Capítulo 27

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En alguna parte de Asia, Año ¿?

Olivia soltó un quejido mientras levantaba su cabeza del suelo, tenia frío y lo único que observaba era un extenso camino de nieve, ella había salto en el tiempo sin saber a donde se dirigía o en que época, miro la caja y el silbato para después maldecir, miro alrededor en busca de alguna señal de fuego o calor pero solo había ese extenso de frío, volvió a maldecir y por otro lado agradeció su entrenamiento como monje iba a poder soportar el frío por un tiempo pero no sabía por cuánto así que tenía que buscar algún refugio mientras el brazalete de volvía a recargar para otro viaje en el tiempo.
Camino por unos cuantos minutos pero el frío era demasiado, miro el brazalete solo faltaba un poco por lo que tomo asiento en el suelo.

—No siento mi rostro.

El aullido de los lobos la alarmó, no podía quedarse en ese lugar al menos que quisiera ser devorada, miro alrededor para observar un árbol el cual podía trepar sin problemas, comenzó a escalar lentamente pero cuando una flecha atravesó la rama a su lado miro hacia abajo observando a un hombre, los aullidos se volvieron a hacer presentes alarmado al hombre con el arco, ambos se miraron  por un segundo trato de escalar también pero la ramo se rompió, desde su lugar Olivia pudo observar a los lobos, no sería una linda escena de la contemplar al hombre comido por toda una manada de lobos por lo que saco la cuerda que se encontraba dentro del kit de primeros auxilios la ato en el árbol y miró al desconocido para lanzarle la cuerda, el hombre solo la miro antes de escalar a pocos justo a tiempo pues los lobos ya se encontraban rodeando el árbol donde se encontraban.

—Eres tu.

—¿Te conozco?

—Eres la mujer monje
—habló el hombre mientras se quitaba su capucha.

—El mercenario—Olivia llevo su brazo hacia su cabello cuando activo el acelerador para hacer crecer un poco su cabello, juzgaba por los rasgos del hombre que habían pasando un par de años.

—Soy Vhadimir, pequeña ladrona —comento observando el silbato el cuando Olivia oculto mejor debajo de su ropa.

—No soy una ladroba, además eso no te pertenece.

—¿Ya ti si?

—Es de mi madre así que puede decirse que si.

—Los lobos tardarán en marcharse—mencionó observando abajo—. ¿Por que sigues vistiendo asi en pleno invierno? Vas a morir.

—Gracias es lindo escuchar eso de tu parte
—mencionó sarcástica—.Y aunque agradezco tu preocupación no la necesito, voy a irme pronto.

—Eres hábil huyendo, monje.

—No soy un monje.

—No escuche tu nombre asi que no tengo como llamarte.

Ella lo observo, no confiaba en el ni de broma.

—Soy Nailah.

—¿De donde eres Nailah?

—Eso no importa. Sabes no te ayude a subir para socializar.

—¿Y prentendes que estemos en silencio aca arriba?

—Para ser un mercenario eres muy amistoso.

—No soy un mercenario.

—Bien—una fuerte brisa retiro la capa de su cabella, ella maldijo mientras se acomodaba su cabello, se había acostumbrado ya un poco a tener la cabeza calva que ahora ers extraño tener cabello, se arropo mejor para después mirar al hombre quien la observaba fijamente —¿Que?

Nailah, La viajera del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora