Cap 40-Dormiré a la derecha

333 35 6
                                    

Punto de vista de Mica.

Cuando la vi llegar horas después supe que esto sería una pésima idea, pero no había otras opciones. 

-Estás lista?-pregunté tratando de actuar normal, aunque la normalidad había dejado de existir entre nosotros hacia ya mucho tiempo.

-Todo arreglado-me aseguró y noté el nerviosismo en su voz. No podríamos hacer el viaje con portales porque podríamos ser interceptados por la Clave, lo que lo arruinaría todo. No nos quedaba más que tomar la técnica de los efímeros y tomar un auto. Kaliste nos había conseguido uno para el viaje, y aún recuerdo que su última frase en la llamada que habíamos tenido horas antes había sido "El amor que quema, y nunca se apaga". No sabía a que se refería, pero no estaba de humor para sus frases filosóficas. Nos subimos al auto y me sentí incómodo al estar a solas con ella otra vez. Me hizo pensar en las veces que la había salvado cuando yo era su guardián y teníamos una historia por delante. Al principio nos quedamos en un silencio total, como si no supiésemos hablar. 

-Vi a Leonor-dijo ella cortando la tensión para instalarla nuevamente. Porqué me hablaba de ella?-La vi en tu funeral. Leonor...está destruida.- 

Aquello era algo que me esperaba, pero que aún así dolió. Porque si alguien en el mundo merecía estar libre de sufrimiento, era ella. 

-Estará mejor sin mí-dije creyéndolo totalmente. Me hubiese gustado tanto que mi corazón se amarrara al de Leonor y no tener así que haber sufrido por la traición de la reina a mi lado.

-Porqué no le contaste la verdad? Porqué no le dijiste que todo estaba planeado?-preguntó mirándome por primera vez desde que se había subido al auto. 

-No quería contarle a nadie-respondí mirando la carretera. 

-Pero aún así aceptaste verme-insitió. A qué jugaba?

-Llegaste de sorpresa-mentí.

-No me mientas.-atacó de inmediato. Y era cierto. Me había quedado porque quería verla, pero eso nunca lo admitiría. Y eso era lo que ella buscaba. Buscaba saber que moría por ella y que había sido débil al no poder controlar las ganas de tenerla frente a mí. 

-No tengo porqué hacerlo. Eres la última persona a la que hubiese querido ver-mis palabras habían sido más duras de la cuenta, pero no podía dejarme caer en su juego. No confiaba en ella. El silencio volvió y la vi recostar su cabeza de la ventana como siempre hacia cuando se sentía perdida. Eso haría todo el viaje: destruirla con mis palabras para no perder el control y desear su amor. Odiarla sería mi defensa en esta aventura que probablemente terminaría en un abismo.

El camino era largo, incluso demasiado, y luego de conducir todo el día tuvimos que detenernos para descansar. Tuvimos la suerte de encontrar un pequeño pueblo a medio camino. Era un pueblo de efímeros, lo que me convenía ya que nadie me reconocería. 

-Allí esta el hotel-dijo Luna apuntando a la casa más grande del lugar. Estábamos en un pueblo del norte, un pueblo de pescadores. Era bastante tranquilo y al ser las 6 de la tarde, se veía en las calles a los pescadores regresando a sus casas con las cañas de pescar al hombro. 

-Buenas tardes-nos saludó una recepcionista. Era una mujer mayor de gran sonrisa.-En qué puedo ayudarles?- 

-Nos gustaría dos habitaciones para esta noche por favor-pregunté devolviéndole la sonrisa. Los humanos eran mucho más amables que las demás razas, y eso me ponía de buen humor. 

-Al parecer no nos quedan habitaciones disponibles-dijo mirando una libreta, pero antes de que nos marcháramos, nos detuvo. 

-Disculpen. Se acaba de liberar una hace unas horas-nos indicó disculpándose por su error. Miré a Luna buscando una respuesta y me sorprendío descucbrir un ligero sonrojo en sus mejillas. 

-Tomaremos esa-dije. No es como si tuviésemos otra opción, tan solo había un hotel en todo el pueblo. 

Luna se quedó callada y llevaron nuestras maletas a dicha habitación. Cuando estuvimos solos, Luna pareció ponerse más nerviosa. 

-Dormirás en el piso-me avisó, y no pude evitar reír. 

-Ni loco. Voy a congelarme-respondí tirándome en la cama. Ya sabíamos lo importante que era el sueño para mí.

-No me importa. No puedes dormir conmigo- contestó con altanería. 

-Porqué? Porque eres la mujer de mi hermano?-pregunté al ver cómo caminaba de un lado a otro. Esta situación parecia incomodarla especialmente. 

-No soy su mujer-me corrigió de inmediato-Ni siquiera compartimos habitación- 

Sé que aquello no debía tener ningún efecto en mí, pero vaya que lo tenía. 

-Pero eres su esposa-continué al ver que se estaba enojando por mi impertinencia. 

-Somos amigos. Nuestro matrimonio fue un arreglo.- 

-Pero me dijiste que lo amabas hace unos meses- A este punto creí que dejaría de hablarme. Veía el enojo en su rostro, y yo tan solo quería seguir provocándola. Suspiró pesadamente. 

-Ya te dije que no era verdad- 

-Nunca se sabe lo que es verdad cuando se trata de ti-contraataqué. Estaba siendo duro, pero era mi momento para decir todo aquello que había callado. Su silencio me dejó saber que la había herido, y decidí que era suficiente por hoy. 

-Dormiré a la derecha-avisé para luego entrarme a la ducha. 


Hello Hello! 

Que quieren que pase durante de la noche? ;) 

Gracias por leer, los quiero un mundo

DD

Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora