Capítulo 28. El olor a muerte.

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Grito y trato de zafarme en vano. Janson no piensa soltarme y, por tercera vez, me empotra contra el cristal que ya esta lleno de mi sangre. Por el leve reflejo puedo ver que es por culpa de mi nariz.

- Me alegro de que ese pequeño mierdecilla la vaya a palmar de una vez. Me habría encantado acabar con él con mis propias manos, pero...

- Suéltala, Janson.

Esa voz corta sus estúpidas palabras. Suena firme, sin ápice de miedo, y sé muy bien de quién es. Janson se gira para enfrentarle pero me rodea el cuello con su brazo, por si acaso.

- Mira a quién tenemos aquí. – sonríe. – Gally. Cuánto tiempo. Pensaba que estabas muerto.

- Suéltala. – repite. No va a perderse ni en sus juegos ni en sus provocaciones. – O disparo.

Janson comienza a decir algo pero gruñe adolorido cuando una bala roza su hombro. El cristal maltratado de nuestras espaldas se rompe y sé que es mi momento para liberarme. No me es muy difícil, porque entre el disparo de Gally y la enorme caída que se abre a nuestras espaldas, Janson pone más atención en salvarse a sí mismo que en sujetarme. No se mueve porque Gally no baja su arma y yo avanzo –como puedo– hasta su lado con rapidez. Ni si quiera me pregunta si estoy bien.

- Es Newt. Está grave. – me explica, conciso. – Tenemos que irnos de aquí. Ya.

Janson suelta una sonora carcajada que nos irrita a ambos por igual.

- ¿Qué vas a elegir, Maya? ¿Quieres ver como me desangro o quieres ir a verle morir a él?

No dudo antes de salir corriendo por la puerta por la que acaba de entrar Gally, pero es él quien toma la delantera para guiarme hacia donde están. Me explica que Newt ha empeorado con rapidez, y por culpa de la guerra abierta entre los rebeldes y Cruel, Minho ha tenido que adelantarse a por la cura.

- Thomas me ha dicho que cubriese a Minho, pero Newt me ha pedido que fuera a buscarte y que me asegurara de traerte con vida.

Corremos tan rápido como podemos. Me duele todo el cuerpo por la pelea y en comparación con Gally debo estar hecha una asco, pero nada me va a impedir que siga moviéndome.

- ¿Cómo me has encontrado?

- He electrocutado a varios guardias de camino. – me explica con orgullo. – Hasta que un par me han dicho que vieron a Janson meterse en el despacho de la doctora Paige.

Una vez que dejamos atrás el edificio de Cruel siento que queda muy poco para que les alcance, pero no estoy muy convencida. Seguimos corriendo y doblando calles porque Gally solo tiene una idea aproximada de dónde pueden encontrarse hasta que por fin divisamos a Newt y a Thomas a lo lejos. Me quedo sin aliento al verlos porque no es que Newt no esté bien, sino que está sobre Thomas tratando de atacarle. Corro más deprisa que nunca; incluso supero a Gally. Cuanto más me acerco más claramente veo lo que ocurre y diviso que Newt le está clavando su cuchillo a Thomas en el hombro.

- ¡Newt, para! – chillo. Me abalanzo sobre él con tanta fuerza como puedo para apartarlo de Thomas. Le agarro por la chaqueta después del impacto y ambos rodamos por el suelo hasta detenernos.

- ¿Maya? – pregunta Newt. Su voz suena ronca y lejana, y su rostro ya es similar al de cualquiera de los Raros que hemos matado.

- Soy yo, Newt, estoy aquí. – le susurro con la intención de que así vuelva a mí.

- Lo recuerdo.

- ¿Qué recuerdas?

- ¡Que me enviaron al Laberinto por tu culpa! – grita desgarradoramente y enseguida gira para quedar encima de mí. Trato de resistirme pero su fuerza es arrolladora y no puedo apartarlo. Lleva sus manos a mi cuello y lo estruja sin piedad. Me estrangula hasta que sus uñas se hunden en mi piel y siento cómo me falta el aire.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora