『Capítulo 1: Recuerdos de aquella noche』

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Narra Tweek

¿Cuánto tiempo habrá pasado desde aquello?, mis recuerdos se ven disipados en una cortina de humo que solo aquel café de la mañana me puede distraer, con su agradable aroma y sabor único (para mí).
Ya pasó mucho tiempo, ¿Cuatro años?, sinceramente perder la noción del tiempo se volvió una costumbre en mí.
Pero con solo recordar esos sucesos de la noche de graduación, de ese baile, y aquel momento especial, jamás podría olvidarlo.


Flash Back



En aquel salón, más bien en el gimnasio de la preparatoria de South Park, las chicas lucían sus vestidos despampanantes, los chicos, bueno se veían bien, y eso que lo digo dada la falta de costumbre de estar con trajes elegantes iguales a los pingüinos.
Veía todo desde el exterior, hasta que un apretón en mi mano captó mi atención, desvíe la mirada para ver quien era, aunque claramente lo sabia, con una sonrisa me recibía un muchacho alto con una cabellera tan oscura como la noche misma y unos ojos de un color verde iguales a unas gemas, correspondí a su sonrisa de igual manera.
Craig Tucker, ¿Cuántos años pasaron de que estamos juntos?, recuerdo desde el incidente con las japonesas, coreanas o más bien con la población asiática de la primaria.
Aún que todo comenzara siendo forzoso, al tiempo descubrimos como nos hacíamos bien el uno al otro, pero eso no quitaba el hecho que tuvimos nuestros alti bajos, pero solo fue para conocernos mejor. Pero ahora estamos aquí, de la mano por ingresar a la fiesta y disfrutar, quizás, de nuestro último momento juntos.
Al ingresar no pudimos evitar reír con un poco de gracia, parece que después de nuestro suceso con las chicas asiáticas, pienso que aprovecharon varios para salir del closet, algo muy gracioso si te pones a pensar. Ya algunos se encontraban bajo el efecto del alcohol,  ¿Cómo carajos hicieron para meter bebidas?, pero la mente adolescente siempre es una caja de sorpresa a la hora de ingeniárselas.
Sentía como me jalaban de la mano y pude ver como Craig con la mirada puesta en la salida me arrastraba hacia afuera.

─¿Qué sucede? ─me atreví a preguntar, si, sin ningún tick ni nada, con el tiempo aprendí a controlarme.

─Cariño, me gustaría llevarte a un lugar en especial, si bien podríamos quedarnos a ver como algunos les falta poco para hacer el ridículo, en verdad tengo urgencia de ir para ahí ─me dijo con una mirada... ¿Apenada? ¿Con vergüenza?, no siempre es fácil adivinar los gestos de mi chico.
Al verlo así solo pude asentir con la cabeza y dejarme arrastrar por él, a lo lejos escuche un grito, si no me equivoco era Clyde.

─¡Jajajaja picarones! ¡Craig no dañes mucho a Tweek! ─gritó.

Craig al escucharlo se giró por un momento y le mostró su clásica seña, marca registrada de los Tucker, yo solo pude reír un poco por ese comentario, tampoco es que salíamos precisamente para eso, ¿O sí?
Podía ver como estaba ansioso, y cuando comenzamos a caminar siento como me gira para atarme con una pañuelo los ojos.

─¡Craig! ─lo llamé nervioso.

─Shhh tranquilo cariño. Confía en mí ─me dijo para hacer disipar mis nervios.

Claro que confió en él, y por eso mismo decidí dejarme guiar, al cabo de varios minutos su andar se detiene y por inercia el mío también, se posiciona detrás de mí poniendo sus manos en mis hombros primero, me sobresalto por aquel acto pero al sentir sus labios en mi oreja los nervios calmaron un poco.

─Cariño sé que dentro de todo no fui un novio muy ejemplar, y como nuestra última noche quería demostrarte lo que en verdad significas para mi, así que no temas ─dicho esto de forma muy lenta comenzó a quitarme ese pañuelo, cuando pude lograr ver divisé que nos encontrábamos en el mirador, pero el lugar estaba muy bien ambientado, un mantel en el suelo, lo que olfateo era pizza, debo admitir que una comida casera hubiera impresionado más, pero la intencion es la que cuenta, una botella de champán, todo esto siendo iluminados por el reflejo de la luna y unas velas en el lugar.
Me giré a verlo con unas lágrimas en los ojos, nadie había hecho algo así por mi, él apuntó sus ojos verdes en mi y una sonrisa clavada en su rostro al cerciorarse que me había encantado su sorpresa.

ℒ𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝓈𝑒 𝑜𝓁𝓋𝒾𝒹𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora