_______ Cooper, una chica normal con una vida normal.
Pero todo cambiará cuando su popular amiga Lauren, la invita a una fiesta donde conocerá a una chica de intimidantes ojos azules.
Todos conocen a esa tal Billie Eilish. ¿Por qué ella no supo ant...
-Tenemos el tiempo justo, en una hora te pasará a buscar la limusina, ¿estarás lista? -dijo Jason tras la línea.
-Claro, en una hora estaré preparada. -contesté mientras sujetaba el móvil con una mano y con la otra intentaba subir mis pantalones.
-¡Genial! Hasta luego Cooper. -dijo y colgó la llamada.
Una maquilladora pasó por mi apartamento a cargo de Jason, me maquilló sutilmente y honduló mi melena castaña. Me faltaba vestirme y calmarme, porque tenía los nervios a flor de piel.
Cuando me vestí me miré en el espejo de cuerpo entero que había en mi habitación. Wow, me encantaba el traje.
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Sencillo, como a mi me gusta.
Una vez preparada miré el reloj. Quedaban sólo diéz minutos para que la limusina de Jason pasara a buscarme. No estaba preparada, no lo estaba.
Debía superar toda una tarde alrededor de famosos, y alrededor de Billie. Después habría la fiesta, también estaría rodeada de famosos y por supuesto, de Billie.
Maldita sea, hoy era el día de mi muerte.
Bajé a la calle y esperé durante cinco minutos a que llegara la limusina. Durante esos cinco minutos hubo gente que pasaba por ahí y me reconoció, me hice fotos con ellos e intenté sonreir lo mejor que pude.
Cuando el coche alargado y negro estacionó, me subí y allí dentro ya estaba Cara.
-¡Wow! -dijo. -Estás preciosa.
-Gracias, tu tampoco te quedas atrás. -contesté con una sonrisa.
Vestía algo parecido a mi pero de color azul claro, y ese color hacía que sus ojos fueran aún más claros. Cara era muy hermosa, pero no podía verla como algo más que una amiga y compañera. La limusina se puso en marcha y al rato paró para que subiera Jason.
Vestía un traje granate y su barba estaba recordada perfectamente.
-Que guapo está mi director favorito. -dijo Cara.
-Vaya, Jason, hoy seguro que triunfas. -dije con una sonrisa.
-Mis dos estrellas también están preciosas, gracias chicas. -contestó acomodándose la corbata, nervioso.
Llegamos a la cola de coches, esperando nuestro turno pacientemente mientras de cada coche bajaban los invitados y eran atacados por las cámaras. Llegó nuestro turno, bajamos de la limusina con una sonrisa mientras los flashes comenzaban a hacerse presentes. Jason se colocó en medio de las dos y cogimos su brazo, caminando lentamente por la alfombra mientras posábamos delante de todas esas cámaras.
Nunca me imaginé que llegaría aquí, me sentía orgullosa de mi misma.
Mis ojos no podían evitar repasar el lugar detenidamente, atentos por si veía una melena verde y negra. También buscaba a Camila, ella me dijo que también estaba invitada y agradecía tener a alguien conocido por aquí.