『Capítulo 12: ¡Verde vs Verde!』

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La situación en aquel momento tenía incómodo al chico de cabellos rubios,  ¿Cómo explicar ese momento a su pequeño de siete años? que ahora él se encontraba sentado en la misma mesa que ellos mirando de forma desafiante a Craig.
Claro que este resentía la hostilidad del menor, paseó su mirada por el lugar tratando de evitar ser desafiado por el infante.

─¿Papá de qué estaban hablando? ─ preguntó el chico.

─Ah...bueno...en realidad ─pero fue interrumpido.

─Estábamos hablando por mi regreso y como tu padre estaba feliz por eso ─dijo para luego mirar de reojo al rubio guiñándole un ojos provocando que se sonrojara.

─¡Craig! ─grito alterado.

─La verdad pequeño... ─pero fue callado por el chico.

─Me llamo Trent.

─Me disculpo, Trent, soy pareja de tu padre pero por cuestiones de fuerza mayor me tuve que ir del pueblo, buscando algo mejor para ambos, no te mentiré que fue muy grande mi sorpresa verte con él ─habló como si se tratará de un pequeño adulto.

Tweek al escuchar las palabras de su pareja se tapó el rostro avergonzado, aquél acto fue captado por el chico y se dio cuenta en el mismo instante, su papá estaba emocionado y lo que menos quería hacer era arruinar el estado de humor que poseía por la presencia de ese nuevo intruso, suspiro y los miró seriamente.

─Así que piensas asaltar a nuestras cómodas vidas ¿Verdad? ─cuestionó el niño.

─¡Trent! ─le reto el rubio por como había dicho las cosas.

El pequeño solo se cruzo de brazos mirando a otro lado, los mayores se miraron, no sabían que hacer ahora.

─Estoy diciendo la verdad ¿Por qué después de haberte dejado solo, cuando pasaste por lo peor, regresa como si nada hubiera pasado? ─pregunto con molestia en su mirada.

Con eso los había bloqueado, el grande sabia que tenia razón, pero ya estaba aquí, tampoco es que se fuera sin dar lucha para estar con su amado chico. Tosió un poco y se puso a pensar que iba a hacer o decir.

─Entiendo que sientas que también estaré metiéndome en tu vida, pero no lo tomes así, quiero volver a estar con Tweek, y en verdad quiero que nos llevemos bien ─ soltó aquello sin despegar su mirada verde, la misma que la del niño.

El infante solo lo miraba desconfiado, desvío luego los ojos a su padre y vio la preocupación reflejada en ellos, suspiro rendido, lo quería mucho como para causarle problemas.

─Tampoco es que te vaya a dejar las cosas fáciles Craig ─dijo mientras lo fulminaba con la mirada.

El grande sintió un escalofrío al ver aquella mirada igual que la de él. Pero no se iba a rendir así como si nada, resoplo el aire que tenia retenido y miro con una media sonrisa al niño.

─No me veas como tu enemigo por favor, solo quiero acompañar a Tweek ─le soltó.

Cuando el rubio escucho aquello se llevo la bandeja a la cara para cubrir su sonrojo, Trent enarco una ceja por su reacción, paseo la mirada a la otra persona que estaba ahí y una media sonrisa surco en su rostro.

─Supongo que si quieres estar con papá no puedo hacer nada, que tal si te traigo un poco de café, como alianza ─le sugirió mostrando una sonrisa inocente.

─Me parece bien ─le respondió sonriendo y revolviéndole el cabello.

Bufo por ese acto pero sin borrar esa sonrisa se dirigió a la cocina de la cafetería, el chico Tweak suspiro aliviado por ello y miro a Craig con una sonrisa demostrando calma.

─No pensé que reaccionaria así.

─Yo tampoco, pero me lo debo ganar también para estar contigo cariño ─extendió su mano para agarrar la de su chico, este acepto con gusto.
Sus rostros comenzaron a acercarse, aquel beso anhelado que tanto esperaron, después de tantos años era de imaginar, sus miradas conectaron en ese instante y un sonrojo surco en el rostro de ambos.
Estaban tan cercas que podían sentir la respiración del otro, sus ojos comenzaron a cerrarse, parecía un sueño, y como un sueño se quedo ya que los carraspeos de una garganta pequeña los despertó y miraron avergonzados al pequeño.

─Tenemos una bodega, no es necesario estas demostraciones en público ─dijo el niño poniendo la taza de café sobre la mesita ─Que lo aproveche ─se dio la vuelta y se dirigió a la cocina.

Tranquilo Craig se llevo la taza a la boca y cuando dio el primer sorbo lo escupió tratando de evitar mojar al rubio, pero no sirvió de mucho igual llego a escupirle la cara.

─¿Craig que paso?.

─Tenia sal ─ dijo e inmediatamente saco un pañuelo comenzando a secar el rostro del chico, de reojo miro a la cocina y vio como con mirada llena de malicia al ojiverde.

No pudo evitar mirar asombrado ese gesto, pero miro de forma desafiante al infante, verde con verde se cruzaron, y sabia que tendría mucha batalla para poder llevarse bien con el menor.

Las horas pasaron, y se despidió de ambos, caminaba sin rumbo a su casa era el lugar que menos quería pasar por el momento y se detuvo en una banca, se sentó en ella y agarró su cabeza agachándose.

─¿¡EN QUE CARAJOS ME METÍ!?─se pregunto, más bien se gritó a si mismo recapacitando en todo lo que paso en la tarde.

ℒ𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝓈𝑒 𝑜𝓁𝓋𝒾𝒹𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora