Capítulo 23.

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Suspiré intentando procesar todo lo que acababa de pasar. Jihyo nos había "descubierto", entre comillas porque, claro, nos vió pero solo nos vió paseando juntas, tomadas de la mano...pero nada más además de eso.
No tiene como saber que somos...

¿Amantes?

No sabría como nombrar lo que Nayeon y yo somos.

Nayeon me miró en silencio, sus pequeños y rasgados ojitos habían comenzado a llenarse de lágrimas.

—L-Lo siento T/n....—Su voz se comenzó a quebrar.— N-No pensé que fueran a estar aquí... Intenté elegir los mejores lugares para que tuviéramos un hermoso recuerdo... y- y ahora todo...

—Pollito...—Dije tomando su rostro entre mis manos.—Da igual, preciosa, no es tu culpa...—Hablé suavemente intentando consolarla. —No teníamos como saber que Jihyo nos encontraría aquí... — Las lágrimas de Nayeon comenzaron a caer lentamente por su rostro y en respuesta, intenté limpiar estas con mis pulgares. —Tampoco es como si se haya arruinado nuestra cita..., su intervención no impedirá que tenga un hermoso recuerdo a tú lado mi amor...

—¿M-Mi amor?—Preguntó Nayeon con sus ojitos brillantes, como si no creyera las palabras que salían por mi boca.

—Haha...—Reí levemente por la ternura que me había causado su pregunta.— Sí... Mi amor...—Hice énfasis en mis palabras y besé con ternura la frente de la pequeña chica frente a mi.

Nayeon sonrió levemente con calma, supongo que mis palabras lograron consolarla al menos un poco.

—Deberíamos...—Dijo después  de unos segundos de silencio. —Deberíamos irnos... Si Jihyo y Daniel están aquí lo más probable es que dispatch esté buscándolos... y no sería bueno exponernos ante ellos...— asentí y abandonamos el lugar.

Dentro de nuestro trayecto nuevamente hacia la estación, intentamos mantenernos distantes. No nos tomamos la mano, ni mucho menos volvimos a besarnos en las calles... cada persona que pasaba se volvió un peligro.

Tomamos el metro tren más próximo y volvimos a nuestra región. Fue algo incómodo y doloroso el querer tocarla, besarla o simplemente sostener su mano y no poder...

Cuando llegamos ya había comenzado a oscurecer así que decidimos irnos a casa...

Por razones obvias, no me quedé con Nayeon, así que una vez llegamos a su casa no hicimos más que despedirnos.

—Bueno...—Habló la bella chica frente a la puerta de su domicilio.—Sé que dijiste que no era mi culpa... pero me siento mal por que se haya arruinado nuestra cita.. q-quería que fuera un momento lindo para las dos y se arruinó...—Como ya era costumbre en Nayeon, bajó su mirada y comenzó a morder su labio nerviosamente junto con el mover de sus manos.

—Bebé...—Hable suave y tomé sus manos entre las mías evitando que siguiera moviéndolas.

Pasé sus manos por mi cuello, haciendo que me abrazara y yo posé las mías en su cintura, haciendo que la chica quedara mucho más cerca de mí.

—No digas esas cosas...Nada se arruinó.
Es la mejor cita que he tenido..., fui feliz... muy feliz a tu lado... así que no pienses que se arruinó porque no fue así. Podríamos haber estado en casa todo el día, haciendo nada... o simplemente cualquier cosa, sea lo que sea, todo es genial contigo Nayeon... —Al escuchar mis palabras la chica de entre mis brazos se sonrojó.
Sus ojos brillaban a más no poder, como si fuera lo mejor que había escuchado en su vida.

—Está bien...—dijo con una sonrisa.— Deberías llegar a casa antes que Momo... ya sabes... para evitar... —Habló algo triste mientras acariciaba mi cuello con sus largos y finos dedos. —Aunque siendo sincera no quiero que te separes de mi...

Juntémonos a ensayar. (Nayeon y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora