I should've known || Billie Eilish

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La veía jugar con los anillos de sus dedos mientras por mi mente pasaban miles de pensamientos.

-¿Qué te hizo esa chica? -pregunté sin más.

Dirigió su mirada al frente y suspiró.

-La gente que me conoce de hace tiempo... sabe que yo antes estaba... -volvió a suspirar. -Caí en depresión.

Sus ojos se fijaron en mi, la veía triste e indefensa, quería abrazarla en ese momento.

-Nunca he llegado a entender mi mente, la manera en que pienso... siempre me he visto como una chica... rara, por así decirlo. -explicó. -Cuando tenía 13 años mi cadera se lesionó, yo estaba en una academia de baile y cada vez que bailaba, mi cuerpo y mi mente desaparecían de aquel lugar y podía llegar a sentir felicidad. Pero me lesioné y tuve que dejarlo por mi propia salud.

Mientras explicaba, yo simplemente la escuchaba, la miraba y observaba cada uno de sus movimientos. Billie puede tener una apariencia de chica ruda y sin sentimientos, pero la realidad es que si los tiene, y es una buena persona.

-¿Y qué pasó después? -pregunté con cuidado.

-A partir de ahí, pasaba más tiempo conmigo misma ya que no tenía nada que me distrayera como lo hizo el baile, y comencé a verme horrible, mi cuerpo lo veía horrible y odiaba a mi propia cabeza por pensar de esa manera. -pasó su mano por su pelo, tirándolo hacia un lado. Su perfil es precioso. -Mi mejor amiga Zoe me ayudó mucho, ella me animaba y me distraía. Era mi alma gemela... la quería muchisimo.

Entre la oscuridad de la noche y la poca iluminación de la Luna, pude ver sus ojos azules brillar, pero de una manera triste. Contuvo sus lágrimas.

-Luego mi hermano me introdujo en el mundo de la música sin querer, porque ninguno de los dos pensamos que esa canción llegaría tan lejos. Ahí fué cuando tuve otra distracción para no pasar tanto tiempo conmigo misma, y me enamoré. -dijo agachando su cabeza. -Me enamoré perdidamente de Sabrina.

Sus ojos me miraron y una lágrima bajó por su mejilla.
Dejé atrás el miedo y la rabia que aún seguía en mi cuerpo por lo que había pasado momentos atrás y con mi pulgar, sequé su lágrima.

-Explícame que te hizo esa zorra para que seas así. -le dije.

Llevó su mano hacia la mia, que estaba en su mejilla, y la cogió. Entrelazó nuestros dedos sobre su regazo.

-Ella estaba en el mundo de la música mucho antes de que yo llegara, tiene cinco años más que yo. Coincidimos hace tres años en un festival y pues... nos gustamos. Caí en sus brazos como si fuera la persona que podría salvarme de mi depresión mental, y me enamoré con el tiempo... -secó una lágrima con su mano libre. -Estuvimos un año juntas, pensé que era el amor de mi vida. Le di todo de mi, sabía todo sobre mi vida, ella sabía cómo calmar mis ataques de rabia y mis pensamientos de suicidio. Ella me salvaba. Pero un día...

Su voz se quebró. Algo malo debió pasar para que Billie estuviera tan destrozada. La atraje hacia mi y la abracé. Escondió su cabeza bajo mi cuello y rodeó mi cintura.

-Tranquila, estoy aquí. Respira. -dije acariciando su espalda.

-Me engañó, ______. La encontré en la cama con Zoe. -dijo sollozando bajo mi cuello. -Acabó de arruinar mi vida, hicieron que no volviera a confiar en nadie.

Mi corazón estaba en un puño. ¿Cómo pudieron hacerle eso a Billie?
Me dieron ganas de bajar a la fiesta, buscarla y desahogar mi ira con ella. Pero me quedé sentada mientras acogía en mis brazos a la verdadera Billie Eilish. Una chica destrozada y con un pasado difícil.

-Madre mia Billie... -dije apretándola más hacia mi. -Que horror...

Se separó de mi mientras absorvía sus lágrimas y miraba al frente.

-No he podido superarlo aún, después de dos años sigue quemándome. -dijo.

-¿Qué fué... qué fué lo que evitó que... -no podía decirlo en voz alta. Pero ella me entendió.

-¿Lo que frenó mis pensamientos de suicidio? -dijo, asentí con tristeza. -Pues mi fama subió rápido, la gente comenzó a quererme y cada vez tenía más fans. Me hice grande muy rápido, aún me queda mucho para ser como Ariana Grande o Justin Bieber pero crecí mucho en el mundo de la música, y eso fué lo que me ha mantenido con vida. -suspiró. -Cada vez que estoy sobre el escenario y veo las caras a esa gente que me mira con adoración... simplemente no puedo hacerles eso. Ellos me mantienen con vida, son mi razón de vivir.

Una lágrima resbaló por mi mejilla, sin poder evitarlo.
Billie cargaba un profundo dolor y una traición tan fuerte que llegó a mi sensible corazón.

-Billie. -le dije.

Sus ojos me miraron tristes.

-Te conozco de hace poco, pero en este corto tiempo he podido ver la luz que desprendes. Entiendo perfectamente a tus fans, es fácil adorar a una persona como tú, porque con tu música... con tu música y tu historia ayudas a mucha gente aunque tú no lo sepas. Y doy gracias a la vida por darme la oportunidad de estar aquí contigo. Porque... porque si tu hubieras decidido irte, nunca te hubiera conocido. -le dije. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y sonreí.

-¿Por qué estás aquí después de todo lo que te he dicho antes? -dijo con miedo. Parecía una niña pequeña que acababa de hacer una travesura y esperaba la bronca de sus padres.

-Porque aunque intente negármelo, me importas. -contesté poniendo un mechón de su pelo tras su oreja.

-Soy una persona horrible ______... No te merezco. -dijo girando un poco su cuerpo hacia mi, quedando cara a cara.

-Todo el mundo merece una segunda oportunidad. -le dije.

Ahora ya no tenía esa mirada inocente, volvió su mirada azúl y profunda, esa mirada que sabía cómo intimidarme y dejarme indefensa.

-No quiero hacerte daño. -dijo dirigiendo su mano a mi mejilla.

Cuando su mano se posó, sentí su cálido contacto y suspiré cerrando mis ojos. Era mi debilidad, lo tenía que admitir.

-Puedes cambiar. -le dije volviendo a abrir mis ojos, encontrándome con su mirada azul.

-No es tan fácil, lo he intentado mil veces pero mi cabeza se niega. No sabes las ganas que tengo de poder ser libre, de poder querer a alguien, de volver a entregarme... pero no puedo. Mi cabeza no me deja, porque tengo miedo de que vuelvan a hacerme daño. -su otra mano acogió mi otra mejilla.

Por dios Billie, bésame, me da igual que me rompas en mil pedazos.

-Déjame ayudarte. -susurré.

Sus ojos se fueron a mis labios, luego volvió a mirarme.

-¿Cómo? -preguntó.

Sonreí tímidamente.

Quería besarla.