Cap 16-Golpes y sangre

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Ya había salido el sol cuando  volví a mi habitación después de haber hablado con Lans. Alyssa ya estaba despierta, aunque no estaba lista. 

-No vendrás a la segunda prueba?-pregunté al ver que se volvió a meter a la cama. 

-No. siento que lloraré si voy-contestó aún triste. Le di un fuerte abrazo y me dirigí al baño para darme una ducha y cambiarme. 

Cuando salí, Alyssa se había vuelto a dormir y agradecí que no haya notado mi ausencia porque en realidad no quería tener que explicar que me había quedado toda la madrugada con Lans. 

Eran las siete cuando llegué a la cafetería. Me senté con Darius, Lydia, Antheia, Elara y Alaric. 

-Dónde está Blake?-pregunté por pura curiosidad. 

-Se está preparado-me respondió Alaric mordiendo su tostada.-Estaba nervioso esta mañana. Tal vez deberías ir a verle- 

-Porque no vamos todos?-propuse. 

Terminamos de desayunar rápidamente y fuimos al terreno. Los cinco seleccionados estaban calentando mientras que el equipo Solar observaba. Lans no estaba entre ellos, lo que me pareció raro. 

Al vernos, Blake corrió hacia nosotros. Llevaba un uniforme negro que hacia resaltar su ojos y la camiseta marcaba especialmente sus músculos. No me sorprendió ver a un par de chicas miranadolo desde lejos. Era cierto que Blake era muy popular. 

-Y bien? Estás listo?-pregunto Antheia. 

-Eso creo-respondió él con una sonrisa. 

-Mucha suerte. Lo harás genial.- dije a modo de apoyo. La prueba estaba por empezar y Lans aún no había llegado. Tampoco estaba Mica, pero eso no me sorprendía tanto. 

Cuando dieron la señal de que empezaría la prueba, nos sentamos en las gradas. El equipo parecía ahora preocupado. Dónde estaba su líder? Las pruebas no podían empezar sin él. 

En mi bolsillo, el teléfono que me había dado Alyssa empezó a sonar frenéticamente. 

-Tienes que venir rápido. Van a matarse!-al escuchar su grito me puse de pie y salí corriendo de allí sin avisarle a los demás que se quedaron mirándome. En medio del jardín donde había estado antes, Mica y Lans se acababan a golpes rodeados por un grupo que observaba perplejo sin saber que hacer. 

-Basta!-grité entre el silencio, y todos se giraron hacia mí. La sangre corría por la frente de Lans y Mica tenía el labio partido. Se golpeaban como si no llevasen la misma sangre en las venas. 

-Basta!-grité nuevamente más cerca, aproveché que tomaron algo de distancia para hacer lo mas estupido que me vino a la mente :

Interponerme. 

Agradecí a todos los dioses que tuviesen la velocidad suficiente para detenerse y no matarme entre su guerra de golpes. Mi técnica pareció funcionar porque ambos se detuvieron. 

Los miré sintiéndome nerviosa y también decepcionada. Los presentes me miraban sorprendidos por mi intervención, pero no podía quedarme allí a ver como se destruían. 

Por suerte Kaliste llegó en ese momento y le ordenó con voz autoritaria a todos los presentes que se marcharan. Quise hacer como ellos y eclipsarme, pero Kaliste no me dejó. 

-A mi oficina-fue lo único que dijo. Kaliste siempre me había parecido dulce, de esas mujeres que tienen un sentido materno increíble, pero en aquel momento pude ver una frialdad que desconocía. 

Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora