Capítulo 25

692 95 13
                                    

Noviembre 1901

Olivia se levanto temprano esa mañana, detestaba despertar con la persona con la cual había compartido una noche y tener que fingir que se encontraba en un inmenso mar de amor. Preparo el baño ella misma para después prepárse, para cuando salio ya arreglada el joven ya la esperaba con una enorme sonrisa tomo su mano y la beso con delicadeza.

—¿Dormiste bien?

—Perfectamente.

—Mi padre quiere conocerte.

—Puedo notar nerviosismo de tu parte, ¿se aproxima algo interesante?

—Es alguien critico, incluso si le agradas no abandonara ese carácter.

—Podre manejarlo.

Aseguro Olivia mientras tomaba el brazo del joven para salir junto con él de la habitación, en la mente de Olivia la presencia de aquel hombre solo representaba un obstáculo, una distracción innecesario a sus planes y mas si aquel hombre decidía seguirla como depredador a su presa, necesitaba deshacerse de él o resaltar lo menos posible. En cuanto entró al gran comedor y la mirada de Olivia se cruzó con la de aquel hombre mayor se percató que sería un mayor problema por otra parte, el padre de Thomas, Gabriel, quedo totalmente impactado, sintió como un largo suspiro salia de sus labios, la mujer al lado de su hijo era tan parecida a su gran amor, a aquella mujer que amo mas que a su propia esposa, aún la recordaba esa juguetona sonrisa, su dulce risa, el rubor de sus mejillas, la suavidad de su cabello, su bella Elizabeth, la mujer de su juventud, la que amo con locura y desapareció de la nada, por un momento Olivia desvío su mirada nunca prestaba mucha atención a los nombres de las personas que conocía y mucho menos con los que había tenido un embrollo, pero frente a él estaba Gabriel, aquel joven encantador que conoció en sus primeros viajes por recuperar los objetos, en aquel entonces ella era un poco ilusa pues sentía que su búsqueda terminaría pronto y podría salvar a su amigo pero mientras más pasaba el tiempo mas amargo se volvía su corazón.

—Mis saludos al archiduque de E...

—Gabriel—le interrumpió el hombre sorprendiendo a su hijo
—no hace falta ser tan formal, ¿con quien tengo el gusto?

—Sara Ayres.

—Un hermoso nombre para una bella dama.

Alago el archiduque mientras la invitaba a tomar asiento, el joven Tomás observaba las acciones de su padre lo cual le parecía bastante sospechoso pues normalmente no solia ser tan cordial con las personas sin ningun título nombre pero ahi estaba su padre comportándose como todo un caballero con su amada, por un momento penso que solo estaba encantado por fin tener a una futura nuera pero en realidad su padre estaba maravillado con la similitud de la joven con su amada siendo ignorante de que en realidad se trataba de la misma persona.

—¿Y quienes son tus padres? —preguntó el archiduque mas por curiosidad por su respuesta que por interrogante.

—Padre...

—Mi padre también fue un investigador que me enseño todo lo que se.

—¿Y que hay de tu madre?

—Murio cuando era pequeña.

—Como lo lamento—mencionó en verdad entristecido el archiduque pues penso que tal vez despues de tanto tiempo al fin podria ver a su amada aunque fuese por la lejanía. Olivia observo al hombre y es que pudo apreciar que habia envejecido con elegancia, incluso aunque habian pasado los años seguia manteniendo aquel porte de elegancia y pudo apreciar que aquello se lo heredero a su hijo.

—¿Y que sabes de tu madre?

—Es suficiente padre. Sara y yo tenemos mucho en que trabajar.

Nailah, La viajera del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora