Mision: Parte 1

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Sentía nervios, demasiados, estaba en el avión junto al resto, todos actuaban de una manera tan inusual, Robin leía un libro, Ace masticaba carne, Law leía unas notas y escribía, Kid jugaba con una navaja y Zoro dormía, todos estaban tan relajados que asustaba.

-Disculpen…- quiso iniciar una charla, aunque sea con Zoro pero todo se sentía tan incomodo y todos parecían no querer dirigirle la palabra -Zoro…háblame…- susurro

Estiro sus brazos y pego un grito de alegría, luego de cinco horas ya estaban en tierra, todo lucia tan seco y desértico que le fascinaba -¡oye Law!- grito el pelirrojo -¡esta vez matare más que tu!-

El moreno suspiro y se acomodo el sombrero, hacia más calor de lo usual -deja el alboroto y pon atención a tu alrededor, escuchen, esto es distinto a la vez pasada, estamos hablando de cinco mil hombres-

-Cinco mil sin contar a los que están en otros sectores- sonrió de lado y miro a su alrededor -esos hombres y mujeres están dispuestos a todo, que emocionante fufu- se rio la pelinegra.

-¿También hay mujeres?- pregunto sorprendida

-Incluso niños, no seas ingenua- hablo molesto el Cirujano -ellos defienden su lugar sin importar el precio-

-¡¿Se dan cuenta que esto es una ridícula masacre?! ¡Es una locura!-

El pecoso se colgó de su hombro y sonrió -Señorita…si no estas dispuesta a matar por nuestro propio país me parece que este lugar no es para ti ¿no dijiste algo así Zoro?-

El peliverde con su espada en el hombro avanzo -dejen de jugar, vamos- su actitud cambiaba drásticamente, todos sonrieron de una manera extraña y siguieron al moreno, se visualizaba una zona rocosa y es alli a donde se dirigían.

-¿Cuántos hay ahí Nico Robin?-

La pelinegra se sentó en una roca y bebió agua -alrededor de 50 hombres y algunos niños, algunas mujeres deben estar buscando agua-

Miro el cielo y si seguía con aquel pesado bolso no podría seguir, sentía como todos la dejaban atrás pero la mano amable de aquella joven la sorprendió -¿estas bien Robin-san?-

Formo una línea con sus labios y frunció el ceño -no me subestimes señorita- le dio un manotazo a su palma -eres una debilucha si sientes pena por tus compañeros-

Sujeto su bolso y continuo, eso fue demasiado incomodo para una mujer de su altura, alcanzo al resto -¿Sintió lastima por ti?- pregunto burlón el pelinegro -se que eres fuerte pero eres una mujer a pesar de todo-

Apunto su arma en la frente del pecoso quien se rio -repite eso-

-No juegues con las armas Robin, podrías lastimarte- con su dedo tapo la punta del arma -cuidado, no olvides quien soy-

Bajo el arma y siguió, por supuesto que sabia quien era ese mocoso Portgas D. Ace, el nieto de un Vice-Almirante de la marina y por sobretodo un cruel experimento, el destino de este hombre era incierto y aterrador, se preguntaba que escondía ante tanta torpeza, hasta ahora podría decir que solo vio un 20% de su potencial.

-¡Los encontré!- grito a una distancia absurda, le daba el tiempo a los enemigos de prepararse e incluso de atacarlos desde arriba -¡Vamos! ¡Corran!- grito agitando los brazos mientras varios disparos lo rozaban -¡Law, da la orden!- sonrió moviendo sus dedos ansiosos de poder cazar.

El ojeroso suspiro y desenfundo su espada -¡Recuerden dejar algunos vivos! No duden con nadie, es una orden- hablo de forma siniestra, Kuina quien portaba sus armas y a Wadou desenfundo su espada pero no corrió como aquellos, no podía, era completamente una locura, se escondió detrás de una roca tratando de calmar su agitada respiración, quería regresar, no quería hacerlo, estuvo al frente de ataques pero no así, no de manera imprudente, miro al peliverde que resguardaba cada bolso, quería pedirle ayuda, el más que nadie sabia su condición.

Escucho el grito de varios niños, con horror vio como Kid sin tapujos los golpeaba varias veces, una y otra vez, no se detenía hasta que dejaban de respirar, sus labios temblaban viendo como Robin iba contra algunos hombres que disparaban pero luego optaban por huir, les disparaba a quemarropa sin importarle que cargaran con algún niño, el cual caí tan muerto como el adulto.

Law cortaba sin problema alguno, levantaba alguna parte que le gustaba y las metía en un costal que ataba en su cintura sin preocuparse por ataques traseros ya que el pecoso con su talentosa puntería les daba fin en segundos pero eso no lo detenía, incluso peleaba cuerpo a cuerpo y al final los rociaba con un liquido que traía encima y los veía arder.

-¡No quiero morir!- grito un niño, tenia un arma en su mano y disparo varias veces pero ninguno acertó al blanco, el pequeño negó e intento huir pero las manos de Kid lo sujetaron -¡su-suéltame!- miro a su lado viendo a su progenitora en un charco de sangre -¿Por qué? ¡¿Por qué nos hacen esto?! ¡Asesinos!- aterrado vio como el dedo de Kid negaba.

-No digas eso, no somos crueles, tu madre murió sin dolor ¿ves?- pateo el cuerpo inerte de la mujer

Sus ojos se llenaron de lagrimas comenzando a llorar, apenas tenia diez años e iba a morir alli sin haber podido hacer nada, era un completo inútil -¡Mamá, Papá!- pidió entre llantos pero era inútil, estaban muertos.

-Bye Bye, llorón-

Apretó los dientes y soltó un alarido, la sangre salía a borbotones y se sujeto con fuerza -¡¡¡Maldita zorra!!!- grito al verla cubriendo con su cuerpo al niño.

-vaya, nunca lo creí- hablo Robin tratando de detener el sangrado de Kid sin siquiera realmente preocuparle si le dolía o no -perdiste parte de tu brazo, gran corte-

-¡Cállate!- abofeteo a la mujer quien sonriente se alejo del pelirrojo, estaba hecho una furia, iba a matarla, realmente la mataría alli mismo, esa maldita espadachín.

Sujeto al pequeño comenzando a correr, la realidad era tan cruda que no quería verla, no había sitio seguro, iba a morir de todos modos pero por lo menos salvaría a este niño.

-Hola- corría junto a ella y sin decir más realizo una traba arrojándola al suelo con el niño -¿Por qué hiciste eso? Kid esta ardiendo-

Eustass se acerco lo más rápido a ella pero no llego a tocarle un cabello ya que su atención fue rápidamente hacia el niño el cual con varios puñetazos certeros había dado de lleno en su cabeza partiéndoselo, grito desesperada forcejeando con el pecoso quien se vio salpicado de sangre también pero era inútil, nadie podía zafársele, jamás.

-¡Sigues tu!- comenzó a golpear su cuerpo y a zamarrearla, Ace tomo asiento cerca viendo el espectáculo.

-Va a matarle- dijo Robin mientras ataba su cabello y le daba la espalda -Zoro ¿quieres agua?-

El peliverde estando sentado se negó y mantuvo su mirada a la escena, esto no era un juego de niños, sabia que lo que hizo fue estúpido y no había manera de defenderla, si traicionas mueres, esto era una regla de hierro entre ellos.

Sus gritos disminuyeron y apenas podía respirar, completamente magullada contra el suelo movió sus manos tratando de sujetar su espada pero no podía, dolía y lo peor es que nadie la defendía, ni siquiera Zoro, su tan querido mejor amigo y un hermano de corazón.

“-¿Te volviste un monstruo por esto?-“ pensó dolida, no tenia fuerzas para llorar, ya no.

-Si muere tendremos problemas-

-¡Si vive es un problema para mi!- grito molesto.

El ojeroso volvió su vista a unas anotaciones ignorando su respuesta, le daba igual, podría usar ese cuerpo sin problema alguno.

-Es suficiente-

Se paro frente a ellos y Ace silbo con burla -¡Eso Zoro! ¡Defiende a tu novia!- se rio

-Eustass, déjala, ya esta casi muerta, recibió su castigo-

La soltó y enfrento al peliverde -¡mira lo que hizo esa puta!- mostro parte de su brazo -¡sabes que debe morir!-

Suspiro y lo pensó un poco, un golpe más y seguramente moriría, no es que no le importara pero debía mantener su imagen -Law, atiéndela, me hare responsable de sus actos-

Kid incrédulo hablo -¡¿Acaso morirás por ella?!- el que calla otorga -Sera divertido verte morir luego- se carcajeo apenas por el dolor.

El atardecer se asomaba y era momento de armar los escondites.

La misión duraría al menos dos meses, se movía a duras cuestas, desperdiciaron una semana al mantenerla en reposo, aunque Kid y Ace continuaron asaltando sectores, Law y Zoro cuidaron a la peli azul, Robin hacia guardia a regañadientes ya que era la única que podía darle un baño a la joven.

-¿Cómo te sientes?- pregunto mientras humedecía su cuerpo, pero lo hacia por cortesía no porque realmente le importara.

-Dime…¿Qué sientes al hacer esto?-

La pelinegra sonrió -Nada-

Fue lo peor, apretó los dientes y comenzó a llorar, esa mujer era un monstruo y era muy triste -Zoro- llamo y la mujer la arropo para darle paso al moreno -quiero regresar, no puedo con esto- le pidió.

-No puedes, esto es una misión, aun si tus extremidades son arrancadas debes luchar-

-Por favor- se aferro a el en un intento de convencerlo, quería que volviera a ser el mismo de siempre y que su lado amable reluciera.

Mantenía sus manos hecho puño, no iba a ceder, no ante ella, enfrió su corazón y mantuvo en blanco su cabeza -pelea, es lo único que tienes aquí-

-No soy tan fuerte como crees…te necesito Zoro-

Eso era jugar sucio, no sabia que tanto la amaba y cuan dolido estaba por sus palabras, dejarla sola era como abandonarla pero esto era así -pelea- repitió para alejarse, sin piedad, sin lastima, eso es lo que significaba pertenecer al escuadrón.

-Eres un hombre cruel- hablo Robin al verlo salir -ella es demasiado amable, no entiendo porque esta aquí-

-Yo tampoco lo entiendo- susurro molesto, podía oír claramente su llanto y eso lo destrozaba.

Jugaba con unas piedras mientras comía algún tipo de caramelo, Kid no dejaba de jugar con un saco de boxeo, o mejor dicho, con una persona, miro de reojo a su compañero y siguió con lo suyo, Eustass era bastante antipático así que no se llevaban del todo bien, el podría decir que era más amigable, aunque al principio le había costado, imitar expresiones fue difícil, su mentor al principio le dijo que era la mejor para socializar pero mientras crecía se dio cuenta que su misión era otra, ser amistoso y luego…apuñalar por la espalda.

“-Dahaha, mira Ace- aquel pelinegro sin algunos dientes le mostraba algunas personas -ellos no tienen suerte como tu- la línea de niños y jovencitos decaídos se mostraba ante sus ojos -si tienen suerte irán a un burdel o serán órganos en el mercado negro- acaricio su rostro y paso su lengua por sus labios -en verdad tienes suerte de ser mi favorito-

No paso mucho para que la policía llegara y detuvieran a todos, el pecoso por instinto se defendió e hirió a muchos, un puñetazo de amor lo detuvo -no hagas eso niño- comió una galleta y lo miro -te pareces a alguien que conozco, pero tal vez me equivoco- se carcajeo y lo cargo en su hombro -bien, te vienes conmigo-“

Garp lo adopto y lo dejo bajo el cargo de un buen amigo, pero el pelinegro decidió hacer algo distinto, guiado por las historias de los libros que leía se inspiro y decidió ser un soldado, seria el héroe esta vez o eso es lo que creía hasta ahora.

-¡Monstruo!-

Ella lo miraba con algo tan conocido, ella tenia el tan llamado miedo, pero ¿Por qué? El era héroe, debía matar a las personas que le negaba lo que le pedían, esas personas eran egoístas, en sus historias el gran héroe asesinaba a los monstruos, entonces ¿Por qué lo llamaba de ese modo? El no era cruel, estaba haciendo lo correcto, estaba bien lo que hacia.

-¡Monstruo!- volvió a gritar mientras trataba de zafarse -¡Suéltame!- pidió entre llantos, la baño en el liquido que siempre cargaba y ella de un momento a otro se detuvo y clavo fijamente su mirada al pecoso -te amo…- susurro antes de que empezara a arder, sus alaridos se oyeron y luego llego el silencio, Kid se carcajeo pero el se quedo alli, tomo la pulsera rota de esa niña y la guardo en su bolsillo, estaba confundido por primera vez en su vida.

Ay me habia olvidado de actualizar! Muy feliz de que le den un poco de su tiempo a esta historia,muchas gracias! Espero subir la proxima pronto! Los amo!

Mero

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