Fumaba su segundo cigarro en el techo, el viejo se había ido al restaurant así que podía irse tranquilo, tomo dinero del armario donde el vejestorio trataba de esconderla y salió, los chicos debían estar bajo el puente ya que el cielo amenazaba con una tormenta y la casona no contaba con techo, camino de prisa al sentir las primeras gotas y apenas pudo visualizar a los chicos sonrió de lado.
-¿Tan temprano están cogiendo?- vio a dos de los chicos follarse a una zorra quien no paraba de gritar -están de humor ¿paso algo bueno?-
-Jefe, mire- le entrego una bolsita -los chicos de Suna nos regalaron esto por haberlos ayudado con lo de hace días-
Miro el contenido y lo lanzo de nuevo -revéndelo, nos dará buena pasta- termino su cigarro y se paro para ver de cerca a los chicos con esa muchacha, sorpresa se llevo al ver que se trataba de la misma jovencita a la que robo su virginidad -si que lo disfrutan- se toco la entrepierna y alejo a sus muchachos -chúpala- le dijo a la de cabellos claros, quien sonrió e hizo caso, se estaba volviendo una verdadera puta en tan poco tiempo, fuerte y rápido lo hacia, gemía al sentir que la penetraban desde atrás, no sabia quien era pero chupar y que se la metan estaba matándola.
Soltó el pene de Sanji para hacerse hacia atrás y dejar que el chico la sujetara y siguiera penetrándola pero abrió más sus piernas invitando al rubio -Hazlo- un trio, no estaba mal, nunca había hecho una penetración doble y mierda que lo sentía más apretado de lo usual, pero lo más increíble era que su pene se frotaba con el de su subordinado, se centraba en la mocosa que se aferraba a el pero en momentos se distraía con el gran pene de ese niñato.
Se estaban frotando demasiado, ella era estrecha y el calor se hacia más pesado -Nyaa- gimió en el oído de la joven que se sorprendió, eso había sido muy tierno y para el rubio eso fue lo peor, salió de ella y dejo que continuara con el otro, fue extraño haber hecho eso, miro su antebrazo vendado y tapado con el pañuelo de ese sujeto…se quedo viéndolo detenidamente logrando provocarle una incógnita ¿Por qué razón? En su actual mundo no lograba comprender sus acciones.
-¡Policía!- apenas escucho se hecho a correr, una atrapada más y tendría los cargos fijos a lo que podrían arrestarlo apenas cumpliera los dieciocho.
Salto desde varias alturas, tuvo suerte de ser el mejor en gimnasia cuando era pequeño, se estaba alejando pero al llegar a una esquina un patrullero le tapo el camino a su hogar así que tuvo que dirigirse al sentido contrario y apenas doblo choco con una persona -¡Quítate!- se quedo quieto al ver que era aquel peliverde -Tu eres…-
-¿Otra vez en problemas?- lo tapo con su abrigo y lo abrazo, de nuevo era esa acción que confundía al rubio, oyó la sirena pasar de largo y unos policías caminar de prisa a su lado, su corazón se disparo y sus manos apretaron la camiseta del contrario, su olor metalizado llamo su atención y dejo su nariz pegada a él, era fuerte pero extrañamente refrescante -oye, ya se fueron-
Se alejo bruscamente y le lanzo el abrigo en la cara, sin decir nada se iba pero se detuvo, era la segunda vez y el malestar en su estomago era fuerte, los adultos eran pura mierda que se divertían hiriendo a otros, que no se preocupaban por nadie, que eran egoístas pensando en ellos ¡No quiero deberte nada, así que dime! ¡¿Qué quieres?!- se volteo para encararlo pero ya no estaba, suspiro creando un vahó, estaba haciendo demasiado frio hoy -no lo hagas estúpido…- susurro.
----------
Es la segunda vez que me encuentro con ese mocoso y es la segunda vez que lo veo haciendo estupideces ¿acaso es una oveja descarriada? En dos años todo cambio, las casas se ven más coloridas y ahora veo más niños de lo usual, tome mis espadas de donde las escondí, usualmente no se ve un hombre con tres espadas por lo que debo esconderlas a menudo.
-Zoro- conozco esa voz -¿Cómo has estado?-
-Robin-
La Teniente del escuadrón en el que estuve -paso tiempo- apoyo su mano en mi hombro dándome un mensaje claro, rechace el contacto y fui claro, no dejaría que se vuelva a acercar a mi -tan arisco como siempre- se paro a mi lado esperando mi reacción y yo el de ella, ambos éramos ex militares y sabíamos que el más mínimo movimiento podía significar la muerte y ninguno de los dos estábamos dispuestos a eso -debo irme pero recuerda revisar tu correo, hay grandes noticias por si te interesa-
-vete- ella me sonríe como siempre lo hace, tan fría, como esperaba de la mujer más capaz del escuadrón, palpo de nuevo mi hombro y se alejo -mi cabeza- estoy cansado y ya todo me parece absurdo.
-¡Oye!- abruptamente recibí una patada en mi muslo y caí al suelo -¡imbécil!- apenas desenfunde mi Katana y lance el primer golpe el chico lo atajo con fuerza y lo resistió -eres el mocoso- hice que retrocediera pero me volvió a hacer frente como si no me temiera, como si realmente quisiera matarme, la adrenalina estaba ganando en mi cuerpo y por primera vez en dos años, sonreí, ese sentimiento estaba volviendo a mi cuerpo con este niñato y no puedo detenerme, quiero sentir más, mis ataques no se detenían, mi cuerpo gritaba por más, mi alma estaba gozando viendo como ese chico sudaba y mostraba esas muecas de que todo se le estaba complicando -¡Maldito!- mi katana salió volando y sentí el grito de alerta, use mi brazo ahora libre y lo tumbe con fuerza arrinconándolo en el suelo -¡Suéltame! ¡Soy menor de edad! ¡Si grito de más te arrestaran!-
-Increíble- agitado me acerque a su rostro sin dejar de sonreír -eres increíble niñato pero…- pude sentir el terrible olor a cigarros con… - la colonia barata que usas es un asco- así termino, me di la vuelta y recogí a Enma.
-¡Dije que esperes!- otra patada ¿acaso no aprende? Iba a matarlo esta vez pero sus ojos me pedían que lo escuchara…aunque me atacara.
-¡¿Qué quieres?!- esquive su pierna izquierda y jure escuchar el piso quebrarse.
-¡¿Por qué me salvaste?!- sus piernas golpearon mi pecho y aterrizo sobre mi, esa no era la pregunta que quería oír, no había un porque, solo lo hice por impulso y por esa razón estaba aquí ahora, me sujeto de mi abrigo y me azoto contra el suelo, tenía fuerza ese mocoso -¡¡¡Dime!!!-
Estaba confundido y yo perturbado, mis errores volvieron a obligar a una persona a preguntarse eso ¿Por qué simplemente no me detenía? Pero… -Mocoso, no hay razón para dejar de vivir si tienes a alguien que te espera en casa-
-No lo entiendo-
-No sabes lo maravilloso que es ver a la persona que amas entrar por la puerta de tu casa-
Ladeo la cabeza y sonrió -nadie me ama- aaaah, puedo ver el daño en este niño y el impulso que me llevo a esto fue su mirada, aunque se repitiera quería intentarlo.
Apreté su nariz ganándome la peor mueca de ese chico -lo sentirás, te amaran, te lo aseguro-
-¡Muérete!- se quito de encima y se alejo, un mocoso con un gran potencial desperdiciado.
-Cejudo- sus pasos se detuvieron y me miro obviamente molesto -sígueme- ¿Qué estoy haciendo? Perdí completamente la cabeza, sabiendo los resultados quiero volver a hacer lo mismo porque tal vez este chico sea distinto, puede ser distinto. Mi casa estaba algo vieja y no lucia habitable pero era mi único hogar, sentía sus pasos detrás de mi y luego me senté, esperaba que hiciera lo mismo pero solo se quedo alli de pie -¿tienes miedo?- pregunte burlón, como todo niño se ofendería y lo haría pero en cambio solo se dedico a mirar alrededor y se fue. Odiaba a los mocosos como él.
----------
Me encerré en mi cuarto, seguramente el viejo debía de estar sorprendido de haber regresado tan temprano a casa, pero era solo por hoy, estaba confundido, ese musgo me miraba y seguía mis movimientos, me hacia frente y se burlaba de mi, me dijo palabras extrañas y me llevo a su casa, no vive muy lejos de aquí así que puedo prender fuego ese nido.
Los chicos deben estar en la casona pero no tengo energías para ir, ese estúpido Marimo me molesto mucho, me apretó contra el suelo pero…fue considerado con mis manos al no aplastarlas ¿acaso el sabia? Hui como un cobarde, no pude decirle nada en cuanto ingrese a esa casa, se veía tan fea que daba pena por si misma.
-Sanji- el viejo de mierda tocaba mi puerta -¿Qué paso Mocoso de mierda?- entro sin permiso.
Ahí estaba de nuevo, cree que puede atraparme con sus palabrerías pero no lo hará, no caeré -vete- estoy molesto, incomodo, quiero fumar, el seguía hablando, en verdad me estaba molestando, cada vez más fuerte y rápido maquinaba sus palabras, ruidosas y molestas, tan rápido como empezó termino, me había movido por instinto y había lanzado una patada que el muy maldito logro atajar con su pierna, era increíble saber que este fue el hombre que me enseño a pelear.
-¡Maldito Mocoso!- una patada en la cara y todo termino para mi, Zeff era un viejo fuerte y por eso odiaba estar con el -la comida ya esta hecha- detesto admitirlo pero su comida es deliciosa y la mía…no…ya olvide esos tiempos.
Mi mejilla se enrojeció e hincho -te odio- mi deseo es nunca más verlo, el timbre sonó y me asome por la ventana, era uno de mis chicos que hizo varios movimientos con las manos para luego salir corriendo, era rápido, fue fácil descifrarlo.
Nueva fiesta, droga, mujeres.
Falte nuevamente a la escuela, este año seguramente no lo paso pero no hay nada que me aliente a cambiar, este estilo de vida me gusta, disfruto en no ser controlado, amo la libertad de ser yo mismo, dormiré una siesta antes de salir, seguramente me pasaran a buscar y sin darme cuenta me dormí.
Ligeros gemidos salían de mi boca y al ver hacia atrás me encuentro con el rostro de ese Marimo quien sin darme cuenta me había penetrado y yo no paraba de llorar…
Abrí los ojos -¡¡¡aaaah!!!- me sacudí con fuerza y arroje mi laptop contra el espejo -¡¡¡muérete Marimo de mierda!!!-
Zeff quien ahora lavaba los platos suspiro y siguió fregando, ya no le sorprendía la actitud del rubio más joven,

ESTÁS LEYENDO
Vidas enlazadas
RomanceEl grupo suicida era reconocido como el más temido del ejercito, Zoro quien integraba uno de los cargos se retiro llevando una enorme carga. Sanji es un completo descarriado que solo mira su propio ombligo y no se preocupa por nadie. Ambos se cruzan...