21

14 4 24
                                    

Anne.

- Okey- dije con temor de lo que podría salir de esta reunión.

Solo había visto a Jessica dos veces en mi vida, y una abrazada a Sebastián de una manera que deteste, aunque luego me reprendí a mí misma sobre lo insano de mis sentimientos encontrados para luego quitar el tema de mi mente cada vez que intentaba hacer su aparición.

Para ser sincera mi primera impresión sobre su persona es pura superficialidad, dispuesta a todo por un poco de aceptación de sus amigos, que al igual que ella, vivían para las apariencias sin embargo Seba no era así por lo que voy a dar un voto de confianza e intentare sobrevivir a esto.

Como su padre pretendía que regrese temprano a casa, todo se realizaría temprano, así que se marchó a buscar a Jessica y ayudarla a traer las bebidas, al parecer sus padres eran dueños de una vinoteca o un negocio similar por lo que era muy fácil conseguir alcohol siendo menor y amigo de ésta muchacha, lo que explica a mi parecer la cantidad de amigos que la rodean.

- No me puedes abandonar ahora- dije al otro lado del móvil.

- Estoy tan cómodo ahora-

- Por favor! Y si todo sale mal y ella no me agrada?-

- Pues no te agrada- dijo él sin preocupación alguna.

- Pero necesito apoyo moral para no mirarla con odio hasta que se termine marchando-

- No lo sé Anne, es sábado y quiero dormir todo el día-

- Cocinare una tarta de verduras- dije ofertando lo que sabía que pescaría mi amigo.

- Bien, más te vale que cocines delicioso- finalizó.

Un cosquilleo que conozco bien comenzó a molestarme, dándome una incipiente picazón en mi buen humor.

Quizás esto arruinaría por completo mis progresos, quizás esta era una de las tantas decisiones malas que tomo con gusto para luego terminar destruyéndome a mí misma, porque seamos sinceros, tengo una tendencia a la estupidez que roza lo normal. En otro momento, hubiera preferido la continua caída libre en la que me encontraba pero algo en estos últimos días me hace cambiar de opinión, no sé exactamente porque pero ahora creo que después de todo si vale la pena vivir.

Rebusque rápidamente en mi destartalada mochila la tarjeta de Cristian, por temor a que se entere de mis planes, por temor a cagarla como acostumbro, como si él fuera el Dios que me cuida y me escucha, por temor a que se enfade aunque profesionalmente hablando no tiene por qué hacerlo.

-Querida Anne- dijo al segundo tono

<<Tenía mi numero agendado?>>

- Hola- dije aun sin saber porque lo he llamado

- Está todo bien?- preguntó supongo que extrañado como yo por mi impulso de llamarlo.

- Si- conteste con ese tono de voz suave que sale de mi boca en presencia de adultos. El cual detesto.

- Bien. Te puedo ayudar en algo?-

- No, es decir, si pero...- no entiendo ni por qué estoy haciendo esto- vamos a juntarnos con Sebastián y dos amigos en casa, y va a haber bebidas, y no se si, quizás es mala idea-

- Entiendo- dice pensativo, aunque este al otro lado del teléfono, lo imagino haciendo garabatos en su cuaderno A4 como cada miércoles- mira Anne, tu eres la que debe conocerse, aprender a conocerte, si crees que es mala idea solo cancela, sin embargo, si crees que podrían pasarla bien, solo una copa puede estar bien-

Corazón JovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora