Capítulo 8

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Liam me mira furioso esperando mi respuesta. Pero no sé que decir.

Los gritos son una de las cosas que más odio. Me duelen más que un golpe. Siempre trato de ser fuerte y responder pero normalmente me quiebro.

-Yo vine porque ... -Intento dar una explicación

Si tienes la certeza que no hiciste nada malo, nunca tengas miedo o bajes la cabeza- recuerdo las palabras de Hannah y en ese momento salgo de mi lapsus.

- Yo vine porque Jesy me pidió que llevará los plumones y el pegamento a la sala. Cómo está en medio del trabajo no pudo venir ella.

-Eso no te da derecho a entrar a mi espacio privado y rebuscar entre mis cosas- sisea

- Toque la puerta y no contestaste. Cómo Jesy me dijo que te vio en el jardín y que no te molestarias por entrar a tu habitación, accedí- respondo intentando tranquilizarme.

No conocerlo bien, tenerlo al frente mío, molesto y semidesnudo me pone nerviosa.

- No soy un ser irracional, tranquila- me dice acercándose- hace tiempo que no veo a pecas y debe haberse olvidado que odio que las personas invadan mi espacio privado sin mi consentimiento- se acerca más a mi mientras retrocedo- lo siento si es que eleve la voz. Pero espero que esto no vuelva a repetirse

- Claro que no volverá a repetirse- afirmó rápidamente- mientras que al retroceder me doy cuenta que estoy al pie de su cama

Lo miro y puedo notar la curvatura de su labio. Mis ojos viajan intempestivamente a través de su cuerpo y puedo observar su torso desnudo. Es la primera vez que veo algo así pero no creo que este chico tenga 17 años.

-Deja de sonrojarte chinita- me dice riéndose, se acerca más y más hasta que sin querer me siento en la cama y el se inclina en mi encima

-Bueno ya que las cosas quedaron claras, tengo que irme. Apartate- le digo un poco atareada. Jamás había estado en una situación igual y empezaba a sentir calor

- Tienes razón ya tienes que irte- dice mientras prácticamente se inclina por completo hacia la cama

-¿Qué haces?- le digo exaltada

- ¿Tu qué crees?- me responde sonriendo mientras estira un brazo

- Si no paras voy a golpearte- le digo casi fuera de control

En ese momento me doy cuenta que abre el cajón de su velador con el brazo y saca un pegamento.

- No tendrías porque golpearme solo te estoy dando lo que viniste a buscar- me dice casi riéndose mientras me entrega el pegamento y se para

Me paro rápidamente y camino hacia la puerta

- ¿Decepcionada?- me pregunta- Era eso lo que pensabas que iba a hacer, ¿Cierto?- se dirige hacia mi con una mirada pícara

- Decepcionada no- le respondo aún con calor- gracias por los plumones, tu siempre mostrando tu "cortesía" conmigo.

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¿Alguna vez alguien ah pasado por una situación igual?- me gustaría conocer sus opiniones

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