seguir descargando mi enojo, pero no pude hacerlo porque los reyes entraron en el salón. Sus atuendos derrochaban lujo y riqueza mientras que sus miradas eran pobres y ambiciosas. Me estaba metiendo en la boca del lobo, y no estaba dispuesta a salir de ella hasta ver a Mica en el trono y aquella profecía cumplida.
-Luna, no esperaba que llegases tan pronto-dijo satisfecho el rey.
-Acepto-dije de inmediato, no había tiempo que perder. Intercambiaron miradas sorprendidas.-Pero quiero que sepan que si Mica no termina siendo rey, haré todo lo posible por destruir su mundo-
La reina sonrío amargamente.
-Así que lo harás por él?-preguntó, y yo no respondí, porque aún no podía admitir en voz alta que estaba completamente enamorada de mi guardián.
-Tus poderes están dormidos. Tienes que despertarlos. Una vez lo hagas, vuelve aquí y muéstranos. Solo entonces declararemos la guerra a los Novas.-
-Y cuando harán a Mica rey?-
-Cuando ganemos la guerra.-me aseguró la reina.
Era un trato complicado, arriesgado, y sabía que si Mica se enteraba de esto podía perderlo. Pero a veces tienes que perder a las personas que quieres para salvarlas, por más que duela, por más que te haga sufrir.
Volví a casa sintiendo mi cuerpo temblar. No podía ocultarlo, estaba asustada. No sabía lo que venía. El futuro parecía más incierto que nunca.
Pude llegar antes de que Victoria despertara, pero no tuve la misma suerte con Mica.
-Dónde estabas?-preguntó de inmediato en cuánto llegué a la sala. El portal me había dejado en el jardín.
-Fui a dar una vuelta-respondí nerviosa.
-Y porqué utilizaste un portal? Desde cuándo puedes hacerlos?-cuestionó. Aún no le había dicho a Mica que mis habilidades empezaban a despertar.
-Yo...-sabía que me costaría crear una excusa que Mica creyera.
-Quiero una respuesta-exigió dando un paso hacia mí, y yo retrocedí. De repente su mirada se dirigió a mis manos y se quedó fija en ella.
-Porqué traes el anillo de Lans?-
Había olvidado quitármelo cuando Lans lo había puesto en mi dedo como símbolo de disculpa. Maldición.
-Yo...-
-Estabas con él-afirmó. Su mirada cambió completamente. Me miraba confundido y enojado. La decepción resaltaba en esos ojos mieles.
-Yo...-
-Eres una mentirosa-acusó.-Como te atreves a pretender estar enamorada de mí mientras vas a escondidas a ver a mi hermano?!-
-No, no es lo que tú...-
-Fui un imbecil al pensar que podíamos...-dijo, pero no terminó su frase.
Los gritos parecieron despertar a Victoria ya que apareció en la sala.
-Todos tenían razón, no vales la pena. No quiero volver a verte. Que sea Lans, el que te saqué de este infierno-
Cada palabra hundió un poco más el cuchillo en mi pecho, y creí que caería al sentirme tan débil. Mica desapareció por las escaleras, y aunque quise correr tras él y explicarle que estaba equivocado, no pude. Que le diría? Si, estoy enamorada de ti y no estoy viéndome con Lans, pero si con tus padres, que son nuestros enemigos y los únicos que pueden salvarte? Solo lo deje ir pensando que no le quería, y eso había sido lo mas doloroso que sentiría jamas.
Victoria que solo había observado una parte de la escena se quedó estática y sin saber que decir.
Aquella misma noche, Mica se marchó.
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Sin Mirar Atrás
FantastikLuna. Un nombre que desató desgracia en un mundo que no es el nuestro. En su sangre había algo funesto. En su mirada había pura vida. Hija de luz y sombras. Entre el bien y el mal. Condena y salvación. Poder. Traición. Secretos. Amor. Y dos prof...