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En teoría mi cuerpo estaba en esa clase de matemáticas, pero mi cabeza no.
Era viernes a primera hora, y los idiotas de mis amigos montaron una fiesta anoche, y no pude resistirme.

-¿Verdad que sí, señorita Cooper? -escuché que dijo el profesor, pero no reaccioné.

Lauren, a mi lado, me dió un codazo provocando que me sentara recta en la silla.

-Sí. -respondí.

El profesor me miró fijamente y achinó sus ojos.

-Ni siquiera sabe qué le estoy preguntando, ¿verdad? -dijo.

Sentía la atenta mirada de toda la clase sobre mi.

-No. -dije firme.

Asintió con su cabeza y me apuntó con el bolígrafo.

-A la próxima te expulsaré, quedas avisada. -me dijo.

Continuó con la clase, esta vez intenté estar más atenta pero mi cabeza dolía horrores. Miré a Lauren, quien me miraba divertida.

-¿Qué? ¿Tengo un moco o algo? -susurré.

Lauren ahogó una risa.

-Tienes unas ojeras horribles, ¿qué pasó anoche en la fiesta? -preguntó en tono bajo.

-No recuerdo muy bien cómo llegué a casa, pero estuvo genial. -respondí.

La fiesta de anoche fué en casa de Lauren. Ella vivía en una mansión enorme y sus padres le dejaban hacer fiestas cuando se iban por negocios.
Ayer bebí demasiado, alomejor porque discutí con mi madre y estaba estresada.
El recuerdo de volver a casa lo tengo borroso, pero recuerdo que un chico se me acercó en la fiesta y me besé con él. Luego me llevó a casa en su coche.

De lo que si me acuerdo fué de que ese chico quiso... ya saben, y yo salí corriendo del coche y entré en mi casa.
Cada vez que alguien pretendía apuntarme con esa... cosa, entraba en pánico y no entendía porqué.

Las horas pasaron lentas, y gracias a Dios ya era hora de volver a casa.
Vivía a 15 minutos del instituto, y mis mejores amigos, Lauren y Diego, vivían en mi misma calle, así que todos los días íbamos y veníamos juntos.

-Este último curso va a matarme. -dijo Diego. -¿Examen el lunes? ¡Si aún no hemos ni empezado el tema!

Pateó una piedra.

-Lo empezamos hace una semana. -dijo Lauren.

-Tú lo has dicho, hace sólo una semana y ya pretende que nos lo sepamos todo. -dijo Diego bufando y tirando al suelo el cigarro que acababa de fumarse.

-No temais, amores mios, yo quitaré vuestro estrés. -dijo Lauren revisando su teléfono.

Miré su rostro y una sonrisa perversa apareció en él. Ya me conocía esa sonrisa.

-No me jodas... ¿otra fiesta? -pregunté.

-Si, ______, pero esta fiesta será la fiesta de tu vida. -dijo la ojiverde. -Hoy.

-Miedo me das. -dijo Diego a mi lado.

-Es una fiesta privada, aquí en Los Ángeles. ¿Sabeis quien son los Bell Twins verdad? -preguntó Lauren.

-Claro. -contesté.

-Pues... acaban de invitarme a una de sus fiestas y me dejan traer a quien quiera. Fiesta influencer amigos, de nada. -dijo pasándose la mano por su larga melena negra.

Me quedé pensativa durante varios segundos.
¿Enserio le habian invitado a una de esas fiestas?
Lauren estaba metida en el mundo youtuber, hacía videos de maquillaje, algunos divertidos y cosas así, tenía sus seguidores y era reconocida pero no sabía que conocía a los Bell Twins.

I should've known || Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora