Capítulo 20.

2.3K 189 27
                                    

— Yo ya no quiero ser tu amiga Nayeon...

Nayeon me miró con una profunda tristeza, pude notar como sus ojos, que se habían hace unos segundos secados, volvían a llenarse de lágrimas.

—E-Está bien...E-Entiendo...—Habló entre sollozos. Su respiración había comenzado a acelerarse cada vez más por el llanto.
Me partía el corazón verla así, me estaba odiando a mi misma en este momento por ponerla así.

—N-No bebé..—Me arrodillé frente a ella y tomé sus delicadas, y bellas manoss entre las mías. —No me estás entendiendo... No quiero ser tu amiga... porque estoy sintiéndome extraña.... —Hice una pausa intentando secar un poco las lágrimas que corrían por sus mejillas. —No quiero seguir siendo tu amiga porque.... porque estoy comenzando a sentir cosas por ti Nayeon...

Nayeon abrió sus ojos como platos y apretó con algo de fuerza mis manos.
Como si las palabras que acaban de salir de mi boca no fueran reales para ella.

—P-Pero... ¿y Momo..?

Momo...
no había pensado en ella hasta ahora... y es que sí quería a Momo... la quería demasiado. Había vivido cosas, momentos tan hermosos con ella pero... no estoy segura ya de mis sentimientos por ella.

—Terminaré con Momo. —Solté sin pensar.
De que era una posibilidad terminar a Momo, lo era.
Pero aún no tenía claro como sería capaz de llevar esto. Llegar mañana de la nada y terminar con Momo no sería natural, y obviamente ella sospecharía cosas...

Tampoco quiero herir a Momo...

Ay... en qué me estoy metiendo...

—¿De verdad...? —Preguntó Nayeon con esperanza. Afirmarle algo incierto solo la heriría más. Haría que se ilusionase con algo que quizás pase o quizás no...

—Sí. — Respondí sin hacer caso a mis pensamientos. Soy una imbécil.

Nayeon sonrió un poco y llevó sus manos a sus ojos para limpiar el resto de sus lágrimas.

—P-Perdón por llorar... debo de verme patética...—Comentó mientras limpiaba sus ojos.

—No... No digas eso, Bebé...—me levanté y acaricié su cabeza con cuidado.

Nayeon se levantó y me abrazó con fuerza. Seguía sollozando y por nuestra diferencia de altura comenzó a esconder su cabeza en mi pecho, así evitando que yo la viera.

—Nayeon...—pasé una de mis manos a su cintura y la otra la puse en su cabeza para acariciar su cabello.—Nayeonnie... no llores más preciosa...

—L-Lo siento es que...—Levantó la cabeza para mirarme directamente a los ojos.—Jamás pensé en que... pudieras sentir cosas por alguien como yo...

—Ay ¿qué dices?—Puse mis manos en sus mejillas con cuidado.—Eres la cosita más hermosa que han visto mis ojos... ¿Cómo no caería por ti...?

Nayeon sonrió. Su nariz estaba roja y sus ojos hinchados por el llanto pero aún así se veía hermosa.

—Ya sé...—Por fin había vuelto a hablar juguetonamente. —Ya sé que soy hermosa... pero amo que me lo digas. —La pequeña chica se puso de puntitas y se esforzó con ternura para depositar un rápido beso en mis labios.

Su pequeño besito hizo que todo mejorara, mis pensamientos desaparecieron y al parecer Nayeon volvía a estar feliz... y eso era todo lo que me importaba.

Después de esto, Nayeon y yo comenzamos a arreglarnos para dormir.
Por vergüenza supongo, ella fue a cambiarse al baño, para ponerse su pijama, y a mi me dejó en la habitación.
Me dió a elegir muchos de sus pijamas pero para mi mala suerte, Nayeon era extremadamente delgada comparada conmigo, por lo cual, ninguna de sus cosas me quedaba, no tuve otra opción que dormir en ropa interior.

Juntémonos a ensayar. (Nayeon y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora