Capítulo 23. Siempre son malas noticias.

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Le explican a Gally que venimos para rescatar a Minho y él nos asegura que sabe cómo cruzar los muros. Al parecer, ahora forma parte de este grupo que son enemigos de Cruel desde que se hizo con el poder de la Última Ciudad. Ellos fueron quienes le rescataron y le curaron al darse cuenta de que era inmune. Luego nos lleva a conocer a Lawrence, el jefe de todo esto. Newt permanece a mi lado todo el rato. Es gracias a él que he conseguido disolver mis puños y dejar de clavarme las uñas en la palma de las manos por la rabia. Aunque sé que lo hace para tranquilizarme, me pregunto si su cercanía también es para mandarle una señal a Gally.

Al final llegamos a un trato con Lawrence, pero a la ciudad solo podrán entrar dos personas esta primera vez. Los demás nos quedaremos aquí, como un seguro de que volverán. Está claro que Thomas va a ser uno de los dos y Newt se ofrece a acompañarle al instante. Gally nos conduce hacia un hoyo y pronto entendemos que han cavado túneles hacia el interior.

- ¿Te encuentras bien? – me agacho frente a Newt, quien se ha quedado paralizado mientras trataba de atarse mejor las botas. Tarda unos segundos en reaccionar y mirarme a los ojos, y cuando lo hace parece confuso. – ¿Newt?

- Sí, tranquila, May. Estoy bien. – lleva mis manos a mi rostro y me lo coge con suavidad para darme un beso. – Te quiero.

Se pone en pie y se aleja hacia Thomas para ver que ya está todo listo. Yo todavía me mantengo arrodillada en el suelo porque solamente me ha dicho que me quería un par de veces y cuando estaba medio dormido. Ahora me lo ha dicho de verdad, siendo plenamente consciente de ello. Cuando giro mi cabeza hacia un lado veo a Gally bajando la escalera hacia los túneles pero se ha detenido por completo para observarme. Sé que ha visto el beso. Fritanga le dice algo de que cuide de Thomas y Newt y pronto los tres desaparecen.

No tenemos intención de salir al exterior a pasearnos ni tampoco de integrarnos con el resto del grupo. Aunque no nos hayan atacado, tampoco me dan muy buena espina. Por eso esperamos pacientemente y rezamos por que las cosas no se compliquen tan pronto. Fritanga se sienta a mi lado y me sonríe ladinamente. Después de unos quince minutos hablando de tonterías, se pone serio.

- ¿Puedo preguntarte algo?

- Lo que quieras. – suspiro, aunque imagino por dónde van los tiros.

- ¿Hay algo entre Gally y tú? – cuestiona. – Al final del Laberinto estabais muy unidos y todos vimos cómo trataste de convencerle para que viniera con nosotros. Después de como te pusiste tras su muerte no quise preguntarte, pero ahora que ha vuelto...

- Gally y yo nos besamos en el Claro. Un par de veces. – de reojo puedo ver como Jorge y Brenda ponen oreja para enterarse. Vaya par de cotillas. – Nunca tuvimos tiempo para aclarar por qué ocurrió eso.

A Fritanga no parece hacerle mucha gracia mi respuesta pese a lo sorprendido que se muestra. Se frota las manos y frunce el ceño; al parecer su interrogatorio todavía no ha terminado.

- ¿Le quieres?

Su pregunta me deja descolocada. No es algo que me apetezca hablar en alto tan a la ligera. Ni si quiera me hace gracia tener que pensarlo. Por eso mismo tuerzo los labios y le observo con severidad.

- ¿Por qué me preguntas esto?

- Porque ahora estás con Newt. Y no quiero que le hagas daño. – contesta sin reparo. – Además es posible que tengamos que actuar pronto y esto no puede distraeros.

- ¿Crees que le haría daño a Newt? – su comentario me ha dolido, pero sobre todo me ha ofendido. Fritanga lo nota al instante y niega con la cabeza.

- No creo que quieras hacerle daño ni a él ni a nadie. – me asegura mirándome con compasión. – Pero si es algo del corazón, no puedes controlarlo.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora