Bakugou Katsuki
Todo comienza con una típica mañana normal, los alumnos de la preparatoria UA llegaban y se preparaban para asistir a sus primeras clases del día. Como siempre sucedía cada mañana en la entrada se aparcaba un ostentoso automóvil negro, pero como siempre después de verlo llegar todos los días ya no se sorprendían para nada, quizás ya no era como al principio del semestre pero al menos era más relajante, ya que al ver como una de las puertas traseras del automóvil, después de pasar demasiado tiempo viéndolo sabían quien baja de ahí. Con costosa ropa que hacían resaltar su hermosa figura bajaba yo Bakugou Katsuki, un adolescente que asistía a mi ultimo año de preparatoria, muchos al principio preguntaba que tan famosa debías ser o que contabas para tener esas cosas pero luego de un tiempo no podían dudarlo, puesto que mi padre es uno de los mejores diseñadores de moda, como su hijo no podía vestirme mal, era como faltar le el respeto a los años de trabajo de mi viejo.
Estaba acostumbrado a las miradas nada discretas que todos solían darme, siempre camina con total seguridad hacía el interior del instituto con mi bolso de materiales colgando de mi hombro e ignorando los chismes y miradas que me dirigían, ni siquiera había dado unos cuantos pasos cuando mi dolor en el culo de todos los días aparecía Neito Monoma, solo ruedo los ojos ante el espectáculo de todos los días, siempre había sido así siempre solía fastidiarme dese secundaría y todo incremento cuando el declaro abiertamente que era homosexual y no era como si lo ocultara en sí, Necesitaba exponerse para alejar a todas esas arpías que se asían llamar mujeres, que en realidad solo les interesaba su ostentoso estilo de vida.
Se interpuso en mi camino y como siempre solo salían estupideces, "oh cariño acaso no dejas de abrirle las piernas a viejos con dinero, dime que demonios tienen esos ancianos que no tenga yo", suspire y levante mi fiera mirada carmín para verlo con altanería como siempre se me caracterizaba, "déjame pensar" levante mi mano enfrente de el para comenzar a enumerarle "dinero, clase, experiencia y sobre todo una buena herramienta que si saben usar" sonreí pues sabía que le había herido el orgullo que lo caracterizaba así que me me trata de besar fallando absolutamente, para luego yo propinarle un golpe en el estomago sacando le el aire para que se dejara de estupideces, "ya que tu teatro ya termino, me retiro yo si tengo cosas que hacer", retome mi camino directo a mis clases e ignorando los susurros,todos hacían chisme de eso porque trataba al hijo del director como un simple perro faldero, pero no me importaba, solo quería que mis clases acabaran y su destino después de ellas.
Al fin había terminado su Horario estudiantil, como siempre al terminar me dirigía a mi trabajo de medio tiempo, como todos los días me subía al automóvil que siempre me esperaba en la entrada de la institución, al estar adentro suspiro pesadamente cuando veo que avanza a mi destino,utilizo mi celular para distraerme un rato en mis redes sociales, al llegar solo me despido del chofer, luego camino adentrándome aquel imponente edificio, para luego subir a un elevador marcando como destino final el ultimo piso, luego de unos minutos adentro de el , se detiene abriendo sus puertas, para comenzar avanzar con suma tranquilidad a una imponente puerta, al caminar veo a la secretaría seguramente enojada por mí actitud, pero no me importa y avanzo hasta el despacho donde dentro de ella se encuentra a un hombre pulcro, cabello muy bien peinado, ojos cual carbón aquellas eran cubiertos por unos lentes de lectura, aquel hombre a pesar de estar rondando ya sus casi cuarenta años, se veía más atractivo quizás era cierto eso de que entre más arrugada la pasa, era más deliciosa o algo así era, como siempre que llegaba dejaba mis cosas en un amplio sofá, mientras me quitaba toda la ropa en ese lugar, para luego colocarse una bata de color vino que también estaba en aquel sofá dejándola abierta, con pasos elegantes y sin perder el porte me acerco a ese hombre elegante, me le acerco para sentarme en sus piernas y quitarle aquellos lentes que ocultaban sus severos ojos, luego de dejarlos encima de ese mismo escritorio siento sus grandes manos introducirse en la bata y abrazarme con suma posesión me oculto en el espacio de su cuello sintiendo su aroma tan varonil, luego siento como sus manos traviesas delinean mi figura, luego siente como un apretón en su parte baja le da a entender que había algo mal.