ℒ𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝓈𝑒 𝑜𝓁𝓋𝒾𝒹𝒶

『Capítulo 3: Inevitable y Amado Desastre』

Stan y Kyle
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N

arra Kyle

Voy llegando al pequeño apartamento, cansado, tenía clases desde la mañana hasta la tarde, eso me agobiaba y más aún no verlo a Stan muy seguido, a paso lento voy dirigiendo mi andar por las escaleras hasta el piso donde vivíamos. Introduci la llave en la cerradura y al abrirla sentí un golpe con una botella, suspire por ello golpenado un poco mi frente contra la puerta, tome mi tiempo antes que entrar y cuando lo hice encontré una cabellera negra oculta bajo un gorro azul recostado en el sofá con unas botellas de cervezas tiradas a un lado.

─Se parece a su padre ─susurré con molestia.

A paso lento caminaba evitando patear las botellas esparcidas, la vena en mi ceja derecha sentía que hinchaba palpitando de la molestia en forma de tick, con cuidado me posicione a su lado.

─¡Stan! ─lo llamé moviéndolo.

Nada.

─¡Stan! ─otra vez.

Nada.

─¡MARSH, SE ACABO LA CERVEZA!─grite molesto ya cuando mi paciencia se había acabado.

De un salto se sento en el sofa y comenzo a buscar con la mirada serciorandose de lo que lo rodeaba. Su mirada estaba perezosa hasta que se percato de mi presencia.

─¡Oh Kyle!, no sabia que habias llegado ─dijo mientras se tallaba los ojos.

─Claro que no sabías, borracho infeliz ─pensé con molestia, suspire y sin cambiar el gesto lo encaré ─Ya es el colmo Stan, mirate como estas, debes ir a trabajar más tarde ─le dije mientras me disponía a dejar mi mochila en una silla.

─Perdón señor futuro abogado que no te pueda ofrecer más ─oí como se quejaba.

Y ahí vamos con la misma historia de siempre.

─Stan corta con eso por favor ─le supliqué.

─No Kyle, ¿Tú creés que no me atormento con esto?, Estas con tu gran carrera finalizándola ¿Y yo que?, aquí con un empleo de repartidor sin mucho que ofrecerte ─decía mientras pasaba sus manos por su cabeza.

No puedo evitar suspirar, ya no se cuantas veces lo estoy haciendo, casi todos los días era la misma historia.

─Si dejaras de juntarte a beber con Kenny podrías redireccionar un poco tu vida ─le dije, tome una bolsa de basura y comencé a levantar las latas de cerveza que estaban desparramadas por el lugar. De reojo pude observar como seguía en su misma posición, niego con la cabeza y pienso en cómo distraerlo.

─Token nos invitó a su casa. Por su vuelta a South Park, podríamos aprovechar y volver a casa un tiempo ─le digo sacando el sobre del bolsillo de mi chaqueta.

Comienza a negar con la cabeza, como no queriendo la cosa y pasa sus manos por debajo de su somprero revolviendo sus cabellos.

─No me gustaría regresar ahí, siendo un fracasado, ¡No iremos Kyle! ─me contestó.

─Vamos Stan por favor, me gustaría volver a verlos a todos, quiero ver a mi familia y ver también cómo cambio el pueblo, claro si es que hubo cambios ─le decía casi suplicándole.

─El hijo pródigo con una buena carrera estará de regreso ¿Y yo que hice aquí?, buscar un tonto empleo de mensajero cuando en el pueblo pude haber hecho lo mismo ── repetía aquello, bien, esta situación ya me estaba cansando. Tiro con brusquedad la bolsa al suelo y clavo mi mirada negra en el.

─¡Stan basta por favor!, ya deja de decir eso y de hacerte esto ─dije para señalar las basura ─Estoy contigo porque en verdad te amo, no tuve ningún problema que decidieras no hacer una carrera, agradezco el apoyo que me diste para que yo pueda costear mis estudios pero no puedo soportar verte haciendote esto, no tenes idea como me lastima ─decía adolorido llevando mi mano al corazón como tratando de calmarlo, sentía que las lágrimas descendían sin mi permiso, ya no soportaba mas eso.

Y así se hizo el silencio un momento, cerre mis ojos tratanto de controlar mi llanto, al estar así no pude notar el momento en que se levantó de su lugar y me abrazo por detrás.

─Perdoname Kyle, a veces me comporto como el idiota de mi papá ─me dijo. No pude evitar soltar una carcajada por su comentario ─Kyle estaba pensando... en regresar a South Park, pero para establecernos en nuestro pueblito ── me comentó.

Abrí los ojos sorprendido al escuchar aquello y gire mi rostro al verlo, una sonrisa adorno mi rostro por ello.
El comenzó a besarme en el cuello, y los suspiros comenzaron. Podíamos pelear por lo mismo siempre pero lo bueno que le veía era la reconciliación.
Sus manos comenzaron a ascender por debajo de mi ropa y trate de detenerlo.

─Stan, debo preparar la comida, por favor, luego seguimos ─le decía sonriendo.

─Pero si te quiero comer a ti ─me susurro al oído. Suspire y con una gran fuerza de voluntad lo empuje, le guiñe el ojo ante ello.

─No sere tu comida pero si el postre ─le termine diciendo para ingresar al pequeño comedor.

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Ey! Se que esta vez es más corto de como había comenzado, pero como es un agregado, los demás capítulos más adelante es cuando esto se profundizará más.

Espero sea de su agradado!