¿Capítulo Final?

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—T/n's Pov—

Busqué a Nayeon por cada rincón del penthouse. Recorrí todos los puntos, cada grupo de baile, le pregunté a las chicas por ella. Nadie sabía nada.

Por un momento pensé que había abandonado el lugar, era lo más lógico, no pudo haber desaparecido así como así.

Me apoyé en la pared y suspiré. Junto a ese suspiro pensé ¿Porqué deje que esto llegara hasta aquí? Soy una imbécil.
Mientras me martirizaba a mi misma con mis pensamientos, pude divisar entre la multitud la barra del bar y la ví.

—¡Nayeon! —Grité su nombre y me abrí paso con rapidez entre la gente.
Empujé a quien fuera necesario para llegar a ella.

A su lado en la barra se encontraba Mina. Esta estaba a solas con Nayeon, Chae no estaba a su lado. Aún así me importó una mierda su presencia, me acerqué de todas formas.

—¡Nay!—Se encontraba recostada sobre la barra del bar, con el rostro entre sus brazos. Por lo cual al llamarla puse mi mano sobre su hombro, buscando llamar su atención.

No hubo respuesta.

Moví su hombro con delicadeza.

—No la molestes. —Dijo Mina con desagrado. —Está ebria. Lo mejor es que descanse.

—¿Se siente mal? —me preocupé. —Puedo cuidarla, déjala conmigo.

—No T/n. —Habló seca. —Aléjate.

—¿Eh? —Me extrañó su forma de ser. Mina jamás había sido tan borde conmigo, mucho menos cuando se trataba de Nayeon.

—Aléjate. —Repitió.

—¿Qué? ¿Porqué? —Pregunté extrañada.

—No quiere hablar contigo. Déjala en paz. —Mina se levantó y apartó mi mano del hombro de Nayeon.

—¿Pero que mierda?—Dije molesta.

No entendía nada de lo que estaba pasando.

—¡Que te vayas tarada no es tan difícil de entender! —elevó un poco la voz, lo cual hizo que Nayeon se reincorporará.

Levantó su cabeza con lentitud y se giró para mirar a Mina.

—E-Está bien Minari...—Susurró.—Yo me encargo...

Nayeon se levantó con torpeza y bajó su vestido el cual se subía un poco, una vez estuvo de pie. Se acercó tambaleante hacia nosotras y Mina se hizo a un lado.

—¿Q-Que quieres?—Preguntó una vez estuvo frente a mi.

—¿Podemos hablar? —Hubo unos segundos de silencio sin respuesta, pero finalmente Nayeon asintió con la cabeza.

Decidimos irnos a un lugar del penthouse más alejado de la pista de baile, para poder hablar, así que salimos a la terraza de este para poder estar a solas.

—¿Y bien? —Se apoyó en la baranda de la terraza.

El viento de la noche soplaba frío sobre nuestras nucas mientras movía con delicadeza su bello cabello. La chica mantenía la mirada baja, viendo como los autos y las luces de la calle brillaban bajo ella.

Juntémonos a ensayar. (Nayeon y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora