-¿Cómo te fue?- al ver a su pareja regresar e irse a su despacho supo que algo no iba bien -¿Mihi?- toco su hombro e inesperadamente el pelinegro la apretó para reconfortarse -todo esta bien- susurro
-No pude hacer nada por él- suspiro, sin duda alguna se consideraba un tío inútil -me pidió regresar-
El pelirrojo se preocupo, regresar significaba muerte -pero Mihi…-
-No puedo hacerlo, por eso el no me perdonara-
Sonrió suevamente, a pesar de lo que dijera era un tío demasiado atento y se preocupaba en demasia por su único sobrino, hace mucho le había prometido a su difunta hermana que lo protegería y que daría lo mejor de si por él, así que aunque se sintiera un completo inútil era de total apoyo a su pequeño peliverde.
Abrazo su cabeza y su corazón latió aun más enamorado que nunca -maldición Mihi, te amo demasiado-
-¿a que viene eso? ¿escuchaste lo que dije?-
-Aunque no lo hagas el te perdonara de igual manera porque se que te quiere y tu sientes lo mismo, pero mierda que son testarudos los dos-
Miro su escritorio, nadie a parte de Shanks entraba así que no le avergonzaba tener aquellas fotografías en su respectivo cuadro, Zoro de pequeño, Zoro y su madre, la familia junta, Akagami más que nadie conocía sus sentimientos y que palabras debía de decirle -siempre me pregunto porque me amas-
-Quien sabe, tu corazón de pollo me atrae-
-¿Eso es un halago?- levanto la cabeza haciéndose hacia atrás para apreciar su rostro.
Se rio -Lo es, así que…- beso ligeramente sus labios -no te amortigües ¿de acuerdo?- la devoción hacia este hombre era tanta que no le importaba morir pero no debía de olvidar que realmente hizo eso y prometió nunca volver a arriesgarse de esa forma para no ver esa expresión.
Al oír que la conversación se desviaba de lo que le interesaba se alejo, si, era un mocoso demasiado curioso y eso lo llevo a pelearse con la única persona que llegaba a entenderlo, si no maduraba no iba a crecer jamás, en el sillón comenzó a pensar…quería cambiar, quería ser útil, alguien que pudiera apoyar a otra persona, como lo hacia Akagami con su pareja, se veía maravilloso y ambos destilaban demasiado amor.
Debía disculparse con el peliverde, tal vez no lo perdone pero quería que viera que estaba arrepentido, se termino de poner el calzado y salió, aunque había olvidado que alguien maduro avisa cuando se va del lugar de visitas.
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-¿Hasta cuando tendrás esa cara? No eres divertido- le dio en mano la taza de té y observo su expresión, aun seguía sumergido en esa habitación aunque no se encontraba en ella -haz cambiado mucho desde que ella murió- bebió un sorbo y al fin el peliverde lo miro de reojo -la amabas demasiado y por eso la alejaste, algo bastante estúpido-
Así es, Kuina murió hace un tiempo ya y Zoro desde aquel fatídico día se volvió un dolor de cabeza, incluso el, quien no entendía a las personas podía ver que efecto dejo la ausencia de la peli azul, tan oscuro como solitario, el peliverde se volvió su compañero ideal y hacían el trabajo sucio a menudo, eso en parte lo excitaba.
-¿No hablaras? Sabes, recorrí muchos kilómetros para ver a mi compañero y me encuentro con esto ¿Qué pasa contigo? Eres un costal viejo- pero ese costal viejo lo atraía, le era llamativo, podía tal vez apreciarlo -Zoro- dejo la taza y se encimo al contrario tomando su rostro y hablándole suavemente -nunca pensé que por fin podría emocionarme, supongo que las terapias funcionan- lo recostó al fin pudiendo quedar a horcajadas sobre él -Zoro- se relamió los labios, estaba tan lindo y vulnerable que quería aprovecharse de eso -¿puedo tocarte?- deslizo la mano por su cuello hasta el extremo de su remera la cual subió mostrando el frente de su compañero, estaba tal como lo recordaba, no, mejor todavía.
Beso su ombligo y dejo un frio camino hasta su pezón el cual mordió y tironeo -Zoro- su pene estaba gritando por una húmeda cavidad, algo suave y caliente como el culo del peliverde, se recostó sobre él, chuponeando su cuello y deslizando su mano hasta la hombría debajo suyo pero se sorprendió de que estuviera flácido -eres aburrido- murmuro y mordió con fuerza, lo único que hizo el espadachín fue fruncir el ceño y apretar los puños.
-¡Aléjate de él pedazo de mierda!- con un golpe certero en la cabeza dejo fuera de juego al pecoso -¡Marimo!- grito molesto.
Parpadeo al ver la figura del rubio, estaba agitado y colorado, le gustaba cuando estaba así, se veía gracioso, se sentó -Sanji…- susurro sin creer que estaba ahí.
Se arrepentía de haber venido, no quiso ver aquello, ese hombre sobre Zoro, besándolo, mordiéndolo -¡Bastardo!- su pecho dolía y una agobiante angustia lo invadió, sus ojos comenzaron a picar y no soportaba verlo. Estaba teniendo sexo con un desconocido, estaba teniendo sexo con un hombre y el pensó que era casado ¿o acaso este hombre era dueño de su corazón? ¿Zoro era gay? Un asqueroso gay como Judge, asqueroso, asqueroso, asqueroso, era completamente imperdonable y asqueroso, salió de prisa, no iba a mirar hacia atrás porque no quería que la imagen del peliverde se rompiera más de lo que estaba, no quería que la imagen del adulto en el que comenzó a confiar se manchara.
-¿Quién era ese mocoso? Justo se estaba poniendo bueno- Ace desde el piso había visto cada expresión que hizo el rubio y lo atento que estaba a Zoro, no era estúpido, se dio cuenta.
-¿Era realmente Sanji?- pregunto desconcertado
Suspiro y se acerco a su compañero para bajarle bien la remera -de carne y hueso ¿Quién es Sanji?-
-Nadie, solo un mocoso- ese tono…a la mierda, el pecoso por primera vez se sorprendía, lo dijo con un tono que creyó nunca oír, parecía como cuando suspiraba por Kuina.
--En las siguientes misiones se volvió más hostil y descarriado, Mihawk era el único que podía controlarlo ya que la ausencia de Kuina y Saga empeoraba las cosas, no es que ellos podrían detenerlo pero parecía que el peliverde era más “pacifico” cuando estaban cerca.
Tuvo días de descanso donde era obligatorio acompañar al pelirrojo, quien resultaba ser pareja de Mihawk -te traje algo para que comieras- aunque lo intentaba Zoro era bastante arisco con el, se conocían visualmente y nunca tuvo la oportunidad de hablarle porque el joven espadachín no le daba chances, pero este podía ser su momento -voy a retirarme en poco tiempo- el moreno no parecía interesado en oírlo -aun…no se lo eh dicho a Mihi- jugaba con su mano, había decidido retirarse, las misiones no le estaba haciendo bien, a pesar de ser doctor su salud estaba mal -tengo miedo de decirle-
-¿Por qué?-
Su mirada brillo y se emociono, le estaba hablando pero luego recordó el tema de charla -supongo que soy un cobarde después de todo, lo amo tanto que tengo miedo de oír lo que me dirá, tengo miedo…de que deje todo por seguirme…- desde joven Dracule Mihawk exclamo que deseaba pertenecer a la fuerza, era un sueño personal y no fueron simples palabras, lo vio esforzarse hasta cierto punto, como todo adolecente estúpido se enfado que no le prestaba atención y eso fue el colmo de la paciencia, discutieron y no volvieron a verse; como un mocoso estúpido decidió también unirse y superarse pero no esperaba encontrarlo en el mismo lugar, el mundo era pequeño -no quiero que abandone sus sueños-
Doctor de la milicia sonaba genial pero ahora ya no pensaba lo mismo -su sueño ya esta realizado ¿no lo crees?- estaba con la mirada llorosa, estaba preocupado -yo también lo vi esforzarse, un hombre que llego hasta donde esta con el sudor de su frente, hizo grandes logros. Estoy seguro que el te seguirá pero no se arrepentirá porque eres quien lo hace feliz- acaricio su espada comprendiendo un poco sus sentimientos -así que no digas que abandona sus sueños cuando ya los logro, ademas, tu eres uno de ellos ahora-
Se sonrojo y lloro ¿Qué pasaba con este chico? Era un mocoso pero supo que decirle -gracias, se lo diré- por primera vez había podido entablar una conversación con quien es parte de su familia -¿y tu? ¿serás sincero?-
Hizo puño sus manos y negó -eso es imposible-
Sonrió de lado -¿Por qué te ocultas?- se gano la afilada mirada del peliverde -el corazón es quien nos guía ¿Por qué no le haces caso?-
-Mi corazón es débil, por eso es imposible-
-¿Puedo saber a que le tienes miedo?-
Suspiro, no iba a negarlo, tenia miedo, miedo de que Kuina al saber sus sentimientos lo viera con lastima, que lo viera como el hermanito que se enamoro de ella, odiaría eso más que nunca, no se perdonaba ser débil, por eso los odiaba y lastimaba. Se puso de pie, agradeció la comida y tomo el pomo de la puerta.
-Zoro, ven a hablar conmigo cuando quieras-
Aunque nunca se lo dijo, siempre lo miro de lejos junto a su tío, en verdad que era un gran apoyo para él y se lo agradecía.--
En el suelo yacía el peliverde sin dejar de ver el techo, Ace no dejaba de llenar su boca de comida y no podía dejar de mirarlo, es que Zoro se veía tan raro que no pensaba perderse nada -¿Por qué no lo seguiste?- el espadachín no le respondió y eso no le afectaba pero si a su curiosidad -¿es tu novio? ¿un amigo?-
Ni novio ni amigo, el solo era el mocoso que intento ayudar y al parecer no había funcionado.
-Estaba llorando- lo miro de reojo y el pecoso sonrió de lado, había dado en el clavo -al ultimo segundo vi unas lagrimas, estaba herido aunque no me extraña viniendo de ti, no tienes corazón-
No, Zoro era todo lo contario, tenia demasiado corazón y eso lo volvía débil, por eso lo atraparon, por eso tuvo que salvarle el culo en aquella trampa, mierda que le debía mucho, había hecho tanto por el y lo único que recibía era esto.
Kuina no esta, Saga no esta, nadie estaba a su lado, comprendía su puta soledad y el dolor que cargaba, comprendía el porque de su actuar -Zoro, yo regresare contigo ¿Qué opinas?-
-No te necesito-
Inflo las mejillas y frunció el ceño, no era nada lindo y aunque le parecía atractivo no pensaba tener algo formal con un sujeto como él, buscaba algo más suave y divertido -¿Qué es ese ruido?- un celular no paraba de tirar una musiquita de mierda -oh, es el mío- atendió al numero desconocido y la ola de gritos que recibió le ayudo a reconocer la voz, era Smoker, su tutor.
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¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto? Creí que eras distinto, creí que podía confiar en ti, al fin pensé que podía creer en una persona pero me equivoque, todos son la misma mierda, ya no puedo confiar, no en ti... Si algo me llega a pasar de nuevo no podría tolerarlo.
Hay fiesta, organice una bastante gorda, mis chicos trajeron toda la mierda que pudieron, hoy no controlare nada, no diré nada, dejare que hagan lo que se les antoje, dejare que se descontrolen.
Este pozo… este lugar es nuevo, es una mierda de lugar pero es el más remoto que encontraron, no regresare -¡Sanji-chan!- esta mujerzuela me besa, me acaricia y hace notar sus intenciones de querer tener sexo conmigo, mi cuerpo es un deleite para estas zorras, aman tener a un chico de mi edad, de mi aspecto, bendita sea la herencia de mi madre…
"Tanto que me casaría contigo"
Zoro…eras el único adulto, la única persona en la que creí hasta ahora, pensé en ti de una manera distinta al resto, realmente…realmente me estabas haciendo feliz, algo que no sentía desde hace tiempo.
-Líder ¿quiere?-
Esas porquerías no las quiero porque te lo prometi, pero…¿Para que me estoy restringiendo? Nadie espera nada de mi, nadie me espera en casa, no soy nadie para seguir viviendo…
Estire mi brazo mientras una morena me besaba, esto estaba bien porque es lo que deseo y Zoro no esta aquí para impedírmelo, yo...rompi nuestra promesa.Gente bella!!!! Los extrañe, me hace feliz que lean esta historia tan rara (? Ya espero para el proximo capi hacer explotar todo, mil gracias por darle su tiempo a las locuras que escribo,me hacen feliz, espero que todos esten bien y que los que estan en cuarentena toleren un poco más (estoy en cuarentena) esperemos que falte poco, un besote, los amo!
Mero 😘
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Vidas enlazadas
RomanceEl grupo suicida era reconocido como el más temido del ejercito, Zoro quien integraba uno de los cargos se retiro llevando una enorme carga. Sanji es un completo descarriado que solo mira su propio ombligo y no se preocupa por nadie. Ambos se cruzan...