Capítulo 26

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Monasterio de Shaolin 519 d. C

Olivia soltó un largo suspiro cuando llego a la cima de la montaña, los entrenamientos en estos lugares eran duros y con mucha disciplina, se necesitaba de una gran fuerza de voluntad para continuar con su entrenamiento, después de haber desaparecido de Roma sabia que necesitaba un poco de entrenamiento, había vivido muchas cosas en tan poco tiempo, perdió a su mejor amigo en Egipto, terminó en algún de Grecia para entrenar con amazonas y en un acto de desesperación terminó entregando su virginidad a uno de los peores hombres en toda la historia de Roma sin mencionar que el peor enemigo de sus padres. Ahora lo único que su mente necesita era algo de paz, por lo que busco con mucho cuidado el siguiente artículo a buscar para terminar en el monasterio, al principio fue descriminada por ser extranjera pero al final fue aceptada para purificar la amargura de su corazón o al menos eso había mencionado el monje, se sentó por un momento para disfrutar de la vista, disfrutando del viento golpeando su rostro, paso su mano por su calva cabeza al principio fue extraño el deshacerse de su cabello pero se fue acostumbrado al pasar los días.

—Admirar la belleza de las cosas simple de la vida, alivia el alma.

—Concuerdo con usted, maestro —Olivia se levanto de su lugar para realizar una reverencia de respeto a su maestro.

—Acompañeme, el camino que tienes que recorrer aún es largo.

Olivia observo a su maestro, era un hombre serio pero también alguien muy sabio, gracias a su ayuda había logrado entrar al monasterio incluso de hacia cargo de ella por lo que las cosas le eran mas sencillas de sobrellevar con alguien ayudando en su camino. Durante su recorrido se detuvo por un segundo al observar varias tiendas de campaña.

—¿Que sucede? —preguntó la joven captando la atención de su maestro.

—Escuche que solo son extranjeros mercenarios, deben ir en busca de la gema del emperador.

—¿No deberíamos advertirle al emperador?

—No debemos mezclar nuestros intereses con los de los demás, eso solo ocasiona conflictos.

—Entiendo.

Mencionó mientras se encaminaba con su maestro hasta llegar a la punta de la gran montaña donde se encontraban enormes rocas. El maestro de Olivia tomo asiento sobre una de estas y Olivia imito el gesto, si había algo que no se acostumbra era la meditación, casi siempre se quedaba dormida lo que la llevaba a tomar castigos para que pudiera concentrarse, soltó un pequeño suspiro para colocar la posición de meditación y tratar de concentrarse, algo que fue interrumpido al sentir un golpe en el brazo, abrió los ojos para observar a su maestro.

—¿Que ha sido eso, maestro?

—Necesitas concentrarte, ver la vida desde diferentes ángulos. La vista puede ser engañosa, no creas en todo lo que ves.

En momentos como estos quería mandar todo al demonio e ir por la pieza para continuar pero necesitaba aprender a ser cautelosa a controlar sus emociones y no dejarse vencer por cualquier cosa por lo que continuó con el entrenamiento. Había pasado por muchas cosas, corto su cabello, se sometió un largo entrenamiento de resistencia, aprendió a meditar o bueno en parte de ello, incluso algunas técnicas de lucha pero algo como abrir tu mente y dejar espacio a tus otros sentidos le era una completa estupidez, termino con varios golpes en el brazo y de alguna forma también con su maestro decepcionado quien decidió volver para terminar otros asuntos mientras que Olivia permaneció ahí en espera de encontrar esos instintos que menciono su maestro, al final decidió volver cuando observo que una tormenta se acercaba, se cubrió con su sombrero de kasa y continuó su largo recorrido, la lluvia se hizo presente pero aún asi mantuvo la calma, de entre el bosque un hombre cayo frente a ella, Olivia  observó con  cuidado su vestimenta ensangrentada al igual que sus armas, era uno de los mercenarios extranjeros y a juzgar por los lejanos gritos podía darse cuenta que el ejército del emperador los había encontrado, nuevamente Olivia observo al hombre moribundo y decidió rodearlo al recordar las palabras de su maestro, ella no debía interferir sin embargo alguien sostuvo su pierna giro para observar al hombre a quien pensaba decirle que no ayudaría pero al verlo a los ojos le recordó tanto a Michael, maldijo en sus adentro y ayudo a aquel hombre, había una cueva no muy lejos por lo que pensó llevarlo ahí para curarlo, en ese momento agradeció tanto su entrenamiento de resistencia porque de lo contrario no habría podido ayudar a aquel hombre moribundo. Al entrar en la cueva miro su herida, era algo profunda y sabía que no le quedaba mucho tiempo o al menos no con los métodos ordinarios, miro al hombre nuevamente para percatarse que se encontraba inconsciente, Olivia remango su manga para dejar al descubierto el brazalete, coloco su mano sobre la herida y adelantó el tiempo de curación, durante los últimos días de paz y calma había aprendido un par de trucos del brazalete, una vez curado le quito algunas prendas de vestir para dejarlas secar sobre una roca y finalmente encendió algo de fuego, tomo su pequeño equipaje y arropo al hombre, no podía quedarse toda la noche a cuidarlo pues sabia que su maestro sospecharía por lo que salió a buscar alguno de sus compañeros, mientras caminaba por el gran bosque se encontró con uno de los caballos del ejército del emperador quienes al percatarse que solo era un monje la ignoraron poe completo para continuar su camino, Olivia siguió caminando por un par de minutos hasta que por fin en la lejanía observó a uno de los mercenarios se agacho para tomar una roca para lanzar al hombre obteniendo toda su atención, ella solo se limitó a señalar en dirección hacia la cueva pero este la ignoro por lo que ella tomó otra roca golpeando su cabeza, Olivia corrió y el hombre fue detrás de ella una vez cerca se escondió detrás de unas rocas, miro como el hombre se acerco a su compañero para verificar que se encontraba bien y fue entonces cuando decidió volver, acorto un poco de tiempo al teletransportarse por lo que sin ningún problema llego al lado de su maestro sin que este sospechara.

Nailah, La viajera del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora