-Éramos muy jóvenes. Sin duda demasiado. Tenía 18 y acaba de entrar al equipo Solar. Yo también, crecí en el Fuerte. Mis padres, tus abuelos, eran guerreros. En nuestra primera misión en el mundo efímero nos encontramos accidentalmente con un equipo de Novas. Ambos equipos queríamos atrapar a un Volt que mataba a efímeros. Decidimos unir nuestras fuerzas y hacer la misión juntos. La Clave no lo aprobó. Silas y Novas estaban en guerra en ese momento, pero nosotros solo queríamos detener a aquel Volt, y no lo lograríamos por nuestro lado. Tu padre, que aún no era rey, estaba en ese equipo. Nos conocimos allí y desde entonces nos vimos cada día a escondidas. Lo apostamos todo por un amor que sabíamos no duraría. Estaba estrictamente prohibido que Silas estuviesen con Novas, y aún más en ese momento que nuestros pueblos estaban en guerra. Sabíamos que las concecuencias serían graves, pero decidimos que no nos separaríamos. Unos meses después quedé embarazada de ti y la Clave se enteró. Decidimos huir juntos, pero cuando naciste, tan solo unos meses después, nos atraparon. Estuvieron a punto de desheredar a Archer del trono, pero sus padres murieron súbitamente y no habían más herederos. Que él fuese rey era la única manera de asegurar el regreso de la paz. Cuando se convirtió en rey, lo comprometieron con la que es ahora reina. Una Nova, por supuesto. La clave me envió lejos y se quedó contigo. Nunca supe a donde te enviaron. Me expulsaron del equipo Solar y me quitaron todos mis cargos-
-Porqué me hicieron volver entonces?-
-Porque tienes algo que ellos necesitan.-intervino Mica.
-La Clave piensa que tienes poderes diferentes. Nunca en la historia había nacido una mixta. Ni siquiera se pensaba posible. Todos creían antes de tu nacimiento que dos razas diferentes no podían reproducirse. Te enviaron al mundo efímero porque tenían miedo de lo que podías ser capas. Tenían miedo de que pudieses desequilibrar nuestro mundo-
-Ni siquiera tengo poderes-respondí suspirando.
-Están ahí, eso es seguro-
-Así que me quieren por mis posibles poderes?- intenté aclarar.
-Los Silas quieren utilizarte como intercambio. Si le declaran la guerra a los Novas, saben que pueden utilizarte para ganar ventaja. Tu padre quiere encontrarte, Luna. Y no permitirá que hagan daño.-
-Y porque no vamos con él entonces?-dije confundida. Esa era sin duda una buena solución.
-No podemos-respondió Mica.
-Tu padre no gobierna solo. Tiene una esposa y dos hijos que solo quieren tu cabeza. Te entregaran a la Clave, y aunque sea la institución defensora de todas las razas, eso no incluye mixtos. Te eliminaran.-
A ese punto sentía que cualquiera fuese la decisión, cada una me llevaba a un destino funesto. La muerte parecía caminar conmigo a cada paso que daba. De tan solo pensarlo, mi cuerpo temblaba.
-Qué haremos entonces?- pregunté buscando algo de esperanza.
-Esperar.-
-Y despertar esos poderes-agregó Mica.
Nos levantamos de la mesa y cuando terminamos de limpiar todo, Mica me llevó al jardín de la casa.
No me digas que...
-A entrenar-
Maldición. Es que ni siquiera en medio de una crisis mayor me salvaría?
-No te preocupes, hoy no darás vueltas-me aseguró. Esas ya eran buenas noticias...
Se sentó en la hierba fresca y me invitó a hacer lo mismo. El sol ya había desaparecido y la luna empezaba a mostrarse.
-Te sientes más fuerte de día o de noche?-preguntó.
-No tengo idea-respondí sin entender. Todo esto de los poderes me parecía tan abstracto.
-Como tienes sangre Nova, que tiene su poder de la luna, y también sangre Sila, que responde al sol, debes estar conectada a la fuerza de los dos astros.-
Me quedé observando la luna por largos minutos preguntándome como podría obtener poder de algo que estaba tan lejos. El mundo estaba tan lleno de misterios. La noche era silenciosa y pacifica. Cómo estábamos en territorio Gea, la raza que estaba conectada a la naturaleza, los arboles del jardín eran saludables y fuertes. Me daba la impresión de estar en un pequeño bosque.
Vi lentamente como los tatuajes de Mica empezaban a aparecer por su piel. Nunca los había visto, y podía estar segura de que no mucha gente lo había hecho. Mica era un secreto sin revelar.
-Pensé que Los Silas solo obtenían su fuerza del poder del sol- dije ya que era de noche.
-Eso no significa que solo podamos usar nuestro poder durante el día. Significa que somos más débiles durante la noche, pero nuestros poderes siempre están presentes-
Sus tatuajes eran dorados, como los de todo Sila, pero se distribuían diferente sobre piel. Sus brazos estaban totalmente tatuados, y contrariamente a los que había visto hasta ahora, los suyos si llegaban hasta su rostro, pero sin cubrir demasiado su piel. Su ojos se habían vuelto completamente dorados y su cabello oscuro se había vuelto más claro.
-Dame tu mano-me pidió, y yo tuve que parpadear rápidamente para despertar de la ensoñación en la que sus ojos me habían sumergido.Por alguna razón mi mente decidió obligarme a pensar en el beso, y le di mi mano de manera dudosa. En menos de unos segundos, los tatuajes plateados habían empezado a decorar mi piel.
-Como...?-
-Tus poderes responden a los míos. Los Silas podemos quitar o dar energía-
Aquello ya me lo había explicado Antheia en la prueba numero 1. Blake le había quitado su energía a Lans cuando había peleado contra él.
Mica me estaba dando su energía. No podía verlo, pero sabía que mis ojos se habían vuelto dorados.
-Tus ojos son de Sila, pero tus tatuajes son de Nova-
-Es extraño-
-Es único-me corrigió. Su mirada sobre mi piel me hacia sentir nerviosa. Observaba mis tatuajes sin ningún limite y sus dedos rozaban mi muñeca suavemente.
Levantó súbitamente su mirada a mi rostro y se acercó, pero yo retrocedí. No soportaba su cercanía. Me sentía débil, como si no pudiese controlarme. Mi corazón latía tan fuerte que tenía miedo que lo escuchara. Que ocurría conmigo?
-Ahora tienes miedo?-preguntó al ver cómo retiraba la mirada. No era miedo, era pánico. Mica era como una moneda, tenía dos lados : uno que detestaba, y otro que me hacía perder el poco autocontrol que tenía.
-No-respondí en un hilo de voz. Se acerco nuevamente y tuve que obligarme a quedarme quieta. Giró mi rostro delicadamente con su mano para observar mi cuello. Me sentía expuesta.
-Tienes dibujado un sol, pero también una luna-dijo rozando sus dedos por mi fina piel. Cuando retiró su mano, sentí que al fin podía respirar.
-Me gustas, Mica-dije.
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Sin Mirar Atrás
FantasíaLuna. Un nombre que desató desgracia en un mundo que no es el nuestro. En su sangre había algo funesto. En su mirada había pura vida. Hija de luz y sombras. Entre el bien y el mal. Condena y salvación. Poder. Traición. Secretos. Amor. Y dos prof...