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Sebastián

- Si toda la vida hiciste lo que quisiste no es asunto mío- gritó con sus largas manos apretando el volante del volkswagen golf gti negro, que mi madre no habría podido pagar en su perra vida y me lo recuerdo cada vez que apoyo mi cuerpo sobre el asiento delantero.

- no pretendas fingir que tu ausencia no significo nada, además estoy bien, no hice nada indebido, relájate- conteste con desdén.

- Cuando yo te ordeno algo, lo haces y punto-

- Te aviso donde estoy y con quién, no tengo 13 años! Voy a cumplir 18 el mes entrante así que no me jodas la existencia! El tiempo de hacer estas mierdas ya lo perdiste-

Hace tiempo venía merodeando lo que acabo de decir en mi cabeza, pero nunca lo dije en voz alta pues sabía que después de todo, se estaba comportando como un buen padre y eso no debía molestarme pero lo hacía. Con cada buena acción de este hombre adulto que quiere ejercer su paternidad mi mente divagaba al pobre niño de diez años que tenía una vida de mierda, lloraba solo en su habitación dejando que la culpa lo carcomiera, analizando antes de tiempo su vida y sin ningún tipo de compañía que le demuestre un camino hermoso para vivir. 

Molestaba el hecho de saber que,  lo más probable es que él haya sido así siempre, incomoda el pensar que estuve vagando mi adolescencia entera y duela saber sobre toda las cosas que después de tanto tiempo a alguien le importa eso, cuando ya es tarde.

- Tienes razón- dijo sin desviar la vista del camino, reduciendo la velocidad cuando nos acercábamos al edificio. – pero yo soy el que tiene la agente social sobre mi espalda todo el tiempo-

- Y eso que? No saben que es lo que hago o sí?-

- Si quieren pueden averiguarlo hijo, y no creo que sea tu sueño vivir en la calle-

- No tengo ningún sueño así que me vale-

- Mierda- dijo al ver en la entrada del edificio una menudita figura femenina, con sus brazos cruzados y la cabeza gacha.

- Ella es?- pregunte deduciendolo por su cambio de actitud.

- Si, debe haber perdido a su paciente de hoy, lo siento hijo pero-

- Es doctora?-

- Se recibirá el próximo año, se especializa en  pediatría -

- -está bien- conteste antes de que continuara pues yo haría lo mismo.

La mujer era más joven que mi padre, bastante más joven, llevaba una blancura en la piel que sólo la había visto en Anne, el pelo (supongo que teñido) color vino, y solo era un poco más baja que nosotros.

- Me quedaré un segundo en el auto si necesitan- sugerí viendo como la angustia era la que abarcaba su rostro entero.

- Gracias- dijo sin mirarme y cerró la puerta del vehículo para correr hacia ella con brazos abiertos.

Era irónico que sus actos me recuerdan tanto a mí mismo, siendo que nunca tuve un ejemplo concreto de padre u amante digno. La forma en que sus cuerpos zumbidos en un abrazo en medio de un viento recio que se levantaba sobre la ciudad me causaba... en realidad no lo sé, no podría definirlo con palabras pero no era desagrado, ni asco, ni bronca, ni odio, todo lo contrario, aunque sigo sin poder decirlo en voz alta con claridad.

Ella se secó el rostro y mi padre la rodeo por la cintura, luego de darle su abrigo para acercarse al auto que estaba aparcado en el estacionamiento, es decir, a mí.  Abrí la puerta y le dedique mi mejor sonrisa, aunque no soy muy bueno para ser simpático.

Corazón JovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora