Punto de vista de Luna.
Me vistieron de seda, de oro, de plata... Un collar de diamantes, una diadema de esmeralda y un anillo de rubí. Jamás me había visto tan hermosa, pero jamás me había visto tan triste, tan vacía. Tan muerta.
Aquel día se celebraba mi boda.
Aquel día de celebraba mi coronación.
Aquel día era el funeral de Mica.
23 de mayo, el día que se quedaría grabado en mi alma hasta mi último respiro. Ya no sentía mi corazón. No sentía nada. Todo parecía en vano si Mica no estaba.
La boda ocurría en el castillo, como todas las bodas de los reyes anteriores. Todo estaba decorado a la perfección. Cristales caían del techo en lamparas de oro blanco, la rosas decoraban cada esquina con nobleza, y la Luz del sol entraba por los inmensos ventanales. Una boda de ensueño que era para mí un evento nefasto que me recordaba una y otra vez que lo había perdido todo. La música resonó, ligera, clásica, pero yo solo escuchaba una melodía insoportable inundando mi mente. Traté de sonreí, pero cómo, si Mica se había llevado mi última sonrisa? Caminé hasta el altar con la mirada en el piso, sin poder ver a los presentes que suspiraban al verme. Y mientras me acercaba al altar sentía como cada paso se volvía pesado. Me estaba hundiendo en el mármol blanco. Me estaban asfixiando los diamantes, los rubíes y las esmeraldas.
Lans sonreía, y mientras nos casaban mi mente divagaba como sombra en un cementerio. A penas escuché cuando dijeron el "puedes besar a la novia", y fue esa la frase que sellaría mi destino para siempre. Lans tocó mis labios con los suyos, y tuve que esforzarme para no dar un paso hacia atrás. Se escucharon los aplausos, los silbidos, las mil y una felicitaciones. Una vez casados, venían las coronas. Descansaban sobre terciopelo rojo y cuando fueron posadas en nuestras cabezas, vi a todos los invitados hacer reverencia a sus nuevos reyes. En ese segundo, intenté entender en mi cabeza cómo había pasado de ser una chica con problemas de conducta en un orfanato a ser reina de un mundo desconocido. Si me hubiese contado esto un año atrás, hubiese reído. Pero hoy, solo quería llorar.
-Salve a los Reyes!-se exclamaron todos a la vez. No me sentí incómoda al tener todas aquellas miradas sobre mí. Sentía que no era yo la que estaba allí, era alguien más, alguien lejano y desconocido.
Salimos del castillos agarrados de la mano. Allí estaba nuestro pueblo. Habían organizado un desfile en nuestro honor, en el honor de los reyes que habían acabado con la guerra. Me parecía hilarante que celebráramos en la mañana y declararemos el luto en la noche. Pero todos los sentimientos pueden mezclarse cuando ninguno de ellos son reales.
Pero para mí lo eran.
Nadie sufrirá la muerte de Mica como yo lo haría. Estaría de luto el resto de mi vida. Me ahogaría en oscuridad, en silencio, como una estatua olvidada en un museo abandonado.
Cuando acabó la coronación acabo, me vestí de negro. Sin joyas, sin oro, sin nada. Aquella Luna que vivía en el orfanato empezó a resurgir, y cuánto hubiese deseado que se quedara. Ella al menos era feliz, aunque no lo sabía.
Al caer la noche, me vestí de negro. Bajo aquella luna menguante ocurriría el funeral del príncipe más memorable que jamas había vivido. Enterraron su ataúd en el cementerio real. Donde, sepultados a seis metros, descansaban los miembros de la casa real. El pueblo estaba de luto, y el silencio paraca hacer que los presentes se fundieran en el cielo nocturno. Sé que a Mica le hubiese gustado ser enterrado de día. Él amaba el sol. Él era sol.
No lloré.
Ni siquiera cuándo Lans dio su emotivo discurso. Ni siquiera cuando los generales honoraron al mejor guerrero Sila. Ni siquiera cuando le dije un último adiós a su ataúd vacío.
Vi a Leonor, que lloraba desconsoladamente. Los demás miembros del equipo solar estaban allí, y entre ellos estaba Blake. Kaliste estaba presente con Alyssa. Lydia, Elara, Antheia, Alaric...
Todos los que fueron mis amigos estaban allí presentes.
Cuando terminó la ceremonia, me acerqué a ellos. Lucian justo como cuando me había ido. Ellos me miraron con curiosidad, como si no pudiesen reconocerme.
Cuando fui a abrazar a Alyssa, dio un paso hacia atrás y supe que a ellos también los había perdido.
-Reina-dijeron haciendo reverencia, y se marcharon sin decir más.
Recordé entonces una frase que había salido de la boca de la madre de Lans. "Los reyes no tienen amigos. Solo súbditos". Y fue allí cuando entendí que me había condenado a quedarme sola.
Cuando todo acabo, fui a mi habitación y me quedé dormida.
La luna quería mostrarme algo.
PUNTO DE VISTA DE MICA
-Me ha llamado esta mañana.-dijo Kaliste a través de la linea. El timbre del teléfono me había despertado temprano. Luna había tenido otro sueño.
-Y bien?-
-Soñó otra vez con el agua, pero esta vez dijo que era un lago. Ella cree que la luna está tratando de hablarle. Dice que si hubieses estado vivo, el agua de un lago del norte te hubiese salvado.-
-Y porque querría la luna salvarme? Soy un hijo del sol.-
-El sol y la luna no son enemigos, Mica. Son amantes condenados a nunca verse.-me corrigió. Yo aún no creía en esas leyendas- Admito que me preocupe mucho al hablar con ella. Está destruida, Mica. Como si no pudiese continuar. También escuché que sus poderes se están saliendo de control. No puede encontrar un equilibrio entre sus poderes Sila y sus poderes Nova. No crees que tal vez deberías decirle la verd...?-
-No.- corté de inmediato-Ella no merece esa verdad. Luna no está destruida por mi muerte. Debe estar fingiendo. Ella hizo todo esto por el poder, y ahora que lo tiene debe estar mas feliz que nunca- respondí amargamente, y escuche a Kaliste suspirar.
-Entiendo. Pero reconsidera el sueño. Necesitamos buscar información sobre un lago del norte-
-Hay miles de lagos en el norte-respondí.
-Al parecer este es diferente. Dijo que es un lago al que siempre le da el sol. Nunca cae la noche, en el lugar donde está el lago-
-Eso es imposible-
-Es lo que ha dicho ella.-
Aquello me parecía absurdo. Un lugar donde no cae la noche? Un lago de luz? Sonaba irreal, y no quería atarme a una esperanza que podía ser destruida luego. Prefería seguir pensando que iba a morir. Prepararse para la muerte era la mejor manera de estar en paz frente a ella.
Aún así no pude quitar esas ideas de mi cabeza, y decidí hacer lo que hace un Sila cuando está perdido.
Mirar sus tatuajes.
En ellos siempre hay respuestas.
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Sin Mirar Atrás
FantasiLuna. Un nombre que desató desgracia en un mundo que no es el nuestro. En su sangre había algo funesto. En su mirada había pura vida. Hija de luz y sombras. Entre el bien y el mal. Condena y salvación. Poder. Traición. Secretos. Amor. Y dos prof...