Tomo el aparato que sonaba insistentemente y lo arrojo contra la pared, destrozándolo en su totalidad, estrecho el cuerpo que estaba a su lado y continúo con el sueño.
El rubio adormilado se regocijo en ese abrazo, no pasaba nada en que Zoro haya roto su costoso reloj nuevo, podía comprar otro en esa tienda que quedaba lejos, si, no había problema -¡¿Tienes la puta idea de lo costoso que era eso?!- quiso liberarse -¡Marimo de mierda! ¡Suéltame!-
-Te comprare otro- murmuro
-¡Si claro!- casi no tenía un centavo en el bolsillo, en eso Zoro beso sonoramente su frente, dejando al menor paralizado -eso...eso es injusto-
-¿Lo es?- tenía a su chico en brazos, a su candente rubio -eres tan lindo-
Se sonrojo y apretó su piel -eres un bastardo- estaba tan feliz de tenerlo a su lado -Zoro- lo llamo
El espadachín abrió su ojo y se encontró con ese hermoso sonrojo, aaah, maldito chiquillo sensual, beso nuevamente su frente y luego su nariz, el mocoso quería atención, por eso lo llamo -¿Feliz?-
-No- levanto sus manos, acunando sus mejillas, beso sus labios y se introdujo en su boca, amaba el sabor de Zoro, era su nuevo vicio, estar con él y hacer esto se sentía increíble, toquetearlo y sentir como el calor subía era placentero, pero como espera, luego de un poco de juego, el peli verde lo apartaba y calmaba, lo seguía tratando como un niño -un poco más-
Zoro le acaricio los cabellos -¿no llegaras tarde?-
Al sentarse reviso su reloj de bolsillo -tienes razón- hizo un puchero.
Eso conmovió al peli verde, esa hermosa expresión lo era todo -bueno, un poco más- lo tomo del rostro y continuo, el besuqueo mañanero no tenía nada de malo, le gustaba Sanji, amaba su aroma y todo lo que representaba, adoraba el sonido que producía cuando toqueteaba su columna, se descontrolaba tan fácil, se volvía maleable y un boca sucia, ni siquiera sobrepasaban la tan delgada línea del sexo y mostraba esa encantadora faceta, siguieron hasta que sintió como el cocinero le manoseaba la entrepierna, aunque admitía que le encantaba ese atrevimiento, también le asustaba, no está listo para esto aún.
-Hey- beso su mejilla y Sanji siguió tocándolo, quería que se humedezca, ya sentía la dureza -cálmate- negó con fuerza y se asió de su hombro a besos, llevo ambas manos bajo el bóxer y le sujeto de las nalgas, Zoro suspiro, se la estaba poniendo muy difícil -Cocinero- beso sus labios -manos fuera- Sanji estaba en pleno florecimiento, obviamente que querría que la persona que amaba le rompiera el culo y lo convirtiera en un desastre.
-Papá- Aoi entro fregándose la cara y sujetando su oso de Arlong, Sanji renegó en el hombro del peli verde, no otra vez...
Salvado por la campana pensó el moreno
-¿Qué pasa?- alzo al niño quien se acomodó en su hombro adormilado -¿tuviste un mal sueño?- el chiquillo asintió, parecía al borde del llanto -tranquilo, me quedare contigo en el cuarto-
Y así Sanji, completamente frustrado veía como su pareja se iba con su entrepierna completamente dura a cuidar del niño, solo falto un poco más y podrían haberlo hecho, la vida era injusta cuando solo quería un poco de atención, se golpeó fuertemente las mejillas, el desayuno no se haría por sí solo, ya vería mas tarde como ver esto.
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Se estiro bostezando -¿Qué pasa? ¿Mala mañana?- Belo dejo su cuaderno y miro al hombre frente a sus ojos -¿puedo saber porque vienes con el niño?-
-El Cocinero me pidió que lo fuera a buscar, tuvo algo urgente- Aoi estaba concentrado en sus juguetes -¿te molesta?-
Dejo el cigarro que planeaba fumar -que va, un niño no perjudica tu sesión ¿y bien? ¿Cómo has estado?-
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Vidas enlazadas
RomanceEl grupo suicida era reconocido como el más temido del ejercito, Zoro quien integraba uno de los cargos se retiro llevando una enorme carga. Sanji es un completo descarriado que solo mira su propio ombligo y no se preocupa por nadie. Ambos se cruzan...