Capítulo 11. Siempre puede ir a peor.

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Desde que me despierto al día siguiente, todo va de mal en peor. Primero Teresa decide encargarse de Alby, y dado que no quiero discutir, les aseguro a Jeff y a Clint que ya me buscaré yo otro quehacer. Luego están Newt y Gally; ambos han decidido hacerme el vacío.

Cuando cae la tarde me encuentro arrancando las malas hierbas junto a Zart, pero unos ruidos extraños procedentes del Laberinto llaman nuestra atención. Al igual que la mayoría de chicos, nos acercamos a un paso relativamente rápido para ver qué sucede. Allí ya están Fritanga, Newt, Chuck, Gally, Jeff, Clint y un par de chicos más. Todos observamos el Laberinto sin decir palabra, pero temiéndonos lo peor.

Pasan largos minutos hasta que vemos a Minho y a Thomas doblar la esquina y correr hacia nosotros. Parecen exhaustos, pero todavía tienen fuerzas para llegar a la entrada del Claro. El nudo que se había hecho en mi estómago se ablanda al comprobar que ambos están bien; o al menos eso parece.

- ¿Qué demonios pasa ahí adentro? – Newt es el primero en decir lo que todos estábamos pensando; sin embargo, los dos chicos no se detienen y todos optamos por seguir sus pasos.

- ¿Ahora qué coño has hecho, Thomas? – insiste Gally.

- Hemos encontrado algo. Un pasadizo que podría ser una salida. – nos explica por fin.

- ¿Enserio? – cuestiona Newt.

- Así es. – aporta Minho. – Hemos abierto una puerta, algo que yo nunca había visto. Allí van de día los laceradores.

- Espera, ¿habéis encontrado dónde viven los laceradores? ¿Y queréis que entremos? – Chuck incluso parece emocionado ante la locura que proponen.

- Su puerta podría ser nuestra salida. – sugiere Thomas.

- Sí, o podría haber una docena de laceradores al otro lado. – le rebate Gally. – Lo cierto es que Thomas no sabe lo que ha hecho, como de costumbre.

- Al menos yo he hecho algo, Gally. – Thomas se gira de improvisto para encararle y todos nos detenemos al instante. – Pero ¿qué has hecho tú a parte de esconderte detrás de estos muros?

- Te explicaré algo, verducho. Llevas aquí tres días, yo llevo aquí tres años.

- Tres años y aun sigues aquí, Gally. A lo mejor deberías empezar a hacer las cosas de otra manera.

Justo cuando Gally abre la boca para responder, la voz de Teresa nos interrumpe:

- ¡Eh! Es Alby. Ha despertado.

Casi corremos hacia la choza para comprobarlo. Alby está sentado cabizbajo, pero parece sano. A pesar de que Newt y Thomas se arrodillan a su lado, no habla hasta que le explican que han encontrado una salida.

- No podremos. No podremos salir de aquí. – murmura con la voz entrecortada, como si fuera a llorar. – No nos dejarán.

- ¿De qué estás hablando?

Nos miramos unos a otros, confusos, sin entender ni una de las palabras de Alby.

- Lo recuerdo.

- Dime que recuerdas. – le pide Thomas.

- A ti. Siempre fuiste su favorito, Thomas. Siempre.

No tardamos en oír voces agitadas en el exterior. La mitad del grupo se gira hacia la puerta para ver qué ocurre, pero yo sigo inmersa en la conversación.

- ¿Por qué has hecho esto? ¿Por qué has venido aquí? – es lo último que dice Alby.

No tardamos en abandonar la choza de los docs y abordar al resto de chicos, quienes toman antorchas y se dirigen apresuradamente hacia la entrada del Laberinto.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora