Estas aqui

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Puta

Eres una puta.

Perra.

Zorra.

Adicto.

Abruptamente cayo de la cama y sin entender su alrededor se levanto y choco contra su escritorio, tanteo lo que se le pusiera al frente y arrojo lo primero que tuvo en mano rompiendo un cuadro en la pared.

La luz se encendió y lo primero que vio fue al rubio mayor -Viejo…-

Zeff observo a su nieto, estaba agitado, completamente mojado por el sudor y pálido, tan pálido como un papel, rápidamente se agacho a recoger los vidrios rotos, no permitiría que pase lo que sucedió en aquel lugar -Renacuajo- se veía aterrado -estas en tu habitación-

-Entiendo, entiendo, entiendo, entiendo- nuevamente se recostó pero era notorio lo tenso que estaba.

Zeff suspiro y se retiro, fue un imbécil, se preocupo por el daño físico y no psicológico, debió de haberlo abrazado o por lo menos haberle dicho algo que lo tranquilizara, pero no pudo hacerlo, el susto fue mayor de lo que pensó.

Tomo la fotografía que descansaba en su mesa de noche, amaba a Sora, su hada, esperaba que ella más que nadie lo ayudara, aunque sea que le enviara una señal para saber como guiar a su nieto, como tratar de guiar de la mejor manera a Sanji.

En tanto el cocinero se mordía las uñas, estaba ansioso, no por la necesidad nefasta de porquerías, desconocía este entorno, no se sentía en casa, todo era nuevo, al principio pensó que podría pero no fue así -Mamá- murmuro -mamá-

Pronto debería comenzar las terapias y estaba completamente aterrado de todo lo nuevo que se estaba acercando.

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Se removió inquieto, el departamento donde estaba era pequeño y muy bien decorado, era acogedor y el olor a perfume que sintió al entrar fue indescriptible, sin duda alguna un dulce hogar.

Aquel rubio fue amable y no dijo nada ni pregunto nada, solo le dio comida y abrigo, como no había sillón estaba en un futon compartiendo la habitación, desde el suelo lo veía, ahora se acababa de dar la vuelta y podía apreciar su rostro, este hombre era lo contrario a Smoker, era delgado y sus labios no eran nada lindos, usaba unas botas extrañas con tacos, abrigos demasiados largos y extrañas pulseras.

En su baño noto la bata color rosa ¿acaso era un marica? Es que no había otra respuesta que esa, no había hombre en la tierra que usara esa mierda sin sentirse el más marica del mundo, además vio un estuche para el cuidado de las uñas, eso era otra obvia señal, incluso tenia cremas para la piel ¡Definitivamente era pasivo! Se enrollo más entre las sabanas, Smoker no usaría esas cosas, el era un hombre con una bata azul, fumaba como nadie, usaba botas gastadas con pantalones holgados y camisas que le apretaban tanto sus músculos que presentía que un botón saldría volando y mataría a alguien, el era la clase de hombre que anhelaba.

Verlo con Hina destrozo su primer gustar, destrozo el primer paso que estaba dando, destrozo cualquier anhelo con el canoso, destruyo el hogar que habían construido con los años, todo era culpa de ella, de Smoker, no… debía de detener esto, no era culpa de ellos, era suya, el confundió todo, el nunca fue claro, jamás se sincero, jamás hablo como debía, fue un imbécil total y no podía perdonar.

-Te odio- susurro contra la almohada -te odio- se aferro a ella tratando de contenerse -Smoker…-

-¿Quién es ese tal Smoker?- se asombro y miro de reojo, estaba despierto y lo estaba mirando -¿tu novio?-

Hubiera deseado que su relación fuera más que…¿Qué era su relación? Ahora que lo pensaba ni siquiera lo sabia.

-No te importa-

-Claro que si- salió de debajo de las sabanas mostrando su pijama azul, era todo un niñito con ese conjunto -con permiso- se sentó al borde del futon -¿no tienes frio?- no recibía respuesta y la mirada que tenia el pecoso no era la mejor -parece que quieres matarme pero no siento que vayas a hacerme daño- sus pantuflas bordo molestaban al pelinegro, ese rubio se veía como un buen niñito.

-¿Por qué me ayudaste? ¿Por qué ayudar a un desconocido?-

-¿Por qué sera?- pregunto divertido -siempre fui así, eh acogido a muchas personas en mi vida, desde que soy un mocoso, adoro ayudar-

Eso era absurdo, nadie ayudaba por ayudar, siempre uno quería algo del otro y ahí “se dio cuenta de sus intenciones”-¿quieres que te agradezca? ¿o sexo? Gozas de esto ¿verdad? Ver a alguien tan imbécil como yo que no sabe donde caerse muerto ¿te resulta interesante?- el silencio de Marco le molestaba -¡¿Te crees un héroe?! ¡¿Te excita sentirte superior?! ¡No temas en ser sincero e visto demasiada mierda así que--!

El golpe en la nariz lo acallo -ah sido difícil de llevar ¿verdad?- iba a gritar pero se trabo y quedo con la boca abierta, le miraba de una manera indescriptible, transmitía algo que no llegaba a comprender pero que lo agobiaba -tu has vivido demasiado en poco tiempo-

¿Qué le estaba diciendo? ¿En que se basaba? Lo estaba confundiendo.

-Ace, eres un hombre realmente fuerte-

Su labio tembló -¿Qué dices?- no podía dejar de verlo porque había dicho algo que nunca creyó escuchar, le dijo que era un hombre, estaba aceptándolo como persona, como alguien capaz.

Smoker jamás le dijo eso y era doloroso, la persona más importante en su vida no lo aprobó, ni siquiera se volteaba a verlo, frunció los labios sintiendo el calor en su cuerpo.

-Esta bien, ya no preguntare, trata de dormir y mañana desayunemos juntos ¿de acuerdo?-

¿Por qué el canoso nunca le hablo así? Tuvieron tiempo y aun así no lo hizo, el pecoso sentía que el mayor le estaba fallando aun más, sentía un agujero en el pecho, no importa que escuchara ahora, todo sonaría a una mentira de los labios de quien tanto quiso.

El dolor crecía con los segundos y no podía dejarlo ir, aunque el fuera importante no lo perdonaría, aunque sabia esto desde el principio aunque lo sabia no pudo evitar ilusionarse, estaba cayendo en un abismo.

-¡Es un imbécil!- grito dolido -¡Smoker me ilusiono, me lleno de estas emociones ¡¿Por qué soy yo quien sufre?! ¡¿Porque?! Es estúpido- murmuro lo ultimo, sintió una caricia en la cabeza y apenas elevo su mirada ese tal Marco le repasaba el cabello con una tierna mirada.

-El amor es complicado, pero tu no tienes la culpa, eres valiente y fuiste sincero contigo mismo, no todo son palabras, las acciones demuestran mucho más- palabras que parchaban los agujeros de su corazón -tu estas acostumbrado a él y aunque probablemente los has intentado todo con las palabras incorrectas eres maravilloso-

Las lagrimas se le cayeron como nada y se apoyo en el contrario, sus palabras fueron un alivio, pensaba que no estaba haciendo lo correcto en no declararse, en solo mostrarle la comodidad con sus acciones, que escaparse siempre estuvo mal y el tenia la culpa, que no era aun un adulto que se pudiera valer por si mismo.

Amaba ayudar a las personas, nunca pudo ignorar a nadie, por eso se hizo Doctor y al parecer debería volver a las terapias por este chico que lloraba empapando su hombro.

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Despertó y lo primero que hizo fue tomar la almohada de Law y abrazarla, se sentía solo sin él, el moreno a esta hora estaria leyendo algún libro y lo regañaría por estar en su futon, Law se convirtió en alguien vital para su vida, le alegraba verlo y saber que había alguien que lo notaba, pero eso ahora estaba ausente, no tenia amigos en este lugar y Trafalgar era lo más cercano a uno que tenia.

-Torao- murmuro para luego su estomago gruñera, solo había un poco de carne pero debía de hacerla durar hasta que el moreno regresara y no tenia ganas de volver a su casa, asi que solo se alimento de su olor, aspiro con fuerza y recordó los tatuajes del mayor en su cuerpo cuando salía de la ducha, se quedaba mirándolos mientras Law se secaba aquellas traviesas gotas.

Un suspiro se le escapo y abrió los ojos, noto una incomodidad y apreto sus muslos, removió sus labios incomodo y se negó a bajar la mirada, podía sentirlo claramente, estaba duro, excitado, caliente pero no comprendía el porque, los chicos de su edad se emocionaban por muchas cosas, pero ahora no había un porque, dudaba que le gustara alguien así que supuso, como siempre le decía Law, que todo era una reacción natural del cuerpo humano.

Esto era normal porque las personas eran personas, no debía de preguntarse nada.

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Robin revisaba viejos papeles pero su cabeza estaba en otro lado, no paraba de recordar la visita de Kid, desde que conoció a Franky había dejado de tener contacto de los altos mandos asi que ahora enviaron al pelirrojo, el cual su tarea era sencilla, visitar y recordarles quienes eran, aunque quisieran hacer vidas normales jamás podrían porque eran unos asesinos, según su recorrido ahora iría por Law y Zoro, conociendo a esos dos no se dejarían intimidar.

Miro a Franky por la ventana, estaba haciendo el mueble que eligió del catalogo, se esforzaba y eso la hacia feliz, tal vez fue muy apresurado el convivir juntos pero se sentía demasiado segura de él, cosa que jamás había sucedido, ya llevaban dos meses y no podía estar mejor.

Ambos trabajaban y se amaban…amor…quedo sumergida en ello por unos segundos, estaban hace dos meses, dos meses maravillosos pero no había hecho nada, solo acariciarse y besarse, lo normal pero sentía que debía de ser más justa con el, a pesar de haber vivido una muy mala experiencia quería cambiar y darle lo mejor a su actual pareja, tal vez esta noche debería de ponerse algo más cómodo y pedirle a..a su novio que se quedara pero luego eso se esfumo y se rio ligeramente, Franky no era la clase hombre que exigía eso, el dejaba que todo fluyera naturalmente, además de que respetaba su espacio como mujer, algo demasiado inusual como hombre, siempre había conocido infinidades de basuras, todos siempre quisieron lo que se les placía, todos…todos…fueron una puta mierda que no dudaría de matarlos ahora mismo, no iban a opacar su felicidad, no iban a hacerlo, si en algún momento llegaba a regresar al ejercito los mataría, juraba que lo haría, si alguien como Eustass volvía a su casa no dudaría en dañarlo con tal de que no arruine su dicha.

-Muñeca- jadeo y noto al peli azul a su lado, su mirada reflejaba preocupación y fue ahí cuando noto que había partido el lápiz de su mano -tranquila, lo reparare-

-Lo siento-

Removió un mechón de cabello tras su oreja -tranquila, yo estoy aquí- su gran sonrisa relajo a la pelinegra que sin dudarlo lo abrazo, aaah amaba a Franky, el era el hombre que siempre espero pero nunca creyó encontrar.

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Su vientre no se notaba aun pero ya estaba acariciándolo ansiosa por su pequeño, aun no sabría que seria pero de lo que estaba segura es de que lo amaría demasiado, Saga la abrazo desde atrás apoyando su mano sobre la suya, se sentía dichosa, tenia a su novio y a su hijo junto a ella, esto era maravilloso, pero lo seria aun más si Zoro no se hiciera el duro.

El peliverde se mostraba distante aunque sabia que los observaba, el saber que en un futuro seria llamado tío seguramente le emocionaba, ya que después de todo el era una persona con un corazón demasiado frágil, Zoro era el hermano más precioso que pudo tener, lo adoraba y estaba feliz de que poco a poco comenzaran a acercarse, pero cosas como esas no duraban mucho.

Saga y Zoro fueron asignados a una misión y se mostraban visiblemente preocupados ya que Kuina fue asignada a otra y esta vez ninguno de los dos estaria para protegerla, ella se abrazo con fuerza a su novio, esta tarde se marcharían y ella lo haría mañana.

-Estaré bien-

-Volveré a pedir que te den de baja, no pueden obligarte- apenas supo del embarazo pidió por ella, no podía estar en el frente pero al ser alguien habilidosa sus superiores se negaron, ni siquiera Roronoa Zoro pudo persuadirlos para evitarlo, se lamentaba por ella.

Negó varias veces -no pasa nada-

-¡Pero-!-

-Saga, no dudes de ella, si dice que estará bien es que estará bien ¿no?- ella asintió aunque su preocupación era visible y eso lo lastimaba.

-Zoro, te encargo a Saga- el peliverde asintió -cuídate tu también ¿de acuerdo?- acaricio su mejilla y el espadachín la apreto un segundo para luego alejarla, era una debilidad, no quería decirle que podía negarse, no quería decirle que tan mal le hacia esto.

-Adiós-

Mihawk quien estuvo atento a todo movió algunos hilos y pudo hacer una sola cosa por su sobrino, algo que se lamentaba pero que al peliverde seguramente le daría seguridad o por lo menos algo de confianza, asignar a Shanks con la queridísima Kuina.

El pelirrojo se fregó las ojeras y saludo a la peli azul quien veía como los dos hombres mas importantes de su vida se alejaban -en verdad los amas-

-Shanks-san-

-¿Cómo va tu embarazo? ¿has tenido síntomas?-

-Unos mareos, pero nada importante que pueda afectar mi misión ¿tranquilo?-

Sonrió de lado -tener que cuidarte es una molestia pero fui asignado a esta misión-

-¿Por qué no se negó?-

Suspiro molesto, también quería saberlo pero no estaba en condiciones de indagar al pelinegro, su boca se abrió sola y acepto alegremente, que el gran Ojos de Halcón le pidiera ayuda fue un deleite para su alma -supongo que soy patético-

-El amor nos vuelve patéticos-

Se quedo mudo ¿Qué dijo esa mujer? ¿Amor? El no sentía nada de eso, jamás tuvo la emoción de experimentar aquello, ni siquiera había dado un beso…se dio un golpe en la frente, no…eso no fue amor, definitivamente no lo fue, eso fue…una gran amistad, celos de amigo, celos normales…celos…

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no me dijiste nada?!- recrimino el pelirrojo al final del horario de kendo

-Porque sabia que te pondrías así- el pelinegro le dio la espalda dandole fin a la conversación

Entrecerró los ojos realmente molesto eso nunca debió de suceder, desearía que ni siquiera fuera un recuerdo.

-¡Marimo!-

Zoro del susto se cayo del sofa -¡¿Qué haces aquí?!-

-¿Qué hago aquí?- miro el reloj -ya es pasado del mediodia, dijimos que nos veriamos-

Se frego el rostro confundido -¿y como entraste?-

-La puerta estaba abierta-

Maldita costumbre y lo peor era que ahora no podio cerrarla porque sino no tendría estas dichosas visitas sorpresas del rubio -entonces…vienes a pasar un dia conmigo ¿no?- hablo burlón con una sonrisa.

-¡Cierra la boca imbécil!-

Zoro se rio y aprecio el rostro del blondo, estaba rechonchito y colorado -¿Qué haremos hoy?-

-Bueno, no lo pensé realmente- encendió un cigarro ante las dudas, es verdad ¿Qué planeaban? En si lo único que pensó era en pasar el día junto al peliverde, no había actividad de por medio ¡Imbécil! Eso sonaba muy de persona enamorada y el…aunque muy en el fondo lo sabia aun se negaba a que fuera amor -si te parece…- estaba demasiado nervioso -¿Peleamos?- Zoro sonrió de lado, amaba pelear, estiro sus brazos pero su estomago gruño -pero primero desayuna-

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-Mihi…- ronroneo en su oreja, el pelinegro ya estaba despierto pero no podía moverse por los demandantes brazos de su pareja

-¿Podrías soltarme?-

El pelirrojo lejos de soltarlo lo apreto más y se rio -no quiero- su pene estaba bien incrustado en el culo de su pareja -además anoche no querías que te suelte-

-Eso es otro tema, date prisa, aunque sea mi día libre tengo cosas que hacer-

-Hoy tu deber es estar conmigo además…- mordió su lóbulo -me lo debes- susurro

Entrecerró sus ojos y suspiro cuando Akagami metía su pene no había manera de que se rindiera en sacarlo -¿Qué planes tienes para hoy?-

-Primero, te lo hare de nuevo- se puso ansioso sobre aquel cuerpo consiguiendo un gemido del mayor -Mihi, eres tan lindo y estas tan mojado-

-Eso es porque tu te entusiasmas demasiado-

Se rio nuevamente, era verdad, lo amaba tanto que adoraba llenarlo, aun recordaba su primera vez con el pelinegro fue tan fantástico que lo repetían de vez en cuando y aunque al principio Mihawk sr mostraba reacio era realmente hermoso verlo en aquella faceta tan sumisa.

Apenas sintió el primer empujón se aferro de las sabanas y contuvo un gemido, se endurecía, poco a poco se endurecía y empujaba con fuerza en su firme pero a la vez delgado cuerpo, el amor que cargaba Akagami era demasiado grande como placentero.

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El día paso con bastante calma, estuvo todo el día en aquella cama esperando, esperando que el tiempo fuera más rápido, que todo lo que vivió ahora se borrara rápidamente y que su corazón dejara de desear a Smoker.

¿Lo estaria buscando? ¿O estaria revolcándose con esa mujer? ¿Qué cocinara hoy? ¿Ya lanzo su ropa a la calle? Tenia muchas preguntas pero nunca sabría las respuestas.

-Regrese- estaba demasiado triste, lo estaba de tal manera que no tenia apetito y no se percataba de su alrededor -¿Cómo te sientes hoy?- se arrodillo a su lado notando el vació en sus ojos -oye- pellizco su mejilla y la estiro -¿quieres hablar?-

Pestañeo y observo a Marco, se veía agotado, tenia sus ojos rojos como si…como si hubiera llorado y aun así tenia el tupe de preguntarle si quería hablar -no gracias-

-Entiendo- se estiro y saco un par de cosas de las bolsas sobre la mesa -lo siento, hoy no tendré tiempo de cocinar así que traje ramen instantáneo-

Si hubiera sabido algo de cocina, aunque sea lo más básico habría podido aliviar al rubio, ahora el lo miraba con paciencia a pesar de su cansancio, Marco tenia demasiada confianza y tranquilidad a su lado.

-¿Qué pasa?-

-No, solo que…nada-

El rubio aprecio esas palabras, la duda en el pecoso era una buena señal, una persona que presentaba dudas demostraba que tenia palabras para expresar pero no sabia como, calentó agua y mientras tarareaba revisaba que sus plantas estuvieran bien -aquí estas- acaricio la pequeña criatura que ronroneo ante el toque -arriba-

-¡¿Un gato?!- se levanto emocionado al ver a esa bola de pelos, era de un color amarillo demasiado precioso -¡¿Dónde estaba?!

Marco sonrió gustoso al ver esa expresión -suele dormir mucho por lo que no me extraña que no lo hayas visto- se lo entrego rápidamente y Ace con sorpresa lo cargo, una pequeña vida estaba en sus manos, era frágil y muy tierna -se llama Nekomamushi, puedes llamarlo Mushi- el pequeño en las manos de Ace ronroneaba ante la calidez -¿comemos?-

Asintió apenas, estaba absorto mirando al pequeñín, nunca había tenido un animal tan cerca, no, salvo en el ejercito cuando tenia misiones, pero el las mataba y luego se las comía por lo que no pudo apreciar momentos como estos.

El ramen se termino rápido y aunque no estaba satisfecho no podía recriminar la amabilidad del mayor, aun con el pequeño en brazos se recostó en el sillón -Neko-Neko- hablo mientras lo miraba desperezarse -que lindo-

Interesado por lo que veía supo que seria una gran idea -mañana debe ir al veterinario ¿podrías hacerme el favor de llevarlo?-

Se sentó abruptamente -¡¿yo?!-

-¿Hay alguien más aquí? Te dejare la dirección en un papel y alli esta su transportadora, a partir de las diez no debe de comer nada-

-¡Espera! ¡Estas dejándolo a mi cargo! ¡¿te has dado cuenta?!-

Saco de su cartera dinero -me di cuenta, no te preocupes, confió en ti-

Miro al felino y se sintió extraño, Smoker nunca le dijo algo así…de nuevo…

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Estaba en la cama, no sabia como le había hecho pero se quedo a dormir en lo de Zoro, pero no era como lo esperaba, ya eran las seis de la mañana y aun estaba oscuro pero ese no era el problema, estaba absorto en como el reloj hacia sonidos, estaba teniendo una pesadilla despierto, sentía que si se movía todo se derrumbaría y lo aplastaría, apenas podía respirar y le costaba tragar saliva, tenia miedo, demasiado miedo.

Adicto

Adicto

Adicto

Adicto

Puta

Los temblores en su cuerpo fueron el impulso que necesitaba, el sueño se rompio, tomo el reloj y lo arrojo contra la ventana que se partió en varios pedazos, rápidamente camino hacia el baño y prendió la luz, nuevamente estaba pálido, nuevamente estaba perdido, seguía oyendo aquellas palabras, no paraban, no cesaban, dañaban y lastimaban su alma.

-¿Cocinero?- lucia asustado de si mismo, no dejaba de verse en el reflejo -¿estas bien?-

-¿Quién es ese?- se pregunto completamente absorto

El peliverde se veía a si mismo y luego a Sanji, no había nadie más alli con ellos -¿Cocinero?-

-Dime ¿Quién es?-

-Tranquilo, eres tú-

-¡No soy yo! No lo soy-

Zoro le toco los hombros -tranquilízate, eres tu- lo empujo hacia el espejo pero Sanji nego con varios manotazos completamente aterrado -¡mírate!- tenso su cuerpo ante la potente voz pero el peliverde se apoyo en su hombro y se apoyo contra su cuerpo -respira y mírate- volvió a negar rápidamente y cerro los ojos pero la mano en su mandíbula lo obligo a tener la cabeza alta, a ver el reflejo frente a él, la otra mano de Zoro ascendió hasta su pecho en una caricia -Sanji- susurro en su oído -¿Qué ves?-

Hipo, sus ojos estaban rojos y llenos de lagrimas, sus mejillas mojadas y coloradas, una vista pecadora para el mayor.

Respiro con profundidad pero no podía detener su llanto -me veo...me veo...-

-Así es, este eres tu, nunca lo olvides ¿entendido?-

El miedo se desvanecia y sus lagrimas se detuvieron -me veo- fue consciente de lo cálido que era el peliverde, en toda la atención que le estaba dando y cuanto lo estaba preocupando con esta situación, era un total mocoso -…te veo…Zoro, estas aquí, estas aquí- se volteo y apoyo contra él, se percato que estaba sin camisa alguna, que su respiración golpeaba su oreja, que su olor lo penetraba con fuerza, que no queria alejarse, que su cabeza dejaba de ser un completo lio y tenia control absoluto de su cuerpo.

Ya no quería ver a Sanji llorar, aun no lo había salvado del todo, pero no se rendiria, porque era la segunda persona que amaba desde el fondo de su orgulloso corazón.

Mis melones!!!! Como andan???? Perdon si me tarde mucho, pero no encontraba inspiración alguna y decidi no tirar palazos al aire con capitulos vacios que despues me ando arrepintiendo, asi que prefiero dejar que el tiempo me de el golpe, ame mucho a Marcos y Ace, ya para el siguiente espero darles un buen salto 😎 lo mismo para Zoro y Sanji, tuve dudas por las posiciones de Shanks y Mihawk pero admito que el pelinegro se me hizo más llamativo,aunque no es mi fuerte 😅 Luffy y Law tendran mas espacio en el siguiente y espero mandar golpes fuertes con esta pareja, espero que lo hayan disfrutado, me salio más largo creo 🤔 un besote y los amo!

Mero 😍😍😍😘

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