Punto de vista de Mica.
Tenía que hacerlo. Tenía que conseguirlo.
-Estás bien?-me preguntó Leonor cuando el consejo terminó.
-Si-respondí, y ella volvió al Fuerte mientras me quedaba con los reyes Nova.
Vi al Rey Archer suspirar al salir de la sala. Ver a su hija de esa manera debía ser duro. Siempre es difícil cuando tu propia sangre te traiciona.
-Ha terminado-dijo aliviado. Su reina parecía feliz también. Por primera vez la vi sonreír.
-Así es.-afirme esperando que fuese así.
-Pero no me hablas dicho nada sobre quitarle sus poderes-continuó el rey.
-Lo pensé de último minuto- mentí.
-Es un buen castigo-intervino la reina. Todo lo que fuese malo para Luna era bueno para ella.
-No es un castigo. Es lo mejor para ella. Sus poderes son muy fuertes y terminarán por destruirla. Estará mejor si ellos.-dije en un suspiro, y me sentí como un completo idiota al seguir pensando en su bienestar a pesar de todo lo que había pasado, pero la verdad era que mi alma se aliviaba al saber que Luna seria reina, y cumpliría así su profecía. Tal vez no era la misma, y su corazón nunca sería mío, pero esperaba a pesar de todo que pudiese ser feliz.
-Y qué hay de ti?-preguntó el rey, y aquella pregunta me sorprendió.
Que había de mí? Realmente no lo había pensado. Nunca pensaba en que ocurriría conmigo.
Tuve que sostenerme ligeramente de una silla para no caer.
Me quedaba poco tiempo.
-No queda nada. Tengo que marcharme-dije.
-Este reino estará eternamente agradecido por lo que has hecho, joven Mica.-
Y con esas palabras, me marché como una sombra. Que pasaría ahora con nuestro mundo al tener como reyes a Lans y a Luna? No lo sabía y me lamentaba al sentir que no estaría vivo para verlo. Solo me consolaba saber que moriría después de haber hecho lo correcto, después de haberlo dado todo.
Esa misma noche, decidí volver al único lugar que se sentía como mi hogar: El fuerte.
Kaliste me dio la bienvenida, y se sintió bien volver a pisar aquellos pasillos de tapicería antigua y mirar a todos entrenar duro. Me gustaba estar rodeado de gente de mi edad. Ellos parecían aún creer en los sueños que a mí me habían arrebatado.
Alyssa, Lydia, Elara, Antheia y todos los amigos de Luna corrieron hacia mí de inmediato. Eran tan inocentes. Aún no sabían que quien había sumido al mundo Sila en un caos era nada más y nada menos que su querida amiga. Pero no les diría. No me servía de nada descepcionarlos. Les dejaría continuar creyendo en ella porque yo ya no podía hacer lo mismo.
-Cómo está ella?-pregunto Alyssa. Había sido su compañera de cuarto y la amiga más cercana que había tenido.
-Está bien-respondí fríamente..
-Volverá?-preguntó Elara esperanzada.
-No, no lo hará. Luna será coronada reina. Se casará con Lans-
Había dicho eso con más amargura de la que quise dejar aparecer, y vi en la mirada de sus amigos una sorpresa indescriptible. Me marché de inmediato a mi habitación sin explicar nada más sabiendo que ellos buscarían respuestas. Cerré las ventanas y me tiré en mi cama, cayendo así en un sueño profundo del cual no sabía si despertaría.
PUNTO DE VISTA DE LUNA
Desperté sudando frío, las lágrimas se escapaban de mis ojos sin que pudiese entender porqué lloraba y cada parte de mi cuerpo temblaba cómo si estuviese expuesta a la peor tormenta de nieve. Miré a mi al rededor algo desorientada y vi que el sol empezaba a salir. Hoy era el día de la coronación, pero en ese momento no me importaba.
Había sonado con Mica.
Vi sus ojos, y luego vi su cuerpo bajo el agua. Él me miraba, y su piel se volvía luz, como si el sol estuviese besando su cuerpo. Cerré los ojos intentando recordar con detalle. En el sueño Mica no parecía estar muriendo, al contrario, estaba más lleno de vida que nunca.
Tome mi teléfono de inmediato llena de esperanza. Estaba convencida de que esto traería respuestas. Al fin lo lograría. Salvaría a Mica.
Llamé a la única persona que pensé podría orientarme en esto.
Kaliste.
Sentí tanto miedo al marcar su número. Y si ella también, me odiaba después de lo que había hecho?
Al tercer timbre escuché su voz, y me sentí agradecida.
-Kaliste-
-Luna-respondió y no escuché furia ni rechazo en su voz. Solo pura tristeza.
-Por favor te ruego que me escuches. Es sobre Mica, es importante-dije intentando organizar las ideas en mi cabeza. Kaliste continuó en silencio, por lo que supuse que aceptaba hablar conmigo. -Soñé algo muy extraño. Vi a Mica morir y renacer. Estaba en el agua. Su piel irradiaba luz. No sé que significa, pero creo que hay una manera de sal...-
-Mica ha muerto, Luna-
Me quedé petrificada sintiendo como una bala se hundía en lo más profundo de mi alma.
-Eso no es...Por favor dime que no es cierto Kaliste!-grite. Caí al suelo de rodillas y sentí como cada parte de mi ser gritó. Kaliste se quedó en silencio, y eso terminó de matarme.
Uno de los guardias vino a mí intentando ayudarme a levantar, pero me quedé allí en el piso mientras mis ganas de vivir desaparecían con Mica.
Había sido mi culpa.
Por mi culpa, él estaba muerto.
Debí luchar más, dar más, hacer más. Debí estar con él. Las lágrimas empezaron a derramarse, pero no eran suficientes para calmar el dolor que sentía. Lans vino hacia mí y no pude siquiera explicarle.
Entendí en ese momento, que había perdido a la única persona que había querido.
ESTÁS LEYENDO
Sin Mirar Atrás
FantasíaLuna. Un nombre que desató desgracia en un mundo que no es el nuestro. En su sangre había algo funesto. En su mirada había pura vida. Hija de luz y sombras. Entre el bien y el mal. Condena y salvación. Poder. Traición. Secretos. Amor. Y dos prof...