Capítulo 5. Quebrantar las normas.

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No tengo ni idea de cómo ha ocurrido, pero ha aparecido en mi cabeza de repente. Ese nombre se repite en mi mente una y otra vez. Lo recuerdo; recuerdo que mi nombre es Maya.

Newt tiene la boca entreabierta como si no supiera qué decir. Lo cierto es que yo tampoco me lo creo. Los chicos de nuestro alrededor también se han detenido y tienen la vista fija en nosotros, o más bien clavada en mí, esperando una reacción.

- Entonces ya no tendré que llamarte verducha, Maya. – oír mi nombre en los labios de Newt hace que se me empañen los ojos. Ni el más mísero recuerdo del pasado ha vuelto junto a mi nombre, pero al menos ahora ya tengo algo.

- ¡Bienvenida, Maya! – me grita uno de los chicos de los cultivos. El resto no tardan en darme la bienvenida, y los que no, se limitan a sonreírme. Es la primera vez que me siento integrada desde que llegué y me encanta.

- ¿Por qué no te tomas un descanso para ir a contárselo a Fritanga? – me sugiere Newt.

- Eres el líder. – le recuerdo. – Acompáñame.

Acabamos de llegar a la cocina para hablar con Fritanga. Ni si quiera le da tiempo a abrazarme cuando Zart se acerca corriendo hacia nosotros. Pronto aprecio la desconfianza en el rostro de todos, incluso en el mío.

- ¿Qué ocurre? – pregunta Newt de brazos cruzados mientras el otro chico se apoya sobre sus rodillas

- Hemos vuelto. – responde Zart entre jadeos. – Tenemos noticias nuevas. Es importante.

Fritanga y Newt se miran entre sí y asienten con decisión. Al parecer sí que estaban al tanto de que Thomas y los otros habían ido al Laberinto a por el lacerador. Cualquier rastro anterior de diversión por el hecho de que hubiera recordado mi nombre ha desaparecido. Ni si quiera yo sigo ilusionada.

Avanzamos sin demora hacia la sala en la que se reúne el consejo. Entrecierro los ojos y veo a Minho en la puerta, como si nos estuviera esperando. Por el lado contrario a nosotros se acerca Gally; por sus pasos decididos intuyo que está realmente cabreado. Más que de costumbre.

- ¿Qué demonios ha pasado? – cuestiona haciendo uso del tono más arisco que posee. – Les he visto volver del Laberinto.

- Hemos ido a por el lacerador que mató Thomas. – responde Zart. Noto que intenta sonar pacífico, pero no se puede razonar con Gally.

- ¿Y desde cuando eres tú un corredor? – le pregunta, acercándose un par de pasos amenazadoramente hacia él.

- Déjale, Gally. – le interrumpe Newt, poniéndole una mano sobre el pecho para frenarle. – Sea lo que sea lo discutiremos ahora, pero no aquí fuera.

Gally arruga el entrecejo y escudriña a Newt con la mirada, pero finalmente asiente. Zart es el primero en entrar en la choza. Luego le siguen Newt y Fritanga. Voy a entrar detrás de él cuando Gally se interpone en mi camino.

- ¿A dónde crees que vas? – me pregunta. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho y no parece tener intención de moverse.

- ¿Tú que crees? – cuestiono con ironía.

- Gally, déjale entrar. – masculla Fritanga, quien se ha debido detener al ver que no le seguía.

- No confío en ella. Y no tiene ningún derecho a estar con el consejo.

- Solo vamos a hablar. – intenta calmar sus humos, pero sin éxito. – Ella es de los nuestros, te guste o no.

- No voy a ceder. – insiste. – Que espere fuera.

Fritanga suspira y se muerde el interior de la mejilla. Lo entiendo, Gally está molesto y ha decidido pagarla conmigo.

- No pasa nada, Fritanga. – le aseguro. – Esperaré fuera. Lo que sea que hay dentro es más importante que discutir por tonterías. – añado acusadoramente mirando de reojo a Gally.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora