Capítulo 20. El tiempo no espera.

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En el campamento buscamos con vehemencia a Fritanga y a Minho. Una vez juntos y tras asegurarnos de que estamos bien, corremos hacia donde está Vince, el hombre que dirige el Brazo Derecho. Mientras los soldados de Cruel se despliegan, él nos ofrece armas y sube a la ametralladora de la parte de atrás de uno de sus vehículos. Trata de recargar la munición que le ofrece Harriet al tiempo que nosotros le cubrimos

Nunca he disparado un arma, pero no se me da tan mal como creía. Tal vez sea por la adrenalina. O puede que el instinto de supervivencia, que me empuja a mejorar mi puntería porque no hay otra alternativa. Son demasiados y la ametralladora de Vince se atasca. Nosotros nos quedamos sin balas mientras nos rodean. Uno de los soldados que se esconde tras unos barriles saca algo y lo lanza hacia nosotros, acertando de lleno en la camioneta. A penas veo una luz azul brillante cuando una corriente eléctrica nos sacude a todos por igual y caemos al suelo, inmóviles.

Siento una ola de dolor recorrer hasta el último de mis nervios. Mis dedos se enroscan en el arma por culpa de la descarga. Todavía siento espasmos cuando mi boca está contra la tierra y revivo todo el tiempo que he pasado encerrada en Cruel, siendo el muñeco que manejaba Janson a su antojo. No voy a permitirlo. No voy a regresar con él. Quiero gritar, pero mi mandíbula tensada solo me permite soltar un quejido. No sé de dónde saco las fuerzas, pero logro hincar mis codos en el suelo y levantarme unos míseros centímetros. Escucho a Fritanga jadear, abatido, y a mi otro lado Newt sigue convulsionando cada vez más suave.

- May. May... – susurra, pero le cuesta mover los labios. Intento avanzar hacia él pero mis músculos queman al intentarlo y a penas lo logro. Noto cómo mueve su brazo hacia mí. Creo que intenta darme la mano, pero no puede moverse. La descarga debe de haberle pillado a él con más fuerza que a mí. – Se nos acaba el tiempo.

Hago un esfuerzo sobrehumano para llegar a alcanzar sus dedos para enlazarlos con los míos por si de verdad esto es el fin, pero los soldados llegan antes y se interponen entre nosotros. Ahora sí que puedo chillar de rabia, pero no me hacen ni caso. Nos ponen en pie por la fuerza y agarran nuestros brazos a la espalda.

- Vuestro viaje ha terminado, chicos. – se mofa uno de ellos.

Nos llevan al centro junto al resto de integrantes del Brazo Derecho y sus protegidos. No solo nosotros huíamos de Cruel. Nos ha atrapado a todos. Aunque todavía siento los músculos agarrotados cuando me obligan a arrodillarme, mi cuerpo comienza a responder. Un soldado nos examina la nuca con un aparato para saber el número que Cruel nos asignó tiempo atrás. En cuanto veo a Janson bajar del helicóptero siento que podré desmayarme. Es por eso que agradezco sentir la mano de Newt agarrando la mía con firmeza. No puedo permitirme el placer de mirarle a los ojos porque Janson se acerca hasta nosotros –que formamos la primera fila– y me sonríe. Luego mira al soldado que aguarda tras nosotros y este patea nuestras manos entrelazadas obligándonos a separarnos. Janson me toma con fuerza de la barbilla para que le mire directa a los ojos y los soldados frenan a Newt y a Minho antes de que hagan cualquier movimiento.

- Podrías haberte quedado conmigo... pero siempre eliges hacer las cosas por las malas. – me recrimina con tranquilidad, pero sé que su tono es mortífero. Luego le dedica una mirada de soslayo a Newt y sonríe. – Veo que los malos hábitos no los pierdes. Tendré que encargarme de eso.

Me suelta con desprecio y trato de levantarme para golpearle, pero otro de sus hombres me inmoviliza y obliga a que me arrodille de nuevo. La atención de Janson pasa a Thomas, quien se entrega sin oponer resistencia y le golpean en el estómago antes de mandarlo a nuestra fila. Cuando Minho le pregunta por qué no ha huido, él le responde que está harto de hacerlo. Supongo que todos nos sentimos igual.

Ava Paige desembarca de una de las naves más grandes y saluda a Thomas. Después de ordenar que vayan subiendo a los chicos, Teresa aparece escoltada y Ava le sonríe cuando se coloca a su lado. Todos nos ponemos en pie al instante.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora