Capítulo 19

939 131 19
                                    

Cuando Olivia era pequeña estaba completamente maravillada por el antiguo Egipto debido a su madre pero con el paso del tiempo aquel interes se perdio por completo, bueno casi por completo, algo de lo cual ella siempre seguia investigando era sobre los rituales que se realizaban tras las muerte, solia pensar que el entierro de un egipcio habia resulto ser el funeral mas hermoso, sin mencionar que siempre pensaba en la posibilidad de algun día encontrar aquellos tesoros con los cuales eran enterrados los cadavares, pero ahora, ahora mismo esas cosas ya no le importaban en absoluto, ciertamente el ritual y la tumba que le habian organizado a su mejor amigo habia sido como si de un faraón se tratara, ella preferia que fuese siendo el mismo chico raro que se encontraba a su lado, lo queria a su lado con vida.
Nadie sabia como consolarla, incluso la esposa del faraon, Arzione, habia fracasado en el intento de consuelo, desde ese dia nadie se dirigia a la joven ni siquiera se atrevian a mirar aquel rostro tan vacío.

—Su majestad, la informacion a sido obtenida, las tropas rebeldes han sido detenidas, el general esta formando su ejercito para poner saquear y poner en llamas el pueblo. Y aquel hombre, el asesino de nuestro señor Fadil lo hemos mantenido con viva como nos ha ordenado.

—Es hora de castigar a los ursupadores y...

—Quiero ir—hablo con una voz suave pero detonando firmeza. El faraon miro aquella joven quien habia guardado silencio desde ese tan oscuro, eran sus primeras palabras durante meses y él, aunque no le era del agrado acepto.

—Es hora de dictar castigo.

El faraón se puso en marcha junto con su guardia mientras eran seguidos por Olivia quien se mantenia detras de ellos, no se molestaba en seguirles el paso o caminar a su lado solo se mantenia en silencio en esperar de volver a ver aquel hombre. Al llegar a la prision se podia percibir el mal olor, las malas condiciones del lugar, la oscuridad que albergaba y que apenas era iluminado por las antorchas.
El faraon se detuvo mientras miraba al prisionero, comenzo a hablar sobre la tortura que se le haria pero para Olivia todo era un gran sermon charlatan, aquel hombre la miro y se atrevio a sonreirle con burla, se notaba que no habia arrepentimiento en ello, incluso aquella mujer, la lider de toda aquella revuelta que le habia ocasionado tantos problemas se atrevio a reír.

—No sabia que los dioses tambien morian—se burlo aquel hombre antes de escupir en dirección de Olivia—no eres mas que una charlatana, tu y tu amiguito...

Las palabras quedaron en el aire tras sentir la gran fuerza de la mano de Olivia incrustandose en su rostro, ella lo habia ofeteado con tanta fuerza que incluso su boca sangro pero aun asi sonrió con burla, sabia que le habia causado tanta gracia un acto infantil pero el hombre nisiquiera pudo emitir sonido alguno ya que Olivia comenzo a abofetearlo sin parar, su mano ardia y aquel hombre sangraba.

—¿Es todo señorita diosa?—hablo sin temor alguno aquel hombre y es que sin importar como los egipcios veneraban a tal mujer para aquel hombre no era mas que una chiquilla.

—Disfrutare tu muerte.

Olivia tomo una lanza y sin piedad alguna la incrusto en la pierna de aquel hombre los gritos de agonía resonaron en toda la prisión, Olivia saco la lanza para repetir el mismo procedimiento en su otra pierna, ella estaba fuera de si repetia sin parar el mismo procedimiento y aquel su ropa se manchaban de sangre aunque los gritos de agonia retumbaba en sus oidos con una claridad tan agobiante no podia parar, tenia tanto odio en su corazón y cuando escucho la voz de aquella mujer pidiendo clemencia por primera vez paro para verla, Aziza, era una joven tan loca y desquisiada como su madre pero al parecer sentía compasión por aquel hombre que ella torturaba y fue en ese momento cuando una sonrisa de satisfacción adorno su rostro. Le pidio a los guardas desatar a aquel hombre para que lo arrastraran frente a ella.

Nailah, La viajera del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora