Capítulo 24. Traicionar y amar.

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Tenemos todo el día siguiente para prepararnos antes de poner en práctica nuestro plan. Dado que hemos pasado toda la noche en vela, aprovechamos el día para dormir. Es lo bueno de estar en el subsuelo, que la luz no entra por ninguna parte. Con la excusa de que él ya ha hecho mucho, he improvisado una cama para Newt. Solo me he quitado la chaqueta para hacerle una almohada y he cogido un par de mantas para que pudiera tumbarse. La verdad es que lo he hecho porque quiero que esté lo más cómodo posible, como si esto fuera a salvarle de lo que crece en su interior.

- No puede ser cierto. Cruel te metió en el Laberinto. – lloriqueo, aunque sé que debo controlarme en lugar de preocuparle más.

- Ya viste lo que le ocurrió a Winston. No todos somos inmunes.

- Todavía podemos hacer algo. – le aseguro atrapando su rostro entre mis manos. – Thomas salvó a Brenda con su sangre. En Cruel tendrán más curas.

- Lo sé. Lo sé.

- ¿Por qué lo dices como si no te importara?

- Porque nuestro plan es rescatar a Minho. Él es nuestra prioridad, no yo.

No tardo en fulminarle con la mirada como si hubiera dicho lo más horrible del mundo.

- Escúchame, Newt, no voy a permitir que mueras. – le aseguro. – Vamos a sacar a Minho y te vamos a curar a ti, ¿me entiendes? No puedes abandonarme.

- No lo haré. – me promete.

Después de eso nos hemos besado y hemos permanecido abrazados durante un buen rato hasta que le he pedido que descansara. Le he dicho que me quedaría a su lado, pero poco después de haberse dormido me he marchado. Estoy nerviosa. No. Estoy aterrada. No me imagino perderle. Me destrozaría el alma.

Me alejo por el pasillo con el deseo de salir de aquí sin importarme si me cruzo con cualquiera de esos hombres con máscara antigás o con un Raro. Solo necesito alejarme y pensar.

- Eh. – me giro al escuchar a Gally. Está cruzado de brazos a un par de metros de distancia. – ¿A dónde te crees que vas?

- ¿A caso te crees mi padre? – le respondo de mala gana, pero no parece inmutarse.

- Ven. Sígueme.

El chico regresa hacia la sala en la que estamos todos, pero avanza por uno de los laterales. Ruedo los ojos y le sigo sin saber por qué demonios le hago caso, pero me sorprendo al ver que tras cruzar ese pequeño pasillo hay otra sala con una mesa medio rota y unas cuantas sillas. También hay mantas y trastos inútiles.

- Creo que aquí apilan las cosas que no les sirven de nada. Está bien para cuando quieres estar solo. – comenta rebuscando algo entre unas cajas. Me dejo caer sobre el montón de mantas para que el suelo sea más mullido y él no tarda en sentarse a mi lado. Luego me extiende una botella rectangular de cristal. – Toma.

- ¿Qué es?

- Alcohol destilado por mí. Voy mejorando. – me explica. – Creí que tenías cara de necesitar un trago.

- Newt está infectado. – le suelto sin más, pero como no se sorprende, le observo con el ceño fruncido. – ¿Lo sabías?

- Era una posibilidad. Esos cambios de humor son propios del inicio, de cuando empiezas a perder el control.

- Vamos a entrar en Cruel y cogeremos una de sus curas.

- Contaba con ello.

El primer trago me arde en la garganta y no puedo evitar toser. Él se ríe y le da uno sin inmutarse. Minutos más tarde se la vuelvo a pedir y el trago me sienta mejor. No está nada mal para haberlo hecho él.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora